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Repelón: el municipio del Atlántico que logró salir de la pobreza gracias a la agricultura
Con inversiones en la rehabilitación del sistema de riego y capacitaciones a los pequeños productores la Gobernación del departamento impulsó la recuperación económica de este municipio reconocido por sus tierras fértiles.
El municipio de Repelón, conocido como la despensa agrícola del Atlántico, fue un prolífico productor de alimentos que generó riqueza y desarrollo hasta los años noventa cuando diversos factores generaron una profunda crisis. Manuel Pernett, oriundo de este lugar ubicado al sureste del departamento, contó que a este territorio “bendecido por Dios con tierras planas y fértiles llegó la pobreza”.
Hace dos años se prendió una luz de esperanza por cuenta de un programa de agronegocios que promovió la Gobernación del Atlántico y al cual Pernett se inscribió. Gracias a este impulso se convirtió en el primer productor de palma de aceite del municipio. De hecho, en mayo de este año empezó la recolección de racimos de palma que hoy se acerca a la media tonelada y los beneficios ya son evidentes en su vida y en la de la comunidad.}
“Está mejorando la situación desde el punto de vista económico. Somos cuatro personas las que trabajamos en mi predio en la recolección. La familia está contenta y dice que si tuviéramos más tierra volveríamos a sembrar palma. Hoy en Repelón hay paz porque tenemos fuentes de empleo”, cuenta emocionado este atlanticense de 71 años.
Pernett es uno de los 330 campesinos repeloneros que se han convertido en agroempresarios gracias a este proyecto bandera de la actual administración departamental, que se ha enfocado en el cultivo y comercialización de tres productos: palma de aceite (145 pequeños productores) limón tahití (121) y plátano (64).
Según Luis Humberto Martínez, secretario de Desarrollo Económico de la Gobernación, “en el sur del Atlántico la gobernadora Elsa Noguera inició esta revolución agroindustrial con la implementación de cultivos de largo aliento. Así logramos la implementación de las primeras 1.500 hectáreas de palma,800 de limón tahití y 100 de plátano”, precisó.
En paralelo, para garantizar la producción y hacerla sostenible en el tiempo, la administración departamental adelantó acciones que permitieron el desarrollo de las obras de recuperación y reactivación de los sistemas de riego que estaban deshabilitados. Ahora, gracias a la firma de un convenio con la Agencia de Desarrollo Rural esto es una realidad. Gracias a todo esto se garantizará el suministro del líquido vital por 10 años más.
“Indiscutiblemente hay una transformación social en el municipio, además de un crecimiento económico importante, generación de empleo y de comercio, así como de nuevos negocios. También se ha garantizado la seguridad alimentaria”, explicó el funcionario.
Cambios notables
Previo a la puesta en marcha del proyecto, los habitantes de Repelón le pidieron a la Gobernadora encontrar una solución a la problemática del agua, tan necesaria para el desarrollo económico de este territorio caracterizado por ser fértil y rico en recursos hídricos.
“Los agricultores le pedían agua para sus cultivos. Lo paradójico era que aunque estaban cerca del embalse El Guajaro, no tenían acceso. La única manera de lograrlo era poniendo a punto el distrito de riego, pero era una infraestructura con más de 60 años y obsoleta”, contó Diana Amaya, asesora del despacho de la gobernadora y gerente de proyectos de agroindustria en el sur del Atlántico.
Este fue el punto de partida para el montaje de una infraestructura que tiene como función recoger el líquido vital de una fuente y, por medio de redes, llevarla a las unidades productivas agropecuarias. De acuerdo con Amaya, las obras para la adecuación de este distrito terminarán pronto y garantizarán el suministro ininterrumpido del recurso a 4.000 hectáreas.
El mantenimiento y la operación del distrito se ha delegado en el departamento. Su operación se desarrolla inicialmente con recursos de la Gobernación, y posteriormente se prevé su financiamiento con el pago de la tarifa que se derive de la prestación del servicio.
“Lo que he visto en Repelón es un crecimiento del municipio y me atrevería decir que hoy es un municipio con empleo pleno: a las 5 de la mañana, por ejemplo, se puede ver a toda la maquinaria saliendo a las fincas para realizar las diferentes labores. Esto ha revitalizado la economía”, concluyó la funcionaria.
El proyecto de agronegocios también cubre otros municipios. En Santa Lucía, ubicado al extremo sur del departamento, la Gobernación, con el apoyo de una compañía israelí, implementa el montaje de 500 hectáreas de cacao y otras tantas de plátano.
Pilar financiero
El financiamiento para este proyecto ha sido fundamental gracias a la participación del Banco Agrario y a la creación, como destacó Martínez, del ICRA (Incentivo a la Capitalización Rural del Atlántico). Esta iniciativa de la Gobernación tiene como propósito ser garante, con recursos propios, de los desembolsos a los pequeños productores. De esta forma se evitó que estos tuvieran que hipotecar sus tierras.
Así mismo se han concertado alianzas de asistencia técnica y en otros frentes con expertos en cada área con el fin de sacar adelante los proyectos. En el montaje del proyecto de agronegocios, la Gobernación destinó una inversión superior a los 105 mil millones de pesos.
*Contenido elaborado con apoyo de la Gobernación del Atlántico.
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