Ambiente
Save The Bear: la iniciativa para construir el primer vivero de plantas y alimentos para el oso andino
La marca de ropa Domenica y la aplicación Treelife, se unen para conservar el hábitat del oso andino en el páramo de Guasca. El proyecto ya cuenta con el aval de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca y en los próximos días iniciarán la construcción de la primera parte.
En el 2020 se talaron 171.685 hectáreas de bosque en el país, 8 por ciento más que en 2019. Caquetá, Guaviare, Putumayo, Antioquia y Meta son los departamentos donde más se destruyen los bosques. Ante este panorama y con el fin de mitigar la problemática, la marca de ropa Domenica y la aplicación Treelife crearon ‘Save The Bear’, una iniciativa que está haciendo posible la siembra de árboles en los páramos de Guasca y Subachoque, así como la construcción del primer vivero de plantas y alimentos para conservar el hábitat del oso andino.
La iniciativa está plasmada en una línea de productos sostenibles donde se utilizan desde telas recicladas hasta empaques biodegradables. María Paula Ramón, una de las creadoras de Domenica junto a María Carolina Gutiérrez, explica que esto nació con el apoyo de Treelife, una aplicación liderada por Daniel Salinas y Juan David Almansa, que siembra un árbol por cada 85.000 pasos dados y 150 kilómetros pedaleados por parte de sus usuarios. De esta manera han logrado sembrar más de 4.500 árboles en Villeta, Anapoima, en los páramos de Guasca y Subachoque y en el Amazonas.
“Ellos nos propusieron hacer algo para ayudar a la conservación del oso andino, ya que el logo de Domenica es un oso”, cuenta Ramón y explica que así nació ‘Save The Bear’. “Sacamos una edición de sacos donde todas las ganancias eran destinadas para reforestar alguna zona del páramo de Guasca o Subachoque. En menos de un mes logramos vender todos los sacos y sembrar cerca de 1.000 árboles”, dice con sorpresa.
Salinas explica que esta siembra se dio de forma tradicional, pero también por medio de planeación aérea con drones. “Estos llevan bolas de semillas hechas de diferentes compuestos orgánicos como carbón vegetal, arcilla y abono, las cuales llevan en su interior una semilla, se lanzan y tienen una tasa de germinación del 33 por ciento, dependiendo de donde caigan”, explica.
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Tras el éxito de esa primera campaña, decidieron seguir uniendo esfuerzos en un plan más ambicioso. “Pensamos en que la gente debería ver que todo lo que prometemos bajo el sello ‘Save The Bear’ lo cumplimos, fue así como nació la idea de adquirir un terreno que nos otorgó la CAR y ahí construir un vivero para sembrar alimentos y plantas que necesita el oso andino en su hábitat”, comenta Ramón.
Por su parte, Salinas señala que pensaron en esto porque plantar árboles solo aporta una ínfima parte a la problemática, se debe analizar y estudiar cómo se puede impactar positivamente a las especies, en este caso el oso andino. “El vivero lo vamos a construir con material de impresión 3D, que nos va permitir armarlo muy fácilmente y por partes”, afirma.
Gracias al trabajo en conjunto con la CAR, conocieron la topografía del predio, realizaron una propuesta de diseño florístico y aprendieron qué especies debían sembrar. “Ellos tienen un listado de especies vegetales arbustivas y arbóreas que son propuestas para realizar restauración del ecosistema desde los 2.700 metros sobre el nivel del mar, hasta los 3.400, entonces en el vivero encontraremos encenillos, aguacatillos, romero de tierra fría, la uva camarona, entre muchas otras”, comenta.
Esta construcción se va realizar por etapas, de acuerdo a las campañas que se van desarrollando y los fondos que obtienen. “Queremos que este espacio esté abierto para todo el público, por eso está pensado con un valor agregado de diseño donde la gente podrá ver que todo eso que prometemos, lo estamos cumpliendo”, afirmó Ramón.
La línea de producto ‘Save The Bear’ está confeccionada con tela ciento por ciento reciclada. Incluso las etiquetas se podrán sembrar. “Los compradores de productos recibirán una etiqueta en su artículo, sea un hoddie, una camiseta o pantaloneta, que está hecha de material biodegradable y si se siembra en una matera y se riega, saldrá una planta de albahaca”, explica Ramón.
Para los dos emprendedores detrás de estos negocios, jóvenes que no superan los 23 años, este proyecto los ha vuelto más conscientes ante la deforestación, pero también han descubierto nuevas sensaciones al aportar a la problemática. “Es muy bonito que, en los primeros pasos de este proyecto, algunos colaboradores en la construcción del vivero nos digan que ven pasar osos por la zona. Eso nos llena de ganas para seguir”, concluye Salinas.
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