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Quibdó recupera sus quebradas y fuentes hídricas con ayuda de la comunidad
El trabajo de limpieza y educación ambiental liderado por la alcaldía dio resultado. Por primera vez el municipio no fue catalogado en calamidad por inundación durante el año pasado. Este logro evitó que más de 2.000 familias resultaran damnificadas.
En Quibdó la vida sucede en torno al río Atrato y a las más de 17 fuentes hídricas que rodean la ciudad. Chocó es uno de los departamentos que más agua aporta a la red hídrica nacional y el único con costas bañadas por los dos océanos. Aquí el agua es el eje del desarrollo de las comunidades, de la identidad social. En ella sus habitantes lo encuentran todo: alimento, transporte, la posibilidad de desarrollar actividades productivas y hasta de entretenerse.
“Nuestras principales fuentes de agua tienen una importancia muy sentida porque son la red hídrica del municipio y desembocan en el río Atrato. Cualquier acción positiva o negativa impacta directamente a esta joya de la naturaleza con la que contamos”, advierte Marlydis Palacios, secretaria de Medio Ambiente de Quibdó.
Justamente esa riqueza hídrica motivó el diseño y ejecución de proyectos institucionales como el Plan Integral de Recuperación de las Microcuencas Urbanas, el Programa de Mujeres y Jóvenes Sostenibles, que busca restaurar puntos críticos por el mal manejo de residuos sólidos; Eco Guardianes, una iniciativa en la que más de 100 jóvenes voluntarios prestan un servicio social para recuperar las fuentes hídricas, y el programa Eco Territorios, que genera espacios verdes a través del aprovechamiento de residuos sólidos para disminuir la contaminación.
“Gracias a todas estas iniciativas el año pasado logramos, por primera vez, que el municipio no fuera catalogado en calamidad por inundación. Fueron más de 17 fuentes hídricas las que limpiamos. Esto generó un impacto en el medioambiente y mejoró las condiciones socioeconómicas de los habitantes, pues en época de lluvia eran más de 2.000 las familias damnificadas”, puntualiza Palacios.
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La transformación ambiental que está viviendo la capital del Chocó se hace evidente en lugares como la quebrada La Yesca, que atraviesa la ciudad de oriente a occidente y desde hace algún tiempo estaba afectada por la contaminación de desechos sólidos y la acumulación de basura como colchones y llantas. Hoy también se ven más limpias las quebradas Caraño y La Cascorba.
Esta transformación es un logro no solo de la administración municipal sino de la ciudadanía. Francy Rivas, líder de la parte alta del Barrio Fuego Verde, cuenta que se ha venido haciendo un trabajo de sensibilización con la comunidad y la empresa Aguas del Atrato, encargada de la recolección de los residuos sólidos. “Debido al mal estado de la vía no estaban subiendo a recoger la basura y los habitantes la tiraban a la quebrada Caraño. Nos reunimos semanalmente con 15 trabajadores de la empresa y más de 100 personas que hacen parte de la comunidad”. Adicionalmente se recolectaron más de 3.500 llantas de los talleres para evitar que llegaran a las microcuencas y más de 8.000 toneladas de residuos sólidos fueron aprovechadas.
Jhon Harold Cuesta, conciliador de la comuna número 2 de la ciudad, está convencido de que “esta labor de limpieza es una motivación nuestra porque somos los más perjudicados. El medioambiente es un asunto de todos. Que la quebrada esté sucia quiere decir que ya no podemos nadar ahí o utilizar esa agua para labores domésticas como lo hacíamos anteriormente. Aquí tenemos a nuestras familias, nuestros hijos están creciendo y debemos poner nuestro granito de arena. Queremos que Quibdó sea referente de fuentes hídricas, pero limpias”.
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