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“Queremos abrir el automovilismo a más mujeres, muchas no saben que es una opción”: Tatiana Calderón
A portas de cumplir dos décadas en el mundo del automovilismo, la piloto colombiana sigue siendo el mayor referente femenino de este deporte en el país. Sus habilidades al frente del volante y su preparación física y mental le han permitido participar en las mejores categorías del mundo. Su siguiente paso está claro: ser piloto titular de Fórmula 1.
Nueve años tenía Tatiana Caderón cuando decidió, junto a su papá y hermana mayor, alquilar un kart en el recién inaugurado Kartodromo Juan Pablo Montoya en Tocancipá. “No sabíamos nada de cómo poner a punto un auto de estos para la competencia”, recuerda entre risas. Hoy ya acumula casi dos décadas de carrera como piloto en las principales competencias del mundo y se ha convertido en un referente femenino del automovilismo en Colombia y Latinoamérica.
Su camino ha estado lleno de triunfos desde el kartismo, donde obtuvo tres títulos nacionales que la calificaron a igual número de finales mundiales. En los Estados Unidos fue la primera mujer en ganar el campeonato divisional Snap-On-Stars y fue campeona de la prueba IAME International Challenge. Esas actuaciones le permitieron abrirse camino en otras especialidades del automovilismo desde el 2011, participando en competencias como la Star Mazda, la FIA F3, la Gp3 Series y la Fórmula 2, donde ha sido la única y primera mujer en participar. Actualmente corre en el Campeonato de Super Fórmula Japonesa y en el Mundial de Resistencia de la FIA, compitiendo al lado de su ídolo, Juan Pablo Montoya.
En conversación con SEMANA, Tatiana Calderón analiza y repasa su carrera deportiva. Así mismo, alza su voz para que a esta modalidad puedan seguir llegando más mujeres, un cambio que promueve como embajadora miembro de la Comisión de Mujeres de la FIA.
SEMANA: ¿Cómo ha sido competir en dos categorías al mismo tiempo en el mismo año?
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Tatiana Calderón: Este año estoy compitiendo en la Super Formula Japonesa con el equipo Threebond Drago Corse y en el mundial de resistencia con el Richard Mille Racing Team en la categoría LMP2. En esta categoría todos los carros son iguales y los equipos cuentan con tres pilotos porque las carreras son de seis, ocho y hasta 24 horas, como en el caso de Le Mans. Es muy competitiva por la cantidad de carros, pero también por los pilotos. Por ejemplo, corro contra mi ídolo Juan Pablo Montoya, algunos ex Fórmula 1 y campeones de la Fórmula E, entre otros.
SEMANA: ¿Cómo se prepara para estas carreras de largo aliento?
T.C: Hay mucho entrenamiento físico y mental, por ejemplo, en las 24 horas de Le Mans no duermes y te montas cuatro o cinco veces al carro durante una hora y media sin importar las condiciones climáticas o la hora. El multitasking es muy importante porque tu atención debe estar en muchas cosas, en el radio, mirando lo que pasa adelante, mirando el retrovisor, juzgado dónde tienes que frenar y todo eso se entrena fuera del vehículo. La próxima carrera es el 16 de julio en Monza, Italia. Ahí correremos seis horas junto a otra compañera piloto, en turnos de una hora y media. Antes de esta carrera hacemos una sesión de simulador. Viajamos el miércoles, nos hacen una prueba covid y empezamos a reunirnos con ingenieros para plantear el fin de semana. Después llegan las prácticas y antes de montarnos al carro hacemos calentamiento físico y de reacción.
SEMANA: Estos carros son diferentes a los monoplaza tipo Fórmula Uno. ¿Cómo ha sido ese proceso de adaptación y de tener que compartirlos?
T.C: Ha sido un mundo muy diferente al que venía acostumbrada porque en monoplazas compites contra otros carros totalmente iguales, la único que cambia es el equipo, pero en el mundial de resistencia te toca prepararte para enfrentar en una misma carrera a varios vehículos de diferentes categorías. Además, compartir el carro es un detalle no menor, porque cuando hay diferencia de altura con los otros pilotos puede ser un problema, entonces toca hacer acuerdos entre compañeros para llegar a un equilibrio.
SEMANA: Ha sido la única mujer en llegar a la Fórmula Dos…
T.C: He tenido la oportunidad de competir en las grandes categorías del automovilismo mundial, muy cerca de la Fórmula 1, entre esas la Fórmula 2, la cual significó un año difícil pero especial porque había mucha gente que no creía que iba a ser capaz de manejar ese carro. Poder correr en circuitos de tradición como Mónaco o Bakú fue muy enriquecedor, aunque no obtuve los resultados que quería.
SEMANA: También es la primera colombiana en un equipo de Fórmula Uno. ¿Qué tal la experiencia de ser piloto de pruebas?
T.C: El hecho de haber manejado junto al equipo Alfa Romeo es de los mejores momentos de mi carrera y sigo soñando con ser un piloto titular de Fórmula 1. Como piloto de pruebas trabajas mucho con los ingenieros para tratar de mejorar el carro, y eso me ha ayudado muchísimo. De igual forma asisto a algunas carreras para oír todas las reuniones de ingeniero, los comentarios de los pilotos y seguir empapándome de la parte técnica.
SEMANA: No es lo mismo manejar un Fórmula Uno a un Fórmula Dos. ¿Qué cambia?
T.C: Entre los carros de las dos categorías son pocas las diferencias visuales, pero en los detalles técnicos y físicos cambian un montón. Yo tenía que entrenar cuatro horas al día para poder cruzar el timón, porque cuando vas a 300 kilómetros por hora tienes toda la carga aerodinámica. En un Fórmula 1 cuentas con la dirección asistida, el asiento está hecho a tu medida exacta y se pueden modificar muchísimas cosas, que en otras categorías debes pelear porque no están homologadas. Tienes más de 50 ingenieros en pista dedicados al carro entonces tienes muchísima información y la mejor tecnología del mundo que está utilizada en esos carros.
SEMANA: A veces la gente piensa que el automovilismo es solo conducir bien. ¿Qué hay detrás de este deporte?
T.C: Este es un deporte muy complejo porque no solo depende del piloto, también del carro, los ingenieros y mecánicos. Aquí cada pequeño detalle marca la diferencia, por ejemplo, el viento, la temperatura del asfalto, la calibración de las llantas, en fin, todos esos factores generan que el comportamiento del carro cambie muchísimo y como piloto te tienes que adaptar, pero también todo el equipo. Entre pilotos e ingenieros conversamos durante horas sobre todo eso.
SEMANA: Su pasaporte debe estar lleno de sellos, ¿cómo le va recorriendo tantos países?
T.C: Correr en otro país es muy enriquecedor, pero a la vez demandante. Te enfrentas a otro idioma, una nueva cultura y la forma de correr es muy diferente, porque en cada país se trabaja muy distinto. Por ejemplo, algunas palabras que se suponen significan lo mismo en muchas partes, en algunos países no. Sin embargo, es algo que disfruto muchísimo, aunque conozco más los aeropuertos y los circuitos que el resto de la ciudad.
SEMANA: Como miembro de la Comisión de Mujeres de la FIA, ¿cuál es el principal logro que quiere alcanzar?
T.C: Queremos abrir el automovilismo a más niñas, porque muchas no saben que es una opción, entonces tenemos que empezar a cambiar muchas cosas, por ejemplo, si hablamos de la ergonomía, los carros están más diseñados para el cuerpo de un hombre. En mi caso, para estar cómoda he tenido que hacer muchas modificaciones. Todas estas experiencias las he llevado a la comisión para que no les pase a las generaciones futuras. Además, este deporte es de los pocos donde podemos competir mano a mano, porque no solo depende de la fortaleza física, sino que hay un carro y habilidades de por medio.
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