Especial Educación

Una educación justa y alegre para los migrantes: lecciones de la Maestra del Año en Estados Unidos

Juliana Uturbey, quien obtuvo este reconocimiento a comienzos de 2021, explica cómo y por qué es importante celebrar en la escuela el idioma y la cultura de los estudiantes inmigrantes.

4 de diciembre de 2021
De acuerdo con Juliana Urtubey, las escuelas deben asegurarse de incluir un aprendizaje holístico.
De acuerdo con Juliana Urtubey, las escuelas deben asegurarse de incluir un aprendizaje holístico. | Foto: Jeff Scheid/The Nevada Independent

También conocida como ‘Sra. Tierra’, la maestra de escuela primaria Juliana Urtubey, se ha dedicado a crear espacios incluyentes que celebran las identidades, las culturas y los idiomas de los estudiantes y de las familias migrantes que llegan a Estados Unidos. Una de las estrategias que utiliza es crear junto con ellos jardines y campamentos de verano, los cuales se convirtieron en puentes que motivan los espacios seguros e incluyentes.

Cuando diseñamos espacios educativos, lo más importante es la inclusión. En Estados Unidos, muchos inmigrantes de primera generación entendemos que tenemos diferentes necesidades y muchas veces los sistemas no están diseñados para nosotros, así que debemos pensar cómo podemos crear espacios para que todo el mundo sienta que pertenece y pueda llegar tal cual como es”, explica Urtubey, quien fue nombrada Maestra Nacional del Año de Estados Unidos en mayo pasado.

En esta edición de la Cumbre Líderes por la Educación, Urtubey explicó lo que ella define como “una educación alegre y justa”, la cual trabaja la justicia social y el acceso a la educación, pero también se centra en la creatividad, el juego y la alegría. “Las escuelas deben asegurarse de incluir un aprendizaje holístico que pueda satisfacer las necesidades académicas y las habilidades socioemocionales”, aseguró en su intervención.

Otra de las estrategias que utiliza para que los estudiantes se sientan cómodos en los espacios de aprendizaje es cambiar los marcos de su realidad. En vez de recurrir al término ‘aprendiz de inglés’ para catalogar a los alumnos que están aprendiendo un nuevo idioma, los llama “lingüísticamente dotados”, porque el hecho de poder comunicarse en un idioma diferente al inglés hace que puedan rescatar y valorar el lugar del que vienen. “Los migrantes que tienen otro idioma tienen un regalo para darle a la comunidad”, precisó.

De acuerdo con la maestra, el primer paso para cambiar o mejorar la cultura en una escuela es comprometerse a conocer a los estudiantes, sus familias, entender sus contextos y sus historias. Por ahí comenzó ella y ese esfuerzo está dando resultado.