La incorporación de la variable de cambio climático en los proyectos 5G representa un hito histórico en el país.
La incorporación de la variable de cambio climático en los proyectos 5G representa un hito histórico en el país. | Foto: Juan Guillermo Mocaleano, ANI

Especial infraestructura

Obras sostenibles: los retos para consolidar proyectos de infraestructura más amigables con el medioamabiente

Colombia debe avanzar en estrategias que permitan mitigar las emisiones asociadas a la infraestructura vial, así como adaptarlas a condiciones climáticas más desfavorables.

Juan Camilo Pardo*
26 de noviembre de 2022

La infraestructura vial en Colombia y en el mundo enfrenta un reto triple de cara al cambio climático: tiene necesidades de mejora y ampliación, su construcción está sujeta e impacta los compromisos ambientales adquiridos en el Acuerdo de París, y el sector es altamente vulnerable a las consecuencias del cambio climático.

Como lo ha demostrado la literatura, la infraestructura vial desempeña un rol central en el desarrollo económico, aporta positivamente a la productividad, a la generación de empleo y la reducción de la pobreza. Esto quiere decir que cumple un papel clave en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En Colombia y en el mundo, especialmente en países emergentes y en desarrollo, las necesidades actuales y futuras de ampliar la red vial son grandes e impostergables.

Sin embargo, no todo es color de rosa. La construcción de estos proyectos tiene afectaciones directas sobre el medioambiente. En particular, los materiales que se utilizan en su proceso de ejecución, la energía que se consume en el transporte de los insumos, el proceso de construcción, y la operación y mantenimiento, son fases en las que se emiten grandes cantidades de Gases Efecto Invernadero (GEI).

NO USAR, USO EXCLUSIVO MEJOR COLOMBIA, Especial inversión social, Economistas, Juan Camilo Pardo
Juan Camilo Pardo, analista de Sectores y Sostenibilidad de Corficolombiana. | Foto: Mauricio Florez Olarte

Los materiales de construcción significan un reto enorme en el contexto del cambio climático. El acero y el cemento representan cerca de un 50 por ciento del total de las emisiones industriales a nivel global. Las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía sugieren que la demanda por estos productos, en ausencia de esfuerzos, crecerá por encima del 10 por ciento para 2050 con respecto al año 2020. Esto quiere decir que su descarbonización es clave para alcanzar los compromisos fijados en el Acuerdo de París.

Diferentes organismos, entre los que se encuentra la Asociación Mundial del Acero, han propuesto estrategias como el uso de material reciclado, energías renovables y tecnologías de captura y almacenamiento de carbono en su proceso de fabricación. Aunque ya se han empezado a realizar esfuerzos, aún el camino por recorrer es largo.

En paralelo, los proyectos deben contemplar desde etapas tempranas (ubicación, trazados y diseño) consideraciones ambientales. Por ejemplo, a nivel local, los Lineamientos de la Infraestructura Verde Vial van en la dirección correcta, al fomentar el desarrollo de proyectos más sostenibles. De igual forma, la incorporación de la variable de cambio climático en los proyectos 5G adoptada por Colombia representa un hito histórico en el país, pues contribuye a mitigar la contaminación que se genera durante las fases de construcción, operación y mantenimiento de estas obras. El nuevo requerimiento traslada al concesionario el deber de monitorear y prevenir los impactos del cambio climático que inciden en la gestión del riesgo de los proyectos, e idear mecanismos y estrategias que garanticen la reducción de emisiones.

El tercer pilar es la exposición del sector a las desafiantes condiciones climáticas. La infraestructura vial es altamente vulnerable y será uno de los sectores más afectados por los choques físicos de la variabilidad y las alteraciones en la temperatura global. Los eventos climáticos de la última década han revelado sus debilidades. En Colombia, el fenómeno de La Niña entre 2010 y 2011 afectó más de 1.600 kilómetros de carreteras (9,7 por ciento de la red primaria), se vieron impactados 92 puentes de la red nacional y se requirió la rehabilitación de 53 tramos viales nacionales. En total, estos daños fueron estimados en 3,2 billones de pesos.

La adaptación de las carreteras a los eventos climáticos más severos y frecuentes es necesaria. Iniciativas internacionales como el desarrollo de la Infraestructura Verde en Europa, complementaria a los proyectos en ejecución, revelan la posibilidad de incorporar soluciones naturales a los proyectos para enfrentar los nuevos desafíos climáticos. Por ejemplo, en España ya se han empezado a realizar esfuerzos importantes al respecto.

En Colombia, el Plan Vías Compatibles con el Clima es una herramienta que tiene como fin fortalecer las vías de cara a los nuevos retos climáticos, así como facilitar al sector la implementación de las medidas de adaptación requeridas. Este plan va por buen camino.

En resumen, avanzar en estrategias que permitan mitigar las emisiones asociadas a la infraestructura vial, así como adaptarlas a condiciones climáticas más desfavorables, es esencial en la consecución de nuestros Objetivos de Desarrollo Sostenible. No obstante, se debe ver el vaso medio lleno. Aunque el camino de la adaptación representa retos en el mediano y largo plazo, es también una oportunidad para el desarrollo de una infraestructura vial resiliente y responsable con el medioambiente. Su desarrollo permitiría enfocar la construcción de vías desde un ángulo más integral, incluyendo la adaptación y la mitigación del cambio climático como un incentivo para lograr un desarrollo sostenido y duradero.

Este camino comprende un incentivo adicional para integrar la investigación científica al sector carretero, así como la innovación en las prácticas a través de soluciones tecnológicas, biotecnológicas y mejores diseños.

*Investigador económico de Corficolombiana.