Perfil
María Camila Osorio, la gran promesa del tenis colombiano
A sus 19 años, esta deportista cucuteña se convirtió en la colombiana más joven en ganar un torneo WTA. Desde este lunes es la número 135 del mundo con 616 puntos. Su entrenador y su padre reconstruyen su camino al éxito.
El 8 de septiembre de 2019, María Camila Osorio se despidió de su etapa como tenista juvenil con el título del Abierto de los Estados Unidos en la categoría junior. Celebró de rodillas y con la cabeza abajo para luego agradecer al cielo por el que hasta ese día había sido el título más importante de su carrera. La escena se repitió este domingo cuando volvió a festejar de rodillas y con la cabeza inclinada. Esta vez sobre polvo de ladrillo y con la cara empapada de lágrimas. El triunfo en la Copa Colsanitas ante la eslovena Tamara Zidansek la convirtió en la tercera deportista del país en lograr una hazaña que sólo habían alcanzado Fabiola Zuluaga y Mariana Duque.
Detrás de estos dos títulos, los más mediáticos hasta el momento, hay una trayectoria de muchos años, llena de disciplina, victorias y talento. El sueño de María Camila empezó a los cinco años, cuando entró a un semillero de tenis en Cúcuta y rápidamente demostró sus habilidades.
Desde ese momento y durante casi cinco años su entrenador fue el profesor Édgar Muñoz, quien ahora recuerda con cariño cómo fueron escalando a nivel departamental y nacional, mientras la tenista peleaba codo a codo con competidoras de mayor edad. “Ella demostró su inteligencia táctica y una facilidad para algunos golpes, como la derecha, el servicio y los golpes especiales. Sin embargo, lo que más la distinguió fue su pasión y carisma”, asegura Muñoz.
En su infancia María Camila también se acercó al patinaje, para ir a sus prácticas debía pasar todos los días cerca de una patinódromo y se entusiasmó con la emoción que le transmitía ese deporte. Pero el día en que vio a una niña llorando desconsolada en la pista después de una dolorosa caída se arrepintió y se quedó con el tenis.
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La compañía de su familia, especialmente de su padre Juan Carlos, ha sido fundamental para los entrenamientos y competencias. Él la siguió en cada partido y aún hoy lo hace, es su compañero de viajes y uno de sus principales motivadores.
La pasión de los Osorio por el deporte no ha sido únicamente de María Camila, su abuelo, Rolando Serrano, fue jugador de la Selección Colombia en la década de los sesenta y el mismo Juan Carlos se destacó en el fútbol y jugó con el Cúcuta Deportivo.
El palmarés de esta nortesantandereana está lleno de victorias en la categoría juvenil. Obtuvo el segundo lugar en los mundiales de 2018 y la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud del mismo año. También es campeona del Torneo Mundial de Maestros Sub-18, de dos torneos profesionales W25 de Guayaquil y subcampeona de los dos torneos ITF W15 de Cancún, México.
Algunos la comparan con Fabiola Zuluaga, considerada la mejor tenista de la historia en Colombia y quien coincidencialmente es cucuteña y también fue alumna del profesor Muñoz. María Camila, sin embargo, está concentrada en su carrera y en seguirlo dejando todo en la cancha como lo hace uno de sus ídolos: Roger Federer.
María Camila confiesa que lo más difícil es estar largos periodos fuera de su casa y lejos de la familia, a la que solo puede ver tres o cuatro semanas al año. Pero esta es una carrera de disciplina y sacrificios. María Camila no para ni siquiera para festejar con calma el título de ayer en Bogotá. Ya está en Estados Unidos en donde debe afrontar el siguiente desafío: el WTA de Charleston.