Regiones
Sueño cumplido: nacieron las primeras crías de suricatas del Zoológico de Cali. Esta es su historia
La espera de 10 años valió la pena. Ahora la familia de estos mamíferos inquietos se compone de seis individuos.
Fue todo un acontecimiento: el Zoológico de Cali esperó durante 10 años el nacimiento de las primeras crías de suricatas y por fin ocurrió. El 15 de julio de 2024 nacieron dos individuos. Luego de desarrollar algunas modificaciones en el recinto y de trabajar con paciencia, la reproducción fue exitosa. Ahora la familia del zoológico se compone de seis suricatas. Una familia de mangostas peludas obsesionadas por trepar y vigilar.
“Al principio sentimos muchos nervios, porque las dos primeras semanas son cruciales. Nos preparamos muy bien, tanto en el previo como en el post nacimiento. Se generaron letreros advirtiéndoles a los visitantes sobre precauciones como no golpear o mantener el silencio”, afirmó Dave Wehdeking, gerente de Bienestar Animal del Zoológico de Cali.
El silencio fue indispensable. Por ser depredadoras pequeñas —ubicadas en la parte más baja de la cadena alimenticia—, las suricatas son extremadamente susceptibles al estrés. De hecho, un ruido estruendoso puede desencadenar patrones de estrés que culminen con la muerte de las crías.
“Ellas piensan: no voy a perder todo este esfuerzo, mejor me las como yo. Otras veces pueden suceder cosas por un sobre acicalamiento. Hace mucho tiempo tuvimos una suricata que por este motivo le arrancó la orejita a la cría. Son situaciones que debemos evitar”, agregó el gerente.
Lo más leído
Estos mamíferos, acostumbrados a vivir en ecosistemas de clima desértico, necesitan una potente incidencia de luz solar para sobrevivir sin mayores riesgos. En el nacimiento de las crías en el zoológico de Cali fue indispensable adaptar el ambiente y disponer su zona con las mejores condiciones. Fue una transformación infraestructural completa. Todo un acontecimiento.
“Nos dimos cuenta de que teníamos árboles que generaban mucha sombra, así que hicimos unas podas. Medimos temperaturas, cambiamos los sustratos y compramos un deshumidificador para mantener los rangos de temperatura correctos. Además, generamos un bloqueo de visuales de la zona de manejo para que se sintieran tranquilas y protegidas”, comentó Wehdeking.
Las centinelas
Las suricatas son animales gregarios, es decir, prefieren vivir en grupos grandes. Sin embargo, cada uno de sus individuos posee un rol particular. El centinela es quizás el más popular en el mundo: una pequeña mangosta que se para normalmente sobre una piedra para divisar el horizonte. Siempre expectante, con la cabeza móvil y las patas delanteras recogidas.
En este grupo del zoológico, el rol de centinela lo asumió la mamá suricata. “Estuvo con la panzota grandísima haciendo el esfuerzo, mirando, y cuando nacieron los bebés, mientras se destetaban, asumieron ese rol otros individuos. Pero a ella le encanta ser centinela”, mencionó Wehdeking.
El rol de centinela no es un rol exclusivo, sino rotativo. Aun así, en el caso de las suricatas caleñas, predominó el liderazgo de las hembras, pues son las dominantes de los grupos. “La centinela se encarga de vigilar el bienestar de sus congéneres o si llega a aparecer un depredador”, agregó el gerente.
Existen estudios que confirman que las suricatas no duermen plácidamente si su centinela no es una experta vigilante. Wehdeking comentó que incluso en el zoológico estos mamíferos creen que puede haber un depredador. A veces pasan las aves y las suricatas alzan la mirada con una atención descomunal.
Los primeros 15 días
Todos los animales pueden ser altriciales o precociales. Los altriciales son animales completamente dependientes de sus padres al momento de nacer. Entre ellos están los perros o los gatos. Por otro lado, los precociales son aquellos que se separan de sus procreadores a los pocos instantes de nacer. Por ejemplo, las vacas o los caballos.
Por sus condiciones biológicas y su tiempo de gestación de 70 días, las suricatas son altriciales.
“Son muy desvalidas, entonces durante esos 15 días son muy dependientes de las condiciones que los papás les puedan ofrecer. Después comienzan a salir a explorar. Ellas ya tienen mes y medio, pero todavía les cuesta ponerse de pie. Les tambalean las patas”, explicó Wehdeking.
“Otra cosa interesante es que los hermanos mayores participan en la crianza de las crías. Durante la época de buscar comida en vida silvestre, los papás se van a explorar y a buscar comida. Los hermanos mayores quedan como nodrizas pendientes de que no vaya a pasar nada con las crías. Todo el grupo trabaja en función de la cría”, añadió.
Estas suricatas todavía no tienen nombre, pero en dos semanas podrán ser nombradas por los visitantes del zoológico. “Les corresponden sus vacunas y es cuando esclareceremos su sexo. El área de comunicaciones tiene preparada una actividad para que los visitantes puedan escoger el nombre. Se generará una lista dependiendo del sexo”, confirmó Wehdeking.
En los próximos meses, las suricatas aprenderán de sus papás a comportarse como un mamífero inquieto, aumentarán el número de individuos y se alistarán para ser buenas centinelas. Las mejores vigilantes del zoológico.
“Antes de finalizar el año esperamos que sea posible tener más bebés. Estamos esperanzados con eso”, concluyó.