Turismo
Turismo de naturaleza en Cali. Aventuras a más de 3.800 metros de altura
Con impresionantes picos, cascadas y bosques nublados, esta maravilla natural a solo 30 kilómetros de la ciudad se ha convertido en un plan imperdible para extranjeros y locales.
Con un prominente y complejo relieve que se extiende en valles, montañas y cascadas, los Farallones de Cali dominan el paisaje de la ciudad, convirtiéndose en una maravilla natural del Valle del Cauca. Este destino turístico y ecológico ofrece una experiencia única para los aventureros que visitan la ciudad.
Según el Parque Nacional Natural Farallones de Cali, esta es el área protegida más grande en el Valle del Cauca. Aquí se conservan más de 620 especies de aves y nacen más de 30 ríos que abastecen al suroccidente colombiano.
El turismo en los Farallones de Cali se ha desarrollado de manera sostenible, con un enfoque en la conservación del medioambiente y el apoyo a las comunidades locales. Se fomenta el turismo responsable, que respeta la naturaleza y la cultura local, y se promueven prácticas como el uso de guías locales y la compra de productos y servicios de proveedores de la región.
“El bienestar de las comunidades a través de la prestación de servicios como la guianza turística está definida en experiencias como avistamiento de aves, ranas, reptiles y flora como orquídeas y demás”, afirmó Jair Mendoza, experto regional étnico en medios de vida y economías sostenibles del Fondo Mundial para la Naturaleza - WWF.
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Para los amantes del ecoturismo y la aventura, los Farallones de Cali ofrecen una amplia gama de actividades al aire libre, como senderismo y observación de aves. Según Mendoza, hay una múltiple variedad de aves como el gallito de roca, la pava caucana, la pava del Baudó y la Tangara multicolor.
“No son solo aves. En anfibios existen alrededor de 101 especies, entre las que se destacan la rana de anchicayá, la rana duende de Ruiz y la rana de cristal. Existe también un aproximado de 70 especies de reptiles como la víbora de pestañas y la rugosa. Finalmente, se tiene un dato de 98 especies de mamíferos, donde resaltan el oso de anteojos y el puma”, aseguró el experto de WWF.
Uno de los lugares más emblemáticos de los Farallones de Cali es el Pico de Loro, una imponente montaña de 4.150 metros de altura que ofrece una vista panorámica espectacular de la ciudad de Cali y del Valle del Cauca. Otros lugares de interés son las cascadas de los Chorros, que forman piscinas naturales para nadar y refrescarse en medio de la naturaleza.
Además de su gran valor paisajístico y ecológico, los Farallones de Cali tienen una gran importancia cultural y espiritual para las comunidades indígenas que habitan la región, como los emberá, los yanaconas y los paeces, quienes consideran estas montañas como sagradas y las protegen como parte de su patrimonio ancestral.
La riqueza natural del Valle
Su relieve montañoso, exuberantes bosques nublados e impresionantes cascadas hacen de esta región un destino imperdible para quienes buscan explorar la biodiversidad única de Colombia.
Danny Rojas, biólogo cubano que ha coordinado y participado en diversas expediciones a lo largo de año y medio al interior de los Farallones, afirma que la mezcla de los diferentes tipos de ecosistemas, las características de las montañas, su configuración y la altitud por encima de 3.800 metros que alcanzan algunos de sus picos hacen que el conjunto de especies que se ha ido estableciendo o evolucionando en los Farallones sea bastante peculiar y biodiverso.
“Una zona extensa de los Farallones se integra en el Parque Nacional Natural Farallones de Cali, un área protegida que destaca por su buena gestión de conservación, monitoreo e investigación”, aseguró el biólogo, quien a su vez es director del departamento de Ciencias Naturales y Matemáticas de la Universidad Javeriana de Cali.
Los Farallones también son muy importantes por la biodiversidad que albergan, con una riqueza significativa en varios grupos de organismos, tanto de plantas como de animales e incluso hongos. Según Rojas, en la cotidianidad se asocia a los páramos con la presencia de frailejones, aunque en los páramos de Farallones no los hay.