Solidaridad
Puerto Valdivia, tras superar la emergencia de Hidroituango, le hace frente a la guerra con educación
Hasta este municipio ubicado a 4 horas de Medellín, 200 veredas y otras 15 poblaciones del Bajo Cauca antioqueño, llegaron más de 17 mil kits escolares. La iniciativa alivia las finanzas de las familias beneficiadas y les permite a niños y niñas aprovechar mejor las clases.
Cuarenta kilómetros río abajo del megaproyecto de Hidroituango está Puerto Valdivia, un corregimiento de 4.700 pobladores asentado a orillas del río Cauca, que en su momento fue uno de los puntos más amenazados durante la emergencia de la hidroeléctrica. Por carretera se encuentra a unas cuatro horas de Medellín y hoy es la ruta obligada al mar. Tristemente, también es un corredor estratégico de grupos criminales que se disputan el negocio de la droga.
Teresa Jaramillo, líder social y presidenta de Asocomunal Valdivia, cuenta que le ha tocado enfrentar amenazas de casi todos los grupos, “porque cuando los líderes nos oponemos a entregarles los territorios y el poder de las comunidades, somos objetivos militares”. Teresa conoce muy bien los peligros de la zona y ha enfrentado a los criminales que le han puesto precio a su vida. También ha sido testigo de esfuerzos liderados por organizaciones como EPM, que siembran esperanza en los habitantes más jóvenes.
Hasta las instituciones educativas de este municipio y otros 15 más del área de influencia de la Central Hidroituango, además de 200 veredas, llegó una campaña que busca apoyar a las familias. “Hicimos unos kits especiales pensando en la biodiversidad del territorio y trajimos a la ranita, la nutria, la guacamaya”, explica uno de los funcionarios de EPM que participó en la entrega de kits escolares a 17.013 estudiantes de primaria.
Cada kit trae morral, cuadernos, caja de colores, estuche con lápiz, sacapuntas, bolígrafo y borrador; botella plástica para cargar líquidos, lonchera y una capa impermeable para cubrirse de la lluvia. Róbinson Miranda, director Ambiental, Social y de Sostenibilidad de la Central Hidroituango, cuenta que a través de esta iniciativa contribuyen a la calidad de la educación en estos municipios, “y ayudamos a la economía de los hogares donde están los niños”. La mayoría de estudiantes pertenecen a familias de escasos recursos, así que esta iniciativa es un alivio para sus finanzas.
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Daniel Márquez, profesor de la Institución Pública Rural Marco José Rojo, sede Cachirimé, advierte que los kits que reciben los niños también permiten garantizar la enseñanza de todas las asignaturas de una manera integral y “ayudar a las familias a superar en cierta medida su situación”. En la escuela donde trabaja estudian 147 niños y niñas, en su mayoría, hijos de madres cabeza de hogar.
Teresa sabe que las campañas en las que se apoya a los papás con útiles escolares siembran esperanza. “Los niños y las comunidades se animan con ese kit. Yo siempre he dicho que es un granito de arena importante para nosotros en los territorios, y más en esta construcción de paz territorial de la que hablamos”.
*Contenido elaborado con apoyo de epm