Abibe, el proyecto que busca dignificar la vida de 17 excombatienes que decidieron apostarle a la paz

Desde San José de León, un área de reincorporación ubicada en el municipio de Mutatá, Antioquia, se puede ver la Serranía de Abibe, en la cordillera occidental de los Andes. Aquí nació y hoy crece un proyecto que busca mejorar y dignificar la vida de quienes pertenecieron a grupos armados al margen de la ley y decidieron dejar las armas para volver a comenzar. Abibe es el nombre de esta iniciativa que se originó de un acuerdo entre 17 excombatientes, un par de valientes abogadas y una ilustradora. Todos convencidos de la necesidad de contribuir para que este grupo de personas que le apostaron a la paz logren un sustento económico estable.

En este lugar de reincorporación se encuentran 45 excombatientes, pero solo 17 aceptaron la propuesta de Laura Barón Mendoza, abogada especializada en resolución de conflictos, de contar su historia de vida comenzando por su infancia, recordando el momento en que decidieron unirse a la guerrilla de las Farc y finalizando con el ahora, un presente incierto pero sin armas.

Durante dos años Laura viajó hasta este lugar todos los fines de semana, las vacaciones y los días festivos. Convivió con la comunidad para documentar lo que allí ocurría. “Realizaban labores de siembra, construcción de casas, de placas huellas para ingresar al territorio, todo a través de un trabajo comunitario”. Esta experiencia la plasmó en el libro Ni nobles, Ni Villanos, una publicación con prólogo del escritor y periodista Ricardo Silva Romero.

Lo que inició como un ejercicio de escritura, se convirtió en la posibilidad de ayudar a otros. “Las organizaciones que visitan este lugar hacen presencia por un tiempo y no vuelven, entonces se hace una instrumentalización de estas personas”, asegura Barón Mendoza para explicar que su libro busca justamente ir en contra de esa práctica.

James Meernik, director del Instituto de Paz de Castleberry de la Universidad del Norte de Texas, advierte que “este libro es una ventana de oportunidad para la comprensión de por qué en ese contexto se toma una u otra decisión; así como el rol activo de un grupo en medio de los esfuerzos actuales de transformación”. Para Meernik el acercamiento al elemento humano al que invita Barón, es una base sólida para la transformación social.

Barón Mendoza tuvo su primer contacto con un grupo de excombatientes en el corregimiento de San José de Apartadó, en el Urabá antioqueño. Por invitación de una amiga que trabajaba con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) asistió a un evento que cambió el rumbo de su carrera profesional y de su vida. “Allí empiezas a evidenciar ciertas dinámicas, como por ejemplo que los llamaran por su nombre, como aparece en la cédula, y nadie respondiera. No se conocen por su nombre de pila”, recuerda.

Desde entonces su objetivo ha sido construir puentes de confianza con los excombatientes para escuchar sus historias de vida. Durante esos encuentros conoció a Milvia, a quien hoy quiere y extraña como a una amiga. “Estaba embarazada y empezamos a formar una relación de amistad, como viajaba mucho al Urabá aprovechaba estos viajes para visitarla”. Al siguiente año, y debido a las demoras en el proceso de reincorporación económica, 45 excombatientes, entre ellos Milvia, su pareja y su hijo, decidieron salir con sus familias y algunos animales en busca de otras tierras para hacer efectiva su apuesta de paz. “Se asentaron en un caserío jurisdicción del municipio de Mutatá y hasta allá llegué después de montar en bus, moto y caminar una hora”, cuenta Barón Mendoza.

Y fue aquí, frente a la mágica Serranía de Abibe que comenzó todo. Con los meses a Barón Mendoza le llegaron los “refuerzos” y junto a la abogada María Del Pilar Duplat y la ilustradora Laura Ospina-Pérez firmaron ese acuerdo entre una comunidad de excombatientes que busca un presente mejor y un futuro menos incierto.

Para apoyar esta causa puede adquirir el libro o realizar donaciones a través de la página web abibe.org

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