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Jóvenes rurales de Caldas se consolidan como emprendedores gracias a una poderosa estrategia de educación en el campo
Gracias a la alianza público-privada Educación para la Competitividad se articularon esfuerzos y recursos para promover la formación académica y empresarial de las nuevas generaciones de campesinos del departamento.
La educación rural es el pilar del desarrollo en las regiones, y a esto, precisamente, apuesta la alianza público-privada Educación para la Competitividad en el departamento de Caldas. Con sus proyectos de Educación media (10º y 11º) con énfasis en educación para el trabajo, Conexión Laboral y la Universidad en el Campo, así como con los componentes de Emprendimiento y Empresarismo que son transversales en el proceso formativo desde la primaria, esta iniciativa quiere fomentar en los jóvenes rurales la identidad sobre sus territorios y la conciencia de que desde allí es posible consolidar proyectos de vida, beneficiar a sus familias y a la comunidad.
El modelo pedagógico Escuela Nueva, que se implementa en Caldas desde 1982 en un esfuerzo conjunto sostenido desde entonces entre la Gobernación de Caldas, la Alcaldía de Manizales y el Comité de Cafeteros de Caldas y que en 2012 adquiere una dinámica aún mayor con la creación de la alianza Educación para la Competitividad, ha logrado que la educación rural del departamento se convierta en un referente nacional e internacional. Así lo evidencian los testimonios de los jóvenes caldenses que han formado parte del programa.
Un motor de la participación comunitaria
En el corregimiento de San Félix, en Salamina, Caldas, vive Luis Alberto Patiño, un joven de 21 años que desde niño ha mostrado interés por apoyar el desarrollo rural y promover actividades culturales y deportivas entre los jóvenes de su comunidad. Patiño asegura que gracias al proyecto la Universidad en el Campo muchos de los jóvenes que viven en zonas rurales ahora tienen ideas de negocios y están haciendo realidad sus sueños.
“La educación es fundamental para el desarrollo de las regiones. La idea es que los jóvenes vean el campo como una oportunidad y no como una última opción, porque muchas veces se quieren ir por falta de oportunidades, pero la realidad es que sin campo no hay ciudad”, asegura Patiño, quien quiso contribuir al desarrollo de la educación rural en San Félix desde la política, la gestión de proyectos municipales y la participación comunitaria.
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Además de ser líder de la emisora para jóvenes y comunidades rurales del corregimiento, Patiño se lanzó como candidato al Consejo Municipal de Juventudes porque quiere representar a sus contemporáneos y trabajar por mejorar su presente y futuro. Está convencido de que la participación comunitaria es fundamental para promover actividades culturales, buscar alternativas para que los jóvenes se queden en el campo y apoyar las aspiraciones de las nuevas generaciones. “Fui presidente de la veeduría ciudadana de la construcción del megacolegio que se está haciendo en San Félix, por lo que me parece fundamental empaparme de las políticas y de los proyectos municipales para que se tenga en cuenta la voz de la juventud”, agrega.
Trabajar en fortalecer el liderazgo regional no ha sido el único objetivo de Patiño, quien buscó la manera de ver crecer el campo y de contribuir al desarrollo económico de San Félix a través de la creación de una empresa. Con el apoyo del Comité de Cafeteros de Caldas y la Alianza vio nacer Lucan a través de la cual comercializa trucha arcoiris. Para este líder la educación no solo forma jóvenes académicamente si no empresarios para la vida.
Motor del emprendimiento rural
Jhon Faiber Alarcón, de 24 años, hace parte del resguardo indígena La Montaña, en Riosucio, y hoy en día es un microempresario. Decidió involucrarse con la apicultura y con el cultivo del café. “La idea de tener economía propia es crear nuestras empresas para depender de nosotros mismos. Queremos fomentar mucho la autonomía y el sentido de pertenencia por lo que es nuestro”, agrega.
Alarcón asegura que el emprendimiento en zonas rurales hace que los jóvenes quieran quedarse y trabajar por su territorio, beneficiarse económicamente, contribuir al desarrollo sostenible y el cuidado del medio ambiente.
Motor de la prosperidad
En el corregimiento de Florencia, en el municipio de Samaná, vive Duverney Giraldo, administrador de empresas agropecuarias, profesionalización a partir de los niveles Técnico y Tecnológico que logró mediante el proyecto la Universidad en el Campo, y líder de AsoJóvenes RGP, la Asociación de Jóvenes Rurales Gestores de Paz, un grupo que incluye a 15 jóvenes productores que fueron apoyados por la alianza público-privada Educación para la Competitividad. Desde el 2017 sacaron adelante el proyecto Café Florentino, el cual se basa en producir y comercializar café tostado y molido, y en impulsar el nombre del corregimiento para que se reconozca como un territorio cafetero.
“Con este proyecto queremos mostrarles a los jóvenes que desde el campo sí se puede hacer empresa, se puede emprender, llevar los productos del campo a otros lugares y darles un valor agregado”, explica Giraldo. Uno de los pilares fundamentales de este proyecto cafetero es el empalme generacional porque todos los días intercambian conocimientos con sus padres, sus abuelos y con las personas que tienen experiencia en estos cultivos. Quieren convertir las fincas cafeteras en empresas con niveles más técnicos.
“Nuestra intención es que los jóvenes se enamoren del campo, de nuestro territorio y de nuestra identidad”, agrega Giraldo.
Motor del turismo sostenible
En El Socorro, municipio de Viterbo, Estefany Cano creó VICAN Colombia con sabor a Viterbo, una agencia de viajes que surgió a partir de la necesidad de generar un turismo sostenible, que también diera beneficios económicos para el municipio. La alianza Educación para la Competitividad le ha permitido formarse como administradora y ha sido un apoyo para su proyecto porque ha podido participar en eventos para dar a conocer VICAN.
“La educación es indispensable para contar con un turismo que no se deteriore, pues tiene que ser responsable no solo con el ambiente, si no con la comunidad. El turismo responsable y la conservación de los espacios depende directamente de nosotros. El reto es que los lugares que visitamos siempre estén intactos y funcionales para recibir a los turistas”, explica Cano, quien tiene 20 años y estudia Administración de Empresas Turísticas, profesionalización con la que también se conecta la Universidad en el Campo.
Además de visitar los lugares más atractivos de Viterbo, el turismo beneficia a las personas de la región gracias a que desde esta actividad se quiere impulsar la venta y la visibilización de los productos a base de café y de cacao en uno de los municipios más turísticos de Caldas.
*Comprometidos con la Alianza Educación para la Competitividad: Gobernación de Caldas, CHEC grupo EPM, Alcaldía de Manizales, Comité de Cafeteros de Caldas, Universidad de Caldas, Universidad Católica de Manizales, Universidad de Manizales, CINOC Institución de Educación Superior (Pensilvania), Universidad Católica Luis Amigó, 27 Alcaldías Municipales, Cooperativa de Caficultores de Aguadas, Cooperativa de Caficultores del Alto Occidente de Caldas, Cooperativa de Caficultores de Anserma, Cooperativa de Caficultores de Manizales, Cooperativa de Caficultores del Norte de Caldas, Sector Cooperativo, Fundación Grupo Bancolombia, Corporación para el Desarrollo de Caldas, Caja de Compensación Familiar de Caldas Confa, Su Suerte – Centro Educativo de Alto Rendimiento (CEAR), UPL OpenAg, Banco Agrario de Colombia, SENA, Finanfuturo, Agrobetania, Tinker, ID Datos,