Los megaproyectos de infraestructura que cambiarán el rumbo del Caribe en los próximos 50 años

Hace ya más de una década, desde antes de que arrancaran las concesiones viales de cuarta y quinta generación, el Caribe colombiano buscaba distintos caminos para dejar atrás su rezago en infraestructura. Algunas de las grandes apuestas no solo apuntaban a mejorar la conectividad regional, sino a optimizar la comunicación con el centro, occidente y sur del país por medio de proyectos como la Ruta del Sol y la modernización y ampliación de diferentes aeropuertos.

Héctor Carbonell, director de la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI) Seccional Norte, destacó entre los proyectos de infraestructura más importantes ya construidos en la región el viaducto Gran Manglar (uno de los puentes más largos del país con 5,1 km, ubicado en el corredor Cartagena – Barranquilla) y el nuevo Puente Pumarejo (2,17 km de longitud).

“Es importante mencionar la infraestructura portuaria de la región (Cartagena, Santa Marta y Barranquilla) y los puertos fluviales de Barranquilla que prestan servicios eficientes”, aseguró Carbonell y resaltó que en la actualidad es clave para el turismo de la región el proyecto de modernización del aeropuerto Rafael Nuñez de Cartagena.

Por su parte, el vicepresidente de Estructuración de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Jonathan Bernal, destacó obras como la Circunvalar de la Prosperidad (más de 36 km de doble calzada que ya mejoran la conectividad del Atlántico) y el puente Yatí – Bodega, uno de los más largos del país, localizado al sur de Bolívar.

Planes a 2035

Además de los necesarios proyectos carreteros, precisó Bernal, el Caribe se alista para la ejecución de una de las más importantes iniciativas en décadas: las obras del Canal del Dique, un proyecto de más de 3 billones de pesos que será fundamental para la competitividad regional y la recuperación del medioambiente. De acuerdo con Carlos Rosado, directivo de Sacyr, este megaproyecto, único en Latinoamérica, tendrá un impacto sin precedentes. “Esperamos marcar un hito histórico. Vamos a demostrar que la inversión ambiental es rentable en Colombia”, señalo.

También es clave para la región el futuro del aeropuerto de Cartagena, cuya ejecución (que supera los 3 billones de pesos) está planeada en el área de Bayunca, 16 km al norte de la ciudad. Además de esta terminal aérea, que a futuro atenderá por año cerca de 17 millones de viajeros, está de por medio el desafío de la ampliación del aeropuerto Gustavo Rojas Pinilla de la isla de San Andrés, a través de una Asociación Público - Privada (APP) de iniciativa privada cuya inversión de capital superaría los 300.000 millones de pesos.

Para mejorar la competitividad del Caribe y afrontar la erosión costera -señala el director de la CCI Seccional Norte- también será fundamental la construcción de tres viaductos de 5, 4 y 1 kilómetros sobre la vía Barranquilla – Ciénaga. En ellos se invertirán 700.000 millones de pesos. “Es importante mencionar también la Ruta Caribe 2, la doble calzada entre Cartagena y Barranquilla por la vía de La Cordialidad. Es un proyecto que está en cuidados intensivos por dificultades con su cierre financiero por cuenta del tema del peaje de Turbaco (Bolívar)”, explicó Carbonell. Otra tarea pendiente es terminar la remodelación del aeropuerto de Barranquilla, a la que le falta el muelle internacional, el corredor estéril y la zona nacional de maletas que suman obras por más de 60.000 millones de pesos.

Al listado de obras, añadió Bernal, se suma la finalización de la Troncal del Magdalena (1 y 2) entre San Roque (Cesar) y Puerto Salgar (anteriormente llamada Ruta del Sol 2). Por ahora, es fundamental garantizar que la vía existente esté en buenas condiciones mientras se hacen las ampliaciones a las dobles calzadas pendientes. “La región Caribe ha ido avanzando en el mejoramiento de su infraestructura vial en sentido norte-sur a través de las vías troncales, sin embargo, no tiene suficientes vías de comunicación transversal que permitan el acceso rápido y seguro a las zonas de producción agropecuaria, pesquera y minera que garanticen la conexión entre sus centros de consumo y de distribución”, concluyó un documento de la Región Administrativa y de Planificación del Caribe (RAP Caribe) que traza una propuesta de hoja de ruta a 2035.

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