Los encuentros de las poderosas hacen que niñas y jóvenes puedan abandonar los tabúes, miedos, restricciones y limitaciones que hay frente a los temas de educación y derechos sexuales.
Los encuentros de las poderosas hacen que niñas y jóvenes puedan abandonar los tabúes, miedos, restricciones y limitaciones que hay frente a los temas de educación y derechos sexuales. | Foto: Cortesía: Poderosas

Educación

Así funciona Poderosas: el proyecto para frenar el embarazo adolescente en las regiones

A través de espacios que buscan empoderar a niñas y adolescentes sobre su cuerpo y sus derechos, se ha logrado que en municipios como Barú se pase de 18 embarazos adolescentes en 2018 a cuatro en 2019.

19 de agosto de 2021

En 2018, en la península de Barú, departamento de Bolívar, nació la idea de hablar abiertamente de derechos sexuales y reproductivos, embarazo adolescente, menstruación, violencia sexual. Temas vetados entre la población. Poco tiempo después, lo que empezó como un taller extracurricular con niñas y jóvenes de la comunidad, se convirtió en el proyecto Poderosas, una iniciativa gracias a la cual 1.500 jóvenes entre 13 y 20 años de diferentes municipios del país reciben educación sexual.

Mientras trabajaba como profesora de Enseña por Colombia en Barú, Mariana Sanz de Santamaría, directora de Poderosas, descubrió la enorme desinformación que existía y cómo esta había desencadenado una preocupante problemática social. “Desde Poderosas queremos fortalecer el poder de decisión de jóvenes sobre su cuerpo, su sexualidad y su vida. En Barú empezamos a hablar acerca de todos estos temas, al principio eran cinco niñas, después diez, y después fueron 50”.

Cuando se reúnen siempre se sientan en el piso y en círculo. Estos espacios sirven para hablar sobre los tabúes alrededor del cuerpo, conocer y apropiarse de los derechos sexuales y reproductivos, y darle mayor importancia al autocuidado.

Los espacios de conversación que generamos son muy importantes porque no todos los colegios tienen orientadores sexuales. Las instituciones educativas y las familias no abordan estos temas, por eso nos enfocamos en desarrollar habilidades emocionales y en construir una metodología para hablar sobre la violencia, el cuerpo, el amor propio, el poder de decisión, los métodos anticonceptivos, el ciclo menstrual, el sexo, y el género”, agrega Sanz de Santamaría.

Estos encuentros comenzaron a replicarse y pronto Poderosas llegó a otros municipios como Carepa, en el Urabá; Arusí y Pizarro, en el Chocó; Tierrabomba, Cali, Sucre y Montecristo. Para contribuir a disminuir los índices de embarazo adolescente, Poderosas se enfoca en que las niñas puedan tomar decisiones libres e informadas, que se protejan y que entiendan que los métodos anticonceptivos son una herramienta de poder. En 2018 hubo 18 embarazos adolescentes en Barú. En 2019 fueron cuatro.

Andrea Aguirre, 18 años, es una de las jóvenes que participa en el proyecto. “En los encuentros hablamos de todo, sin ninguna restricción. La profe (Mariana) dice que no hay respuestas malas ni incorrectas. Este espacio nos ayuda a conocernos, a saber más de nosotras, a querer nuestros cuerpos y abandonar los complejos y las inseguridades”.

Desde Poderosas han logrado identificar los cambios que esta iniciativa ha generado en niñas y jóvenes. “Empezaron a caminar distinto, participan más en clase, opinan, buscan ayuda, se han vuelto referentes de otras jóvenes”, cuenta la directora. En Barú se movilizaron el 8 de marzo, Día de la Mujer; en Aruzí realizaron un taller de confección de toallas de tela absorbente junto con Somos Martina, un emprendimiento de ropa interior para la menstruación; en Montecristo, las jóvenes le exigieron a la Secretaría de Salud medidas sanitarias. Entre tanto, Poderosas se sigue expandiendo por más municipios.

Ahora quieren realizar encuentros con niños y hombres jóvenes para hablar de las emociones, de los privilegios y de las cargas del género masculino. También quieren reconstruir la idea de la masculinidad y repetir el ejercicio que le dio vida a Poderosas: hablar sin miedo de los temas de los que no se hablan.