Entrevista
Risaralda tendría que hacer una vaca como Antioquia si no llegan los recursos del Gobierno nacional
Juan Diego Patiño, gobernador del departamento cafetero, afirmó que no están en la capacidad de asumir, por cuenta propia, las grandes apuestas. Por eso, evalúan escenarios que contemplen una mayor participación del sector privado.
Juan Diego Patiño llegó a la gobernación de Risaralda convencido de que hay que darle un giro a las rutas tradicionales de obtención de recursos para poder avanzar a buen ritmo en todo lo que representa desarrollo para el departamento.
“Recibí el departamento con obras avanzadas, con proyectos en fases importantes, pero con una dependencia del Gobierno nacional muy fuerte que hay que transformar. Reportamos muy buenos indicadores, pero es importante que se entienda que tenemos muchas necesidades y el presupuesto es finito”.
Por eso, algunas de sus propuestas incluyen articularse con el privado. En este sentido, el mandatario ve un gran potencial logístico en Risaralda y reconoce al sector empresarial como un actor fundamental para la economía de la región.
SEMANA: ¿En que han podido avanzar en estos primeros 100 días?
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JUAN DIEGO PATIÑO (J.D.P.): Hemos trabajado de manera incansable en alcanzar temas prioritarios para nosotros; por ejemplo, fuimos el primer departamento en entregar el Programa de Alimentación Escolar (PAE). Logramos aumentar la matrícula a más de mil estudiantes, y abordar puntos importantes que se habían dejado de lado en la minga educativa. Además, logramos activar distintas veedurías en torno a procesos de desarrollo regionales como las vías del Samán. En estos primeros 100 días se iniciaron obras por 34 mil millones de pesos, de un convenio firmado hace años en el que no se había avanzado ni un metro..
¿Qué hace hoy a Pereira uno de los mejores vivideros de Colombia?
J.D.P: Lo primero, la gente y su hospitalidad. Lo segundo es que realmente somos un territorio abierto a que la gente foránea se sienta cómoda. Tercero, tiene que ver con los avances que hemos tenido en la calidad de vida, y me refiero al desarrollo de una economía próspera, a la infraestructura vial, a la posibilidad de tener un proyecto como el hospital de alta complejidad, un aeropuerto con conexiones internacionales y la presencia de grandes superficies de cadenas reconocidas a nivel nacional en el territorio; además de sectores inmobiliarios con una valorización muy alta, como el de Cerritos. La pandemia fue un detonante para acelerar el crecimiento de Pereira y de sectores aledaños al área metropolitana. Sin embargo, no desconocemos que 60.000 risaraldenses aguantan hambre diariamente; y estamos comprometidos en disminuir esos índices de miseria.
La construcción de viviendas fue uno de los sectores más afectados a nivel nacional en el último año, ¿qué está pasando en Risaralda que venía destacándose por un desarrollo importante en este sentido?
J.D.P: En los territorios, tenemos un problema grande y es el déficit cualitativo y cuantitativo de vivienda; en el caso de Risaralda son más de 50.000 viviendas, entre mejoramientos de vivienda y vivienda nueva. Además, tenemos más de 12.500 viviendas en zonas de alto riesgo no mitigables. Si bien es cierto que somos un territorio pujante, resiliente, con unos buenos índices, no somos capaces de sacar adelante solos las apuestas grandes; por eso es importante articularnos con el privado. Es muy similar a lo que está pasando en Antioquia con el tema de las vías, donde el llamado del gobernador ha sido fuerte: sí, somos pujantes y tenemos buenos números, pero para terminar las obras falta la parte del Gobierno nacional.
¿Qué solución ven ustedes?
J.D.P: Ceder lotes que tengamos en zonas de expansión para que los privados desarrollen vivienda y les paguen a las administraciones municipales con vivienda de interés social. De esta forma, nosotros podemos entregar las vivienda que faltan o generar empréstitos, por ejemplo. Concretamente, conformar una Asociación Público Privada (APP), recibir el pago del valor de los lotes con viviendas desarrolladas, y que el excedente represente las utilidades de las constructoras. Esto va a tener un impacto inmediato en el empleo y la seguridad. Ese es un tema que vamos a tratar en una próxima cumbre en la que esperamos reunir a gobernadores, Asocapitales, Camacol Nacional y Cotelco.
Risaralda es más que turismo y café, ¿de qué manera están estimulando la llegada de inversión y en qué sectores ven mayor potencial?
J.D.P: Risaralda cuenta con cuatro municipios ZOMAC (Zonas Más Afectadas por el Conflicto Armado) que ofrecen beneficios tributarios para la generación de nuevas empresas. En uno de ellos, Balboa, se están asentando grandes empresas como respuesta a esta oferta. Y definitivamente Risaralda no solo es café y turismo, sino también logística y allí vemos grandes oportunidades. Estamos ubicados estratégicamente en vías nacionales que cruzan caminos hacia el Pacífico, hacia la Costa Atlántica, hacia el centro del país, y esa ubicación estratégica nos permite pensar en sacar adelante proyectos estratégicos logísticos como la plataforma logística del Eje Cafetero, que hoy tiene una gobernanza pública y está expectante que el Gobierno nacional pueda generar unas inversiones cuantiosas.
¿Cómo acelerar este proceso?
J.D.P: La propuesta que tenemos, y que va a quedar incluida en el Plan de Desarrollo Departamental, es dar un cambio de gobernanza y buscar la posibilidad de vincular al privado en esas nuevas industrias para que vean una zona de expansión en ese territorio, a través de una APP. Resulta muy atractivo porque está ubicado en el municipio de La Virginia, uno de los tres municipios que están dentro del área metropolitana, con disponibilidad de servicios como el de transporte, y una cercanía a puertos importantes con salida a Buenaventura, a un aeropuerto que en unos años se puede volver internacional de carga como el de Cartago, en el Norte del Valle. Adicionalmente, si en algún momento se llegan a reconectar las vías férreas hasta el municipio de Pereira en Caimalito, estaríamos a unos dos kilómetros de esa conexión férrea hacia el puerto de Buenaventura.
¿Cómo está la seguridad en el departamento?
J.D.P: En Risaralda, hemos identificado problemáticas en sectores muy puntuales como Dosquebradas, temas de habitantes de calle, de ollas, de consumo; pero en general, estamos bien frente a lo que pasa en otros territorios. Con esto no quiero decir que aquí estamos en el país de las maravillas, pero sí mejor frente a otras realidades. Es fundamental tener una economía fortalecida y pujante y con dinamismo de empleo, para que los índices negativos no se disparen.
Hablando del turismo, el Eje Cafetero es popular por su belleza natural y gastronomía. ¿Hacia dónde quieren dirigir su oferta gastronómica?’
J.D.P: La gastronomía es un ancla turística y hoy Risaralda adolece de una buena gastronomía, en lo que se refiere a la prestación del servicio. No hablo de lo típico y de lo rico que se come en este territorio, donde tenemos un plato típico reconocido a nivel mundial como es el chorizo Santarrosano, que hasta tiene una festividad. La idea es fortalecer las capacidades de los territorios de acuerdo a su vocación. Por ejemplo, Pereira tiene el corredor gastronómico de Corocito, conocido por la venta de asado, chorizo, chuzos y arepas, que es muy visitado por los pereiranos pero desconocido por los turistas. Se encuentra en un barrio popular de la ciudad, en la comuna de Villavicencio. Además, está la ruta de la arepa de chócolo en Galicia.
También tenemos un plan para la alta cocina. Estudiamos llevar a un municipio, por definir, uno de los restaurantes que ha ganado relevancia en el departamento para convertirlo en ancla del turismo, como lo hicieron hace unos años en Filandia, Quindio.
Mejorar el estado de las vías en destinos estratégicos es clave, como la que conduce hacia las distintas termales del municipio Santa Rosa Cabal, que aún está destapada…
J.D.P: Exactamente, algunos de los kilómetros de la carretera que conduce a las terminales de Santa Rosa de Cabal y la reserva de San Vicente está destapada. En los próximos meses proyectamos avanzar en un proceso para poder llegar con las vías en pavimento hasta los distintos termales, que atraen al menos un millón de turistas al año a este territorio, generando oportunidades.
Las termales de Santa Rosa de Cabal, junto con el Parque Ukumarí, en Pereira, son hoy los atractivos que más atraen visitantes al departamento. ¿Planea potencializar otros destinos?
J.D.P.: Sí, es importante apoyar toda la oferta para seguir captando recursos a través del turismo. En Risaralda tenemos turismo étnico en municipios como Mistrató y Pueblo Rico, que ofrecen como experiencia mostrarle a la gente su cultura y cotidianidad. También tenemos turismo de naturaleza; de hecho, somos el número uno a nivel nacional, porque albergamos el 50 % de las aves endémicas del país en 14 municipios; y turismo de aventura. Hoy tenemos certificados puntos turísticos de aventura como en Apía, con el parapente, que permite disfrutar desde las alturas del cerro de Tatamá. Adicionalmente, en Apía también tenemos la mejor taza de café especial de Colombia. Allí lo ideal es desarrollar una ruta de barismo, que permita vivir toda la experiencia de cafés especiales del departamento.
La meta en el Eje Cafetero, en general, es atraer más turistas, y casi todos llegan por el aeropuerto internacional Matecaña. ¿Tienen planes concretos de ampliación?
J.D.P.: Hay que empezar a mirar 10 años adelante lo que qué va a acontecer con nuestra terminal aérea. Sabemos que vamos a llegar a un punto de inflexión, en el cual las nuevas aeronaves que se van a construir en el mundo no van a poder aterrizar en la pista que tenemos. Desde ya estamos pensando en estudios y diseños de una posible ampliación, que puede representar una reubicación de la pista, como le pasó en algún momento a Medellín que salió de su ciudad hacia Río Negro.