Especial infraestructura

Obras basadas en la naturaleza. La infraestructura verde puede ser el camino para frenar el cambio climático

Mientras hace diez años se instalaban techos verdes o jardines verticales en áreas de 70 metros cuadrados, hoy se desarrollan proyectos integrales que superan los 12.000 metros cuadrados.

26 de noviembre de 2022
La incorporación de la variable de cambio climático en los proyectos 5G representa un hito histórico en el país.
La incorporación de la variable de cambio climático en los proyectos 5G representa un hito histórico en el país. | Foto: Juan Guillermo Mocaleano, ANI

¿Qué está haciendo el país para manejar las aguas lluvias, mitigar los efectos del cambio climático y reducir la contaminación? Esto es lo que muchos se preguntan cada vez que las inundaciones generan estragos. La respuesta del Gobierno nacional, las alcaldías locales, gremios y empresarios privados son mayores inversiones en el desarrollo de proyectos de infraestructura verde, que, aunque palidecen frente a las noticias de un desastre, marcan un diferencial en materia de desarrollo urbano, inclusión y sostenibilidad.

Proyectos como el Viaducto de la Ciénaga de la Virgen, la vía San José-Calamar en el Guaviare, el Parque Bicentenario en Bogotá y el aeropuerto El Dorado son, entre otros, referentes mundiales de inversión en infraestructura verde y eficiencia en el uso responsable de los recursos naturales. El común denominador de estos proyectos es que generan soluciones basadas en la naturaleza.

La Ciénaga de la Virgen en Cartagena, por ejemplo, es un humedal de gran importancia para la ordenación y manejo sostenible del territorio. Por eso, la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique expidió una resolución que declaró su desarrollo e intervención, incluyendo el humedal Juan Polo, sus arroyos, canales, bocas naturales y artificiales aferentes al mar Caribe, así como los asentamientos humanos que la componen. Hoy, este humedal está conectado con la bahía de Cartagena a través de caños y lagos interiores, con una extensión aproximada de 100 hectáreas, conformadas por la ciénaga las Quintas, el caño Bazurto, la laguna de San Lázaro, la laguna de Chambacú, la laguna del Cabrero y el caño Juan Angola.

La vía San José-Calamar en el Guaviare, se concibió como un proyecto piloto que adopta los lineamientos de infraestructura verde vial elaborados por los ministerios de Transporte y de Ambiente. La vía está cerca de áreas protegidas como la Reserva Natural Nukak, el Parque Nacional Serranía de Chiribiquete y corredores de conservación que se han tenido en cuenta para la intervención.

En Bogotá, el Parque Bicentenario intervino 1.083,74 metros cuadrados de espacio público para dotarlo de zonas verdes y más de 50.000 plantas cultivadas, jardines verticales, techos verdes y pisos permeables. Todo esto genera 1.021 toneladas de oxígeno, suficiente para que 1.379 personas puedan respirar en un año. Así mismo, tiene la capacidad de captar 40,2 toneladas de CO2, 2.102 kilogramos de partículas sólidas o líquidas de polvo dispersas en la atmósfera y 2.729 metros cúbicos de aguas lluvia.

Soluciones integrales

Luis Alberto Suárez, gerente de la empresa Helecho e integrante de la Red Colombiana de Infraestructura Verde (Recive), destacó la evolución que ha tenido el país en la implementación de infraestructuras verdes. “Hace diez años se instalaban techos verdes o jardines verticales en áreas de 70 metros cuadrados en promedio, hoy se desarrollan proyectos integrales que superan los 12.000 metros cuadrados”.

Así mismo, se pasó de proyectos privados de edificaciones a obras públicas en espacio abierto, que incluyen parques, vías, puertos y aeropuertos, entre otras infraestructuras que aseguran la conectividad entre las regiones, si se tienen en cuenta las condiciones del territorio, los ecosistemas, la flora y fauna, y los sitios especiales o sagrados para las comunidades.

Laura Otero Durán, máster en gestión ambiental y conferencista de soluciones basadas en la naturaleza en las universidades Javeriana, Externado y Militar Nueva Granada, destacó que Colombia cuenta con un marco político y normativo propicio para el desarrollo de este tipo de infraestructuras. Tiene lineamientos de infraestructura verde vial, guías para la incorporación de soluciones basadas en la naturaleza para el desarrollo urbano, política nacional de edificaciones sostenibles y estímulos a la infraestructura verde.

A nivel nacional, se destaca la política de sostenibilidad del Invías, que incorpora los lineamientos de infraestructura verde para todos sus contratos y el programa de vías verdes que se enfoca en corredores férreos y su potencial para la conectividad y el transporte limpio.

A pesar de estos avances, Maryi Adriana Serrano, coordinadora de proyectos del Fondo de Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS), quien además participó en la elaboración de los lineamientos de infraestructura verde de los ministerios de Transporte y de Ambiente, lamentó que estos aún no sean de uso obligatorio para todos los proyectos del país.

El caso de Bogotá

El compromiso de algunas ciudades es evidente con la incorporación de nuevos proyectos en sus planes de ordenamiento territorial. En el caso de Bogotá, la ciudad fomenta la infraestructura verde y sostenible, la protección de la biodiversidad y el uso de soluciones basadas en la naturaleza. También se establecen 271 kilómetros de corredores verdes y medidas de adaptación y mitigación al cambio climático.

Viviana Valdivieso, directora ejecutiva del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible, subrayó que el aeropuerto El Dorado fue el primero en el mundo en recibir la certificación LEED de edificios sostenibles, creada por el Consejo de la Construcción Verde de Estados Unidos. Además, recalcó que actualmente hay 800 proyectos de edificaciones registrados y certificados en construcción sostenible, de los cuales el 50 por ciento están en Bogotá.

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