Johanna Calle: 30 años de arte austero y silencioso

Seducida por la libertad que brinda el arte a la hora de expresar ideas y opiniones, la artista bogotana Johanna Calle se sumergió desde hace 30 años en el mundo de la experimentación artística. Un recorrido que ha llevado sus obras a ser parte de las colecciones de grandes museos a nivel nacional e internacional y que ahora recopila en el libro ‘Johanna Calle Photo Graphias’ un homenaje de 528 páginas con más de 60 series distintas de los dibujos fotográficos que ha realizado la artista.

Su historia en el mundo artístico comenzó en la década de los ochenta, cuando sus papás querían que estudiara derecho, pero fue más fuerte su gusto por el arte, aun cuando no sabía a qué se enfrentaba. “Me interesó mucho la posibilidad de comunicarme a través de una imagen”, cuenta. A medida que avanzaba se interesó en la obra de artistas y cómo estos lograban expresarse. “Empecé a ir a exposiciones y se fue despertando una gran curiosidad”.

Calle recuerda con especial cariño una exposición en la Galería Belarca, en la cual se exponían grabados de Goya. “Fui varias veces porque me llamó la atención la ironía de este artista, específicamente en la serie de los caprichos y la tauromaquia”, comenta. En su camino identificó que la escultura y los objetos no la cautivaban tanto como la imagen, por eso experimentó con materiales y colores, que la alejaban de la pintura académica de óleos o acuarelas.

En 1989 empezó a trabajar como guía de exposiciones en el Banco de la República, al tiempo que exhibía en salones de arte joven y estudiantil.  Allí conoció el trabajo de los artistas que llegaban a los museos e identificó los nombres como Feliza Bursztyn o Beatriz González.

En 1992 ganó una beca para estudiar en el Chelsea College de Londres. “Una de las cosas que me sirvió mucho fue que el sistema era con tutores que cada dos semanas iban a visitar el taller y eran supremamente críticos”, cuenta Calle, y resalta que gracias esto logró afianzar sus convicciones, que la llevaban por el camino de la libertad de expresión artística con medios no convencionales.

Fue así como eligió el dibujo. “Este tiene una práctica artística muy silenciosa, no es esa algarabía de la pintura o el color. Es sutil y austero”, detalla.

A lo largo de estos años su arte ha llegado a museos nacionales e internacionales como el Museo Nacional de Colombia, MoMA de Nueva York, Art Institute of Chicago, Tate Gallery en Londres, Phoenix Museum of Art, MFAH Museum of Fine Arts de Houston, Blanton Museum of Art en Austin, entre otros. Además, su obra ha sido objeto de retrospectivas tanto en el Museo de Arte del Banco de la República como en el Museo Amparo de México.

Un homenaje a su obra

Desde hace tres años, las editoriales Toluca Ediciones (París) y RM (Barcelona), unieron esfuerzos para realizar un libro monográfico de la obra de la artista colombiana, que fue publicado en Europa en el primer semestre del 2020 y que ahora llega al país en una edición de lujo trilingüe: francés, inglés y español.

Julio Pérez Navarrete, esposo y compañero de investigaciones de Calle, contó que la producción de este libro fue fruto de varias conversaciones entre editores, diseñadores y la artista. “Revisamos las series pertinentes a publicar, tamaño de las fotografías, estilo de la publicación y cuidando al máximo detalles como los pies de página”, expresa.

Por su parte, Calle comenta que “la idea editorial viene de hace unos 10 años, cuando empezamos a trabajar con mi esposo la idea de publicar algo que reuniera mi trabajo fotográfico, poco conocido en Colombia, pero muy exhibido en Francia y Estados Unidos”. El libro muestra la versatilidad de la artista a través de más de 60 series fotográficas diferentes con nombres tan variados como Colombianismos y Otros Feminismos.

En este se pueden encontrar textos de Alexis Fabry, curador y experto en fotografía latinoamericana; Michel Frizot, teórico e investigador francés y Rachel Mohl, curadora asistente de arte latinoamericano del Museo de Fine Arts de Houston. La autora concluye diciendo que el libro es “un testimonio de trabajo arduo, juicioso, consistente, persistente de una artista mujer bogotana a principios del siglo XXI”.