Especial Seguridad Vial

Seguridad vial: ¿Cómo disminuir los muertos y lesionados en las carreteras?

El año 2021 fue el más mortífero para los colombianos en el último lustro, con 7.067 fallecidos en accidentes de tránsito. Para contrarrestar este problema, el país no solo acogió los lineamientos internacionales, sino que invirtió en cultura ciudadana, reglamentación de estándares de calidad de los vehículos e infraestructura segura.

18 de junio de 2022
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Mientras que a principios de los noventa Bogotá tenía una tasa de muertes en accidentes de tránsito cercana a 25 por cada 100.000 habitantes, hoy oscila entre 6 y 7. | Foto: Getty Images

Reducir la siniestralidad vial sigue siendo uno de los grandes desafíos del mundo. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente mueren 1,3 millones de personas en accidentes de tránsito, y entre 20 y 50 millones sufren traumatismos no mortales.

Estas lesiones, además, repercuten en grandes pérdidas económicas para los afectados, sus familias y los mismos países a causa de los costos de los tratamientos y la pérdida de productividad de quienes quedan discapacitados, según ha explicado la OMS. Así, las colisiones debidas al tránsito les cuestan a la mayoría de los países el 3 por ciento del PIB.

Para Colombia, el año 2021 fue el más mortífero del último lustro, con cerca de 7.000 fallecidos en accidentes de tránsito, según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial. Pero hay avances: de conformidad con The International Road Traffic and Accident Database (IRTAD), que evalúa la tasa de accidentalidad de distintos países del mundo, mientras que en 2016 la tasa promedio de fallecidos por accidentes de tránsito en Colombia era de 14,62, cuatro años después bajó a 10,66. Sin embargo, al comparar el país con los otros participantes del registro –principalmente de Europa y solo Estados Unidos, Canadá, Argentina y Chile del continente americano–, la nacional es una de las tasas más altas, especialmente en muerte de motociclistas.

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El Gobierno nacional activó la construcción del nuevo Plan Nacional de Seguridad Vial, que implicó avances en diversos temas, como infraestructura segura, educación y prevención. | Foto: Daniel Jaramillo

Precisamente, a finales de 2020, la Organización de las Naciones Unidas hizo un llamado sobre la necesidad de redoblar esfuerzos por parte de Gobiernos, sector privado y ciudadanía para atender este problema, que finalmente toma forma con el plan Decenio de Acción por la Seguridad Vial 2021-2030. Su principal objetivo es conseguir, por lo menos, una disminución de la mitad de lesiones y muertes por accidentes de tránsito para 2030.

Lograr una reducción de tal magnitud requiere la participación de todos los países, independientemente de su nivel de ingresos o desarrollo. Este objetivo es alcanzable, en todos los entornos, si todos los países aplican las soluciones existentes con un enfoque de sistema seguro durante los próximos diez años”, se argumenta en el Plan Mundial.

Por supuesto, las posibilidades de cada país son diferentes, pero el gran compromiso planteado es que, aun cuando sea mediante esfuerzos pequeños, el enfoque de esas implementaciones sea integral y consistente.

Dentro de ese marco, el Gobierno nacional activó la construcción del nuevo Plan Nacional de Seguridad Vial, que implicó avances en diversos temas, como infraestructura segura, educación y prevención. De hecho, capacitaron 22.249 personas y 6.248 empresas con el propósito de obtener avances reales en este tema.

El impacto de la cultura

En educación los esfuerzos continúan. Con programas como Puntos Seguros, que contó con una inversión de más de 9.000 millones de pesos, se brindó atención pedagógica y técnica a cerca de 300.000 conductores en el país. Además, la Agencia Nacional de Seguridad Vial implementó la Ruta Nacional por la Seguridad Vial, un programa enfocado en acciones pedagógicas para los motociclistas. En su primera fase, el programa cubrió 88 municipios en 24 departamentos, con 243.857 intervenciones educativas que llegaron a unos 45.000 conductores. En la segunda, el objetivo es llegar al menos a 150.000 ciudadanos en todos los departamentos.

Bogotá, según explica Henry Murraín, subsecretario distrital de Cultura Ciudadana, también ha hecho su tarea. No solo porque desde 2016 adoptó el enfoque internacional Visión Cero, que implica que “ninguna muerte en el tránsito es aceptable, todas son evitables”, sino porque a lo largo de las últimas décadas ha mostrado un avance notable en la articulación de la prevención, la atención médica y las mejoras en infraestructura.

Bogotá tiene una tradición importante en esta materia. Hemos avanzado. Debemos recuperar la autoestima de los bogotanos. Esto no es para alabar alguna gestión distrital en particular, sino para destacar que los avances se han dado gracias a su ciudadanía”, argumenta Murraín.

Para el funcionario, mientras que a principios de la década del noventa la capital tenía una tasa de muertes en accidentes de tránsito cercana a 25 por cada 100.000 habitantes, hoy oscila entre 6 o 7 por cada 100.000. “La educación y la pedagogía cívica han sido fundamentales. Los años de mayor reducción de accidentes de tránsito en la historia de Bogotá, porcentualmente hablando, fueron los dos años del primer gobierno de Antanas Mockus, en los que se generó un quiebre radical”, asegura.

Eso no implica que no quedan retos por remontar, pero sí muestra un camino positivo por construir. Hoy, por ejemplo, las campañas continúan y se enfocan especialmente en la cultura ciudadana para optimizar el uso de las vías debido a la serie de obras que se están realizando en la ciudad para las mejoras de su infraestructura. “Parquear el carro en una avenida es grave siempre, pero ahora lo es aún más”, precisa Murraín.

Proteger a niños y jóvenes

Según la OMS, los traumatismos por accidentes de tránsito son la principal causa de muerte entre niños y jóvenes de los 5 a los 29 años. De allí la importancia de que las políticas de seguridad vial protejan a esta población. Debatir esta cuestión fue uno de los objetivos del Foro Internacional de Seguridad Vial Infantil (Fivesi), del que Colombia fue sede en marzo de este año.

María Fernanda Rodríguez, fundadora y presidenta de la Fundación Gonzalo Rodríguez, de Uruguay, y que colidera Fisevi, destacó que el gran reto es impulsar políticas públicas que aborden transversalmente la seguridad vial de forma holística; en las que “no solo se vea al niño como un pasajero, sino que se mire la infraestructura, la atención hospitalaria, los derechos de los menores, la reglamentación, los elementos de seguridad, la parte educativa y el control”.

Durante el evento, Ángela María Orozco, ministra de Transporte, destacó que el programa Bicidestrezas, originalmente enfocado solo en adultos, tendrá una versión para capacitar a niños y adolescentes sobre la conducción segura de la bicicleta.

Algunas cifras

7.067 personas fallecieron en Colombia en accidentes de tránsito en 2021.

Los actores viales más afectados fueron:

  • 4.198 motociclistas
  • 1.508 peatones
  • 555 usuarios de vehículo individual
  • 455 ciclistas

Los departamentos donde hubo más fallecidos en siniestros viales en 2021:

  • 910 en Antioquia
  • 810 en Valle

*Fuente: Agencia Nacional de Seguridad Vial