Cultura
La primera casa de subastas de arte en Colombia, una oportunidad para darle mayor visibilidad al talento nacional en mercados internacionales
Desde 2014, Bogotá Auctions trabaja para fomentar una nueva cultura alrededor de la venta y comercialización del arte. En este tiempo han logrado crear más de 50 referencias de artistas colombianos en bases de datos internacionales y establecer el récord de venta más alto de una subasta en el país: 250 millones de pesos por una obra de Beatriz González.
Cuando a Charlotte Pieri le preguntan por el motivo de su llegada al país no duda en responder que fue por amor. Esta francesa, experta en Derecho e Historia del Arte de la Universidad París I–Panthéon Sorbona y museóloga de la Escuela del Louvre, llegó hace nueve años sin hablar español ni tener un vínculo profesional, pero en poco tiempo se abrió espacio en la academia y se convirtió en directora de Bogotá Auctions, la primera casa de subastas de arte en Colombia.
“Lo lindo de trabajar en este sector es que siempre estás rodeada de objetos y colecciones de arte que van cambiando todas las semanas”, comenta Pieri, quien desde los 19 años, cuando realizó su pasantía, ha trabajado en casas de subastas como Tajan y Sotheby’s, una de las más grandes del mundo.
Una vez se estableció en Colombia se convirtió en profesora de Mercado del Arte en la Universidad de los Andes, una materia que hasta entonces no existía. Sin embargo, no tardó mucho tiempo en retomar su pasión, cuando un grupo de socios aficionados al arte le propusieron dirigir la primera casa de subastas de arte en Colombia.
“A nivel mundial estas casas representan una buena oportunidad tanto para quienes quieren adquirir piezas como para los que desean venderlas”, señala. Aquellos que compran encuentran artículos con precios entre el 30 y el 50 por ciento más bajos que en galerías o anticuarios. Para los que venden, existe la oportunidad que el precio de salida sea ampliamente superado.
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“Para quienes tienen conjuntos seleccionados de libros, muebles, piezas decorativas y obras de arte, vender en subasta es particularmente atractivo”, explica y agrega que un conjunto bien armado se puede vender mucho mejor en una única subasta que vendiendo las piezas individualmente a personas que solo quieren revender.
¿Cómo lo hacen?
“Nuestro trabajo es conseguir piezas, objetos de colección u obras de arte con valor histórico, artístico y patrimonial”, comenta Pieri y aclara que en una subasta nunca se ven obras recién salidas de un taller, ya que el foco principal está en las personas que por una u otra razón quieren vender sus patrimonios artísticos.
Con el fin de garantizar la autenticidad y seguridad de las transacciones, todo lo que sale en una subasta ha pasado por un proceso de selección y valorización hecho por un grupo de expertos. “La tasación de una obra se basa en diversos criterios como quién es el artista, cuál es la importancia de este en la historia, en qué año la realizó, sus características físicas y su relación entre la oferta y la demanda”, explica.
El éxito de una subasta depende en gran medida de las garantías de transparencia, por eso brindan la mayor cantidad de información pública a los interesados. “Las personas pueden conocer en un catálogo las fichas técnicas de las piezas, sus precios de salida y sus estimados comerciales”, afirma Pieri, destacando que esa es una de las razones por la cual las casas de subastas han cogido mucha fuerza en los últimos años.
En esa misma línea, cada vez que realizan la venta de una obra u objeto, la casa hace público su precio de venta a través de sus medios, pero también en bases de datos internacionales como Artprice. “Hemos logrado crear más de 50 referencias de artistas colombianos en este tipo de bases, logrando que el arte colombiano tenga visibilidad”, agrega.
Para esta apasionada y conocedora del arte es necesario acabar con el imaginario de que este ejercicio solo puede ser accesible a pocas personas, pues las subastas no son un mecanismo excluyente. A pesar de que hay objetos de altísimo valor, también se pueden encontrar pujas de muy bajo costo. “En nuestra subasta de libros en marzo había toda una sección del catálogo cuyo precio de arranque era de cinco mil pesos”, señala.
A pesar de la resistencia que pueden tener las personas ante las nuevas experiencias, Pieri destaca que la gente ya ha empezado a confiar en este sistema. “Hemos logrado crear una comunidad muy linda de vendedores y compradores. Y una señal muy importante es cuando los primeros se convierten en los segundos y viceversa”.
Este 24 de junio llevarán a cabo la subasta ‘Arte y antigüedades: residencia Alma Byington y otras piezas de colección’, concentrada en los objetos y mobiliario que Alma Byington, filósofa y especialista en literatura, adquirió durante los viajes que realizó por todo el mundo.
Aunque internacionalmente es muy común subastar una colección particular, Colombia debuta en ese formato. “El primer capítulo de este proceso lo realizamos en marzo pasado cuando subastamos la biblioteca de Alma Byington y de su esposo Rafael Arboleda, ahora seguimos con las piezas que decoraban su casa. La mezcla de objetos de diferentes países y épocas era el reflejo de su gran aprecio a la cultura de todo el mundo”, dice Pieri y concluye que en esta subasta se podrán encontrar artículos desde 80 mil pesos.
Los interesados pueden consultar más información en Bogotá Auctions.