Walter Ugozzoli, presidente de Michelin en Colombia.
Walter Ugozzoli, presidente de Michelin en Colombia. | Foto: Juan Carlos Sierra

Especial Movilidad y Transporte

La producción de llantas sí puede ser respetuosa con el medioambiente. Esta es la fórmula de Michelin

Michelin, la multinacional francesa, le apuesta a la innovación y a la tecnología para desarrollar llantas que coincidan con los compromisos ambientales a nivel global. Neumáticos sin aire y con mayor capacidad de rodamiento, soluciones de movilidad y reutilización de materiales son algunas de las estrategias.

23 de febrero de 2024

A la entrada de las oficinas de Michelin, en el norte de Bogotá, se exhiben los valores de la marca francesa de llantas y uno de los que sobresale y que ha cobrado gran importancia en los últimos años es el que menciona el “respeto por el medioambiente”, algo que para su presidente en Colombia, el argentino Walter Ugozzoli, demuestra el compromiso hacia una movilidad sostenible, además de garantizar un mundo mejor para las futuras generaciones.

Es claro en sus afirmaciones y las mismas muestran la estrategia de la compañía que “nació por los cambios abruptos que tuvo el mundo. Michelin se preocupó por innovar con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la humanidad y, dentro de esa estrategia, se identificaron tres ejes: en la llanta, alrededor de la llanta y más allá de la llanta”, destacó el directivo.

En la llanta lo hacen buscando materiales de alta tecnología para poder reducir el impacto en el medioambiente, pero al mismo tiempo utilizando materias primas recicladas o sostenibles. Alrededor de la llanta hablan de Michelin Connected Fleet, a través de servicios de soluciones para la movilidad y transporte sostenible. En cuanto a más allá de la llanta, trabajan en segmentos como impresión 3D, hidrógeno, sanidad, materiales de alta tecnología y guía, y servicios para la movilidad de los clientes.

En la actualidad, más de 6.000 personas trabajan en innovación para mantener el legado y darles solidez a esos tres ejes que buscan un equilibrio entre lo que ellos llaman las tres ‘P’ (personas, profit y planeta). “Sin las personas no podemos lograr ninguna transformación; los resultados son importantes para que el grupo tenga permanencia e independencia para seguir invirtiendo, y planeta porque queremos dejar un lugar para nuestras generaciones futuras”, explicó.

La visión está sobre la mesa y podría decirse que ya no es a largo plazo, pues la llantera tiene objetivos ambiciosos para 2050 en cada uno de los elementos que impactan toda la cadena y en el ciclo de vida de la llanta. El directivo agregó que, “en diseño se deben buscar materiales ciento por ciento sostenibles; en el proceso de fabricación nuestras instalaciones deben ser carbono neutro, y nos debemos enfocar en las mejoras en la resistencia al rodamiento, lo que implica menos consumo de combustible y menos emisiones de CO2″.

Más allá del negocio

En la multinacional francesa consideran que hay que ir de las palabras a los hechos. Entienden que la razón de ser son sus clientes y por eso les ofrecen un continuo acompañamiento. “En Colombia tenemos un gran equipo y, a través de toda nuestra red de distribución, tratamos de formar a las personas para un buen uso de las llantas. El usuario de transporte de carga y de pasajeros tiene más conciencia sobre este impacto, pero tratamos de llevar nuestros conocimientos a todos los actores del sector (bicicletas, motos, vehículos, camionetas buses, camiones, trailer, off road, agrícola, construcción, industria, puertos y las grandes llantas para las mineras). También tenemos un aliado de reencauche (Renoboy) para las llantas de buses y de camiones, y a través del Michelin Connected Fleet ayudamos al monitoreo de la carga, del vehículo en general, y de la fatiga del conductor”, advirtió Ugozzoli.

Al hablar de sostenibilidad entienden que el reencauche juega un papel muy importante, y es “una de las alternativas que estamos trabajando en pro de un ambiente más limpio. Michelin diseñó sus llantas de buses y camiones para que tengan varias vidas con reencauches, sumado a un reesculturado en la llanta original, obteniendo un 20 por ciento más de vida. Esta alternativa es mas rentable y sostenible que comprar llantas baratas de un solo uso, sin el mismo desempeño y seguridad que una Michelin”, recalcó Ugozzoli.

Y estas afirmaciones las respaldan los hechos. “Con el reencauche nos estamos economizando la utilización de alrededor de 50 kilos de caucho y acero por cada llanta que entra en este proceso, versus una llanta nueva, sea del origen y el precio que sea. Y si eso lo llevamos a una flota de 50 buses o tractomulas, el resultado es alrededor de 20 toneladas de consumo de materiales al año. Además, en el proceso de reencauche frente al de industrialización de una llanta nueva hay una economía de agua que es importante, pues llevada a la misma flota puede ser de 215.000 litros de agua por año”, agregó.

No sobra preguntarle a un hombre de llantas, aunque sea obvio, por la importancia de las llantas. “Se tienden a banalizar, pero son el único elemento del vehículo que tiene contacto con el piso. A usted le pueden poner cualquiera, pero dependiendo de la calidad del producto puede existir una importante diferencia en la distancia de frenado. Una llanta de calidad evita accidentes y colisiones graves, y eso hay que tenerlo en cuenta. Las Michelin ofrecen las mismas prestaciones desde el primer hasta el último milímetro, algo que no se ve en muchos de nuestros competidores”.

Las llantas de Michelin garantizan seguridad, resistencia al rodamiento y un menor consumo de combustible, además de menos emisiones de CO2, con el claro ejemplo de la nueva gama Energy para camiones y buses. “Por eso puedo afirmar que nuestras llantas son amigables con el medioambiente y también, al final del ejercicio, con el bolsillo del consumidor. A quien realmente le importa la sostenibilidad debería elegir Michelin”, concluyó Ugozzoli.

Innovación sin límites

En los últimos años Michelin desarrolló varios proyectos, entre ellos Uptis, las llantas sin aire que no se pinchan, lo que genera más seguridad y productividad. En el mundo se desechan alrededor de 200 millones de llantas por pinchazos, deformaciones o por usar una presión de inflado inadecuada. A DHL, por ejemplo, le equiparon 50 vehículos de última milla con estas llantas en Singapur. El objetivo era medir los beneficios operativos al eliminar el mantenimiento de las llantas de sus operaciones. Con General Motors, un aliado importante en investigación, se está trabajando en el equipamiento de vehículos nuevos.

*Contenido elaborado con apoyo de Michelin