Emprendimiento
Mujeres del Caquetá se empoderan para liderar un proyecto productivo de aromáticas y promover la seguridad alimentaria en la región
Campesinas, indígenas y residentes de zonas rurales y urbanas del departamento conforman la asociación Asmuech, una iniciativa que les ha permitido cultivar, producir y comercializar tisanas. Juntas también trabajan para capacitar a la comunidad en temas agrícolas.
En El Doncello, Caquetá, un grupo de mujeres que han vivido historias de violencia, retribuciones injustas por su trabajo y discriminación por su género y raza decidieron conformar la Asociación de Mujeres Emprendedoras Cimientos del Hogar (Asmuech), una organización que se ha dedicado a la comercialización y transformación de plantas aromáticas en tisanas y que se encarga de capacitar a sus colaboradoras en finanzas personales, empoderamiento femenino y administración de negocios, entre otros aspectos.
Clara Hoyos, representante legal de Asmuech, explica que las capacitaciones brindan herramientas sociales y económicas a 38 mujeres que trabajan en la cosecha, recolección y transformación de productos listos para entregar. “Ninguna tenía el recurso económico para empezar el proceso, pero el respaldo de entidades sociales del orden nacional e internacional ha permitido que nos demos a conocer en el pueblo”.
‘Amativa, Origen de Vida’ es la marca a través de la cual producen aromáticas de hierbas como limoncillo, hierbabuena, albahaca y citronela. La gestión para lograr el nombre de la marca, el empaquetado de los productos y la maquinaria para su producción no ha sido fácil, pero esa labor sirvió para promover la seguridad alimentaria en la región. En un trabajo conjunto con la Pastoral Social de Caquetá, la asociación logró afiliar 562 familias de El Doncello como beneficiarias de un bono único para redimir en el mercado campesino que organizan ambas instituciones.
La fortaleza y estructuración de este grupo de mujeres es tan evidente, que pudo subsistir pese a las dificultades económicas que dejó la emergencia sanitaria en su municipio. Lo lograron ofreciendo capacitación a otros miembros de la comunidad en temas pedagógicos y agropecuarios. Andrés Manjarrés, especialista regional de reincorporación de Pastoral Social, reconoce que “el fuerte de la organización son las plantas aromáticas, pero ahora están trabajando en la capacitación de mujeres del área urbana y rural para que aprendan a manejar las huertas familiares de hortalizas u otros alimentos con el objetivo de que el mismo municipio se autoabastezca y no dependa de otros departamentos para su alimentación”.
Para llevar a cabo ese propósito, Amativa tiene puntos de venta local y se ha dado a conocer en la zona urbana para que los habitantes del pueblo también las apoyen y reconozcan la calidad de su trabajo. Viviana Ramírez, socia fundadora de la asociación, cuenta con orgullo que hace un tiempo comenzaron sin nada y ahora tienen máquinas y espacios para trabajar: “Podemos ser un ejemplo para otras mujeres que quieran emprender y contribuir a que otras personas sepan que es posible hacer empresa y generar empleo en Caquetá”.
Ramírez espera que a través de la vinculación de más mujeres la marca siga creciendo. “Nuestro objetivo es que el proyecto se vea reflejado en el territorio, que la gente sepa lo que estamos haciendo. No nos queremos quedar en el hogar, queremos hacer algo diferente y somos capaces”, concluye.