Especial Antioquia
Orgullo antioqueño: investigadores colombianos lideran misiones de la Nasa y otras instituciones de élite
Una generación de científicos antioqueños que se formó en el único programa de astronomía de Colombia logró romper barreras locales y posicionarse en proyectos internacionales de alto impacto, que van desde la misión Europa Clipper de la Nasa hasta investigaciones pioneras sobre exolunas y campos magnéticos galácticos.
En un claro impulso por explorar los misterios del cosmos, una generación de astrónomos colombianos, en su mayoría formados en Antioquia, está captando la atención de la comunidad científica internacional. Su presencia se ha expandido a centros de investigación tan importantes como el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la Nasa en Estados Unidos, la Universidad de Radboud en Países Bajos y la Universidad de Macquarie en Australia, donde desarrollan investigaciones en astrofísica que pocos habían abordado hasta ahora.
“Hace 15 años, la Universidad de Antioquia creó el primer pregrado en astronomía del país y desde entonces ya han graduado decenas de jóvenes que se han posicionado en importantes instituciones internacionales”, comentó Pablo Cuartas, profesor y cocreador de este programa académico, que no solo abrió un espacio único de formación en ciencias del espacio, sino que “se convirtió en un trampolín que les ha permitido a los científicos con talento excepcional salir al mundo a estudiar posgrados, doctorados y hasta trabajar en proyectos de impacto global”, precisó Cuartas.
Uno de esos jóvenes es Ricardo Restrepo, físico y diseñador de vehículos espaciales en el JPL, quien forma parte del equipo de la misión Europa Clipper, que se lanzó el pasado 10 de octubre. Su objetivo es analizar la potencial habitabilidad de Europa, una de las lunas heladas de Júpiter.
“Creemos que hay un océano de agua líquida salina debajo del cascarón de hielo que recubre Europa. Observaciones recientes del telescopio James Webb han revelado jets de vapor de agua emergiendo de este mundo, lo que refuerza nuestras sospechas sobre su actividad interna”, explicó Restrepo. Él y su equipo se enfrentaron a desafíos únicos debido a los altos niveles de radiación de ese planeta, diseñando una trayectoria de vuelo compleja para que la sonda pase la mayor parte del tiempo fuera de la zona de radiación.
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En otro punto del globo, Yenifer Angarita, investigadora de la Universidad de Radboud, involucra el uso de un polarímetro en un telescopio de Brasil para analizar la luz polarizada de las estrellas y así estudiar la estructura tridimensional del campo magnético de la Vía Láctea, un rompecabezas fascinante que aún tiene muchas piezas por descubrir.
Aunque su pasión por el cosmos comenzó en su infancia en una finca cafetera de Andes, el camino que ha recorrido no ha sido fácil. “Por la situación económica de mi familia, sabía que no podría salir del país para estudiar astronomía, mis opciones eran las universidades públicas”, recordó. Así que al descubrir que la Universidad de Antioquia ofrecía ese programa, decidió aplicar, comenzando de esa forma una carrera que la ha llevado a especializarse en México, Reino Unido y Países Bajos.
Jaime Andrés Alvarado, desde la Universidad de Macquarie en Australia, se ha adentrado en el estudio de exolunas y exoanillos, una especialidad tan reciente como difícil que explora los comportamientos gravitacionales en sistemas planetarios. Es decir, este joven investigador ha pasado los últimos años analizando cómo los gigantes gaseosos, al acercarse a sus estrellas, generan interacciones gravitacionales que pueden desestabilizar y destruir las lunas en órbita, un proceso que eventualmente podría formar anillos.
“Cuando un planeta se mueve cerca de una estrella, las interacciones gravitacionales intensas pueden hacer que las lunas modifiquen sus órbitas y, si cruzan un límite crítico, pierdan su estabilidad, transformándose en anillos”, detalló. Su trabajo ha contribuido a entender el fenómeno del decaimiento orbital de los “jupiteres calientes”, planetas gigantes que giran en órbitas extremadamente cercanas a sus estrellas, un campo que sigue en desarrollo y en el cual Alvarado está marcando pautas.
Exitosos en el exterior
Estos jóvenes astrónomos se abrieron camino en escenarios internacionales gracias a la colaboración con universidades y centros de investigación de otros países. “La ciencia no se puede hacer en solitario, menos en un país donde los recursos son tan limitados como Colombia”, afirmó Cuartas.
Ese contexto de limitaciones financieras ha llevado a que muchos estudiantes busquen oportunidades de intercambio y becas en el extranjero, lo cual, a su vez, ha fortalecido la reputación de la Universidad de Antioquia en círculos científicos globales. En este sentido, cada nuevo estudiante que llega al exterior lleva consigo una referencia de calidad que otros perciben, facilitando futuras colaboraciones y alianzas.
La historia de Yenifer Angarita es un ejemplo de ese esfuerzo colaborativo: en sus años como estudiante, participó en una escuela de verano en México y, tiempo después, se ganó una beca para estudiar en Reino Unido, donde perfeccionó sus habilidades en radioastronomía. Estas experiencias no solo le permitieron ampliar su red de contactos, también aplicar las lecciones aprendidas a su propia investigación en Colombia. “Es posible lograrlo, pero es un proceso que requiere mucha motivación y perseverancia”, reconoció la científica.
Ricardo Restrepo no dudó en señalar la importancia de la calidad de la educación que recibió: “Cuando llegué a trabajar en el JPL de la Nasa, me preocupaba no tener el mismo nivel que mis colegas internacionales. Para mi sorpresa, descubrí que la formación en física y matemáticas que recibí en Colombia estaba al mismo nivel o incluso por encima de la que tenían muchos de mis compañeros”, recordó. Su historia es una prueba de cómo una formación sólida en Colombia puede abrir puertas en instituciones de élite a nivel mundial.