El lazo rojo fue creado en 1991 como el símbolo internacional del VIH/sida. En 1996 el Programa Mundial de Naciones Unidas para el VIH/sida (ONUSIDA) lo incorporó de manera oficial a su logotipo.
El lazo rojo fue creado en 1991 como el símbolo internacional del VIH/sida. En 1996 el Programa Mundial de Naciones Unidas para el VIH/sida (ONUSIDA) lo incorporó de manera oficial a su logotipo. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Salud

Treinta años de lucha contra el sida en Colombia

En 1991 se materializó la idea del epidemiólogo Henry Ardila, quien quiso crear un espacio en el que las personas con VIH se sintieran a gusto, pudieran recibir atención médica, asesoría y acompañamiento. Aunque el estigma de la discriminación y el miedo al contagio han acompañado siempre esta iniciativa, hoy la Liga Colombiana de Lucha Contra el Sida es un referente mundial.

14 de mayo de 2021

Mientras trabajaba en el dispensario médico de la Universidad Nacional, el epidemiólogo Henrry Ardila comenzó a tratar los primeros casos de VIH que se presentaron en Colombia. Era el año 1983 y la experiencia que vivió se convirtió en la semilla que le dio vida a la Liga Colombiana de Lucha Contra el Sida (LigaSida), una entidad que cumple 30 años de combatir la discriminación y el estigma que se genera alrededor de las personas con VIH.

“Todo empezó porque Henrry se dio cuenta que muchas personas eran expulsadas de sus casas por tener la enfermedad”, recuerda Jorge Pacheco, director actual de la LigaSida, y cuenta que en los años 80 Ardila, con apoyo de la Fundación Eudes, creó un centro de atención para “el buen morir” en Chía. “Estuvo abierto por corto tiempo debido al miedo que sentían los vecinos por exponerse a un posible contagio masivo de VIH”, agrega.

Fue solo hasta 1991 que junto a 26 profesionales de diferentes áreas, Ardila fundó la Liga Colombiana de Lucha Contra el Sida como respuesta a la discriminación, a la violación de los derechos humanos y a la falta de atención integral en salud de las personas diagnosticadas con VIH en Colombia. “Empezamos atendiendo en el barrio Quiriguá y Patria, en Bogotá, pero tal y como había pasado en Chía, la historia de miedo y discriminación se repetía”, asegura Pacheco.

A pesar de los impedimentos, la Liga ya tenía reconocimiento por parte de organizaciones internacionales y artistas nacionales que apoyaron su causa con eventos y donaciones. En 1992 lograron conseguir una sede propia en Teusaquillo, así como el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud. Desde entonces han consolidado su trabajo, dedicación y esfuerzo año tras año. “Iniciamos como un servicio asistencial, pero cuando llegó la ley 100 nos convertimos en una entidad que vela por los derechos y realiza actividades de prevención”, destaca Pacheco.

En 1995 Henry Ardila renunció a sus cargos en la Universidad Nacional y la Secretaría de Salud para dedicarse de tiempo completo a la Liga Colombiana de Lucha Contra el Sida.
En 1995 Henry Ardila renunció a sus cargos en la Universidad Nacional y la Secretaría de Salud para dedicarse de tiempo completo a la Liga Colombiana de Lucha Contra el Sida. | Foto: Archivo: LigaSida

Un espacio de oportunidades

La LigaSida ha contado siempre con el apoyo de voluntarios que fortalecen y enriquecen su accionar. Uno de ellos es Luis Sáenz, quien empezó como voluntario asistiendo a los grupos de apoyo y hoy es asesor en temas de VIH, de la Liga y de distintas mesas y espacios nacionales.

“Fui diagnosticado con VIH en 1999, eso me motivó desde la parte personal a formarme y ejercer los derechos de las personas que estamos diagnosticadas, porque no es fácil”, comenta Luis, quien en promedio asiste a 15 personas al día en asuntos legales, emocionales y de salud.

Este año Sáenz cumple dos décadas vinculado a la Liga, que destaca como un espacio abierto para todas las personas que lo necesiten. “Cualquiera puede recibir información, investigar y llegar a las instituciones y personas que manejan este tema, eso permite que se rompa el estigma y la discriminación asociados a prejuicips adquiridos o aprendidos”.

Un trabajo constante

Pacheco destaca que la labor de la organización les ha permitido ganar espacios de representación en escenarios donde se toman decisiones. “Buscamos promover buenas acciones en el Consejo Nacional de Sida (CONASIDA) o en el Mecanismo Coordinador de País (MCP) del proyecto del Fondo Mundial donde tenemos voz”.

A nivel nacional trabajan de la mano con organizaciones locales en la Mesa de ONG con trabajo en VIH/SIDA, que tiene presencia en 18 ciudades. “En Bogotá la atención es más accesible, pero a nivel regional se presentan muchas dificultades para acceder a tratamientos y medicamentos”, advierte Pacheco.

Por su parte Sáenz agrega que aunque Colombia cuenta con muchas leyes, ordenanzas y acuerdos frente al VIH, no siempre se cumplen. “Hay casos donde nos toca presentar derechos de petición, pedir intervenciones de la Secretaría de Salud, incluso hemos llegado a las personerías, contralorías y veedurías”, y agrega que la pandemia ha acrecentado la inasistencia y respuesta que deben tener las personas con VIH.

La LigaSida trabaja constantemente en la búsqueda de recursos que le permitan seguir con la labor que inició Ardila. “Mantenerse durante todos estos años ha sido un reto importante, todos los recursos surgen escribiendo y haciendo propuestas a convocatorias nacionales e internacionales”, comenta Pacheco.

Anualmente la Liga ayuda a cerca de 2.700 personas en todo el territorio nacional con información, asesoría y un equipo de trabajo que los acompaña para frenar el estigma y la discriminación, así como la falta de garantías de los derechos en salud sexual y reproductiva de todos los habitantes de Colombia.