ESPECIAL CUNDINAMARCA
Turismo: ocho pueblos de Cundinamarca para conocer mejor el centro de Colombia
No se pierda este recorrido por algunos de los pueblos más tradicionales del departamento, cuna de las tradiciones muiscas y escenario de imponentes paisajes en donde aficionados y profesionales disfrutan de deportes extremos.
En el centro de Colombia se extiende una región de valles y montañas, con una riqueza hídrica envidiable, una inmensa variedad de flora y fauna, pisos térmicos y tonalidades de verde que dibujan un paisaje al que es imposible resistirse. Por lo menos así les pasa a colombianos y extranjeros que se animan a viajar por Cundinamarca.
La gentileza de su gente, la gastronomía y arquitectura particular de cada uno de sus pueblos, además de las facilidades de acceso desde Bogotá, la han posicionado como un destino cada vez más visitado.
Comprar fruta al lado de la carretera, poder comerse un buen merengón en cualquier esquina, sentarse en un parque o plaza a conversar con desconocidos, caminar senderos ecológicos, practicar algún deporte extremo o navegar en sus embalses y represas son planes que hacen única a esta región en donde se encuentra la capital de Colombia. Sin más preámbulo lo invitamos a un recorrido para descubrir las raíces del departamento.
Cucunubá
Ubicado a 85 kilómetros de Bogotá, este encantador pueblo es reconocido por sus ruanas de lana virgen. Con no más de 8.000 habitantes, calles empedradas y una arquitectura colonial en la que predomina el blanco de sus casas, sus visitantes pueden disfrutar de atractivos turísticos como la Laguna de Cucunubá, las piedras de Palacios de Oro, el Parque de la Familia y un bosque nativo ideal para caminar o recorrer a caballo.
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La Capilla de Nuestra Señora de Lourdes, que data de 1712, es otro bello lugar para conocer. Se encuentra sobre un cerro que lleva su mismo nombre, al que se llega a través de un parque lineal que permite apreciar la naturaleza.
Guaduas
La historia camina por las calles de esta población cundinamarquesa. El sector antiguo es uno de los 13 centros históricos declarados Monumento Nacional en 1959 y, además, hace parte de la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia.
Está ubicado a tres horas de Bogotá, y entre sus principales atractivos está la Casa Museo Policarpa Salavarrieta, que fue el lugar de nacimiento de la heroína de la independencia colombiana, y el Convento de la Soledad, que sirvió para alojar a Antonio Nariño y a Simón Bolívar, entre otros próceres.
Otro lugar para visitar es el Puente Navarro, declarado Monumento Nacional el 10 de mayo de 1994, y reconocido como el primer puente metálico construido en Suramérica. A 22 kilómetros de la cabecera municipal por la vía que conduce al municipio de Caparrapí, se encuentra un asentamiento indígena de donde se siguen extrayendo piezas arqueológicas que datan de aproximadamente 200 años a.C., piedras fosilizadas y aguas termales.
Suesca
A unos 40 minutos de la capital del país, en la vía que comunica con Tunja, está Suesca, que en lengua muisca (Suehyca) significa Roca de las Aves. Además de su colorido paisaje por cuenta de los cultivos de flores, este municipio se convirtió en la cuna de la escalada deportiva en el país, gracias a sus farallones de roca arenisca. Y motivados por la popularidad de este deporte, también se realizan allí otras actividades como bungee jumping, rappel, ciclomontañismo, senderismo y espeleología.
Quienes visitan Suesca pueden recorrer el Templo Doctrinero Nuestra Señora del Rosario, con un impresionante altar mayor construido y tallado en madera dorada al fuego, que se mantiene como una verdadera reliquia colonial.
Guatavita
Un puñado de casas blancas dan vida a Guatavita, un municipio ubicado a poca distancia de la laguna que lleva su mismo nombre y en donde los muiscas celebraban la histórica ceremonia de El Dorado, en la que el cacique, en honor a su hija fallecida, sumergía objetos de oro puro en sus aguas como ofrenda.
El casco urbano de la población tuvo que trasladarse al lugar donde se encuentra actualmente, luego de que en 1967 se inundara de forma controlada para amortiguar el desborde del río Bogotá. Sobre sus ruinas se construyó el Embalse de Tominé, en donde se pueden practicar actividades acuáticas y acampar.
Conocido como ‘el pueblo blanco de Colombia’, Guatavita tiene hermosas calles empedradas, una variada oferta gastronómica de la región, artesanías y el Museo Indígena, un espacio cultural que ofrece la posibilidad de apreciar piezas arqueológicas, lienzos y utensilios de la cultura muisca.
Tabio
El primer municipio verde de Colombia, ubicado a solo 31 kilómetros de Bogotá, goza de una amplia oferta cultural, ambiental y artesanal: aguas termales, parques naturales y un jardín botánico. Desde hace varios años es también muy visitado por quienes buscan tener una experiencia con el más allá, pues se dice que en la Peña de Juaica se pueden observar ovnis.
El Parque Ecológico Carmen de los Juncales es otro de los destinos reconocidos de Tabio por sus mágicos espacios naturales. En ellos se pueden contemplar más de 22.000 árboles de especies nativas como el tuno, el cedro rosado y la mano de oso, entre otros.
Choachí
A dos horas de Bogotá se encuentra este municipio que se volvió un lugar concurrido, gracias a quienes buscan planes de naturaleza o son aficionados a la bicicleta. Además de sus encantadores paisajes, allí se encuentra La Chorrera, una caída de agua de 590 metros, considerada la cascada más grande de Colombia. Esta riqueza hídrica también ha convertido a Choachí en epicentro de actividades deportivas como el rappel o torrentismo, y sus montañas son atractivas para el trekking y la escalada deportiva.
Así mismo, cuenta con espacios para quienes buscan relajarse en medio de la naturaleza. Por ejemplo, en el Páramo Verde, en donde brotan piscinas de aguas termales volcánicas.
Cáqueza
Reconocida por su gastronomía inigualable con platos típicos como el piquete caqueceño, arroz tapao y los amasijos, que se pueden degustar en la plaza de mercado o en alguno de sus restaurantes. Aquí, sin embargo, no todo es comida. Los visitantes también pueden recorrer las lagunas Negra y Chapas, el cerro Monruta y ael malecón del río Cáqueza. Está ubicada a unos 60 kilómetros de Bogotá y para llegar se debe tomar la vía a Villavicencio.
Zipaquirá
Un recorrido por Cundinamarca no puede dejar por fuera a Zipaquirá, a poco más de 25 kilómetros de Bogotá, es uno de los centros de explotación de sal más importantes del país, razón por la cual también es conocida como la capital salinera de Colombia.
El atractivo turístico más célebre son sus minas de sal, que han sido explotadas desde tiempos precolombinos por los muiscas y que incluyen la Catedral de Sal. Allí, los visitantes pueden hacer el recorrido del viacrucis, acompañados por una exposición de luces de colores. Recientemente la catedral fue elegida como el segundo lugar de culto más impresionante del mundo.
La plaza González Forero, epicentro de la ciudad, está rodeada de edificios que gracias a su estilo colonial son hoy considerados monumentos nacionales.