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Medejazz: así se vivirá este festival internacional que lleva a otro nivel el jazz en Antioquia
Con 10 conciertos gratuitos y cuatro clases magistrales dirigidas por músicos de talla mundial, este evento convertirá a Medellín en un referente artístico del género musical.
No existe una fórmula definitiva, el jazz jamás será una ecuación. Sus instrumentos tienen vida propia: las trompetas, los saxofones, las baterías o los bajos desobedecen cualquier norma que procure estandarizar su sonido. Es una vida corta, espontánea, que engendra melodías singulares. Si se quisiera describir a este género musical, producto de la cultura afroamericana, la única respuesta posible sería: no hay forma.
“La magia del jazz es la libertad que tiene el músico. La libertad de poder expresarse en el momento. Por eso es tan necesario que los jazzistas dominen su instrumento, para poder transmitir tan rápido como puedan eso que buscan transmitir. Yo no me canso de escuchar esa música. Medejazz es como diciembre para mí”, afirmó Óscar Castañeda, director de Medejazz.
Del 5 al 14 de septiembre llegará a Medellín (Antioquia) el Festival Internacional de Jazz y Músicas del Mundo, Medejazz 2024, un evento que reunirá a los mejores exponentes nacionales del género músical, además de convocar a artistas y orquestas de Estados Unidos, Cuba, Suiza, Francia y Puerto Rico. La programación ofrecerá 13 conciertos y 10 de ellos serán de entrada libre.
Además de la programación musical, Medejazz 2024 ofrecerá clases magistrales gratuitas para que los jóvenes de las escuelas musicales paisas participen de una formación académica y musical.
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Entre los artistas que conquistarán el alma de Medellín están el trompetista Randy Brecker (Estados Unidos); el quinteto Emilio Morales y la vocalista Osdalgia Lesmes (Cuba), el cuarteto Yumi (Suiza), el cantante Gilberto Santa Rosa (Puerto Rico) y la interprete Camille Bertault (Francia).
El grupo colombiano Madera Jazz, junto con el cubano Alain Pérez, liderarán el acto de apertura del festival en el Teatro Universidad de Medellín. Asimismo, participarán agrupaciones y artistas colombianos como Barrera Latin Jazz Project, Entrópico, Macarena Piedrahita, Mulatas Orquesta, Song Chiribanda, entre otros más.
“Lo más bonito que tiene el jazz es la conexión y la comunicación que hay entre los intérpretes. Hay un lenguaje universal que entrelaza diferentes estilos musicales. Es un puente que conecta los ritmos con los que uno quisiera experimentar”, expresó Mateo Saldarriaga, director de Madera Jazz.
El corazón del jazz
Según Castañeda, para que el verdadero arte se manifieste es indispensable cierto nivel de sufrimiento humano. Algo así como si las notas correctas de una pieza jazzística emanaran únicamente de los lugares más tormentosos de la existencia. Por ejemplo, el saxofonista Charlie Parker, quien arrojaba su instrumento al río cuando la depresión lo consumía. “Los músicos que más sufrían, eran los que más transmitían su pasión”, agregó.
Así fue como Castañeda se enamoró del jazz y tomó la decisión de fundar este festival.
“Fue como renovar mi vida. Me llenaba demasiado y me parecía que una ciudad como Medellín, con su energía, pero también con su historia de violencia, necesitaba eventos, música y arte que estuvieran para sensibilizar el espíritu de las personas”, recordó el director.
El sufrimiento, sin embargo, siempre lo persiguió. Este director, además de ser bajista y guitarrista, perseguía un sueño resbaladizo: ser jazzista. No lo consiguió, pero aprendió algo crucial: la característica más importante para un jazzista es el dominio que tenga con su instrumento.
“La conexión con el bajo es mágica. Es una extensión de mí. Es el instrumento que utilizo para expresarme. Además, tiene un enorme grado de responsabilidad, pues es el instrumento que marca el ritmo, la armonía. Es el que se lleva la banda encima, junto con la percusión”, agregó Saldarriaga, el director de Madera Jazz.
Por su parte, Castañeda se dedicó a escuchar a las leyendas del jazz: Bill Evans, Miles David, Charlie Parker, John Coltrane, Chet Baker. Y de alguna manera conectó con lo más profundo de la experiencia jazzística: el sentimiento y la originalidad.
“Aprendí que en la música existen muchas formas de transmitir sentimientos y que cierta angustia o desesperación es necesaria para hacer arte. Esa es la capacidad que tienen los músicos de jazz. Transmitir todo lo que quieren decir en el momento exacto”, concluyó.