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Una nueva Córdoba: hoy es el departamento con los índices de homicidios más bajos de la región Caribe
A pocos días de finalizar su mandato como gobernador de Córdoba, Orlando Benítez habla de la transformación que vivió el departamento en estos cuatro años. Con un impulso especial en sectores como el turismo, mejoras en los índices de seguridad y un diálogo abierto y constante con la población.
Usted asumió hace cuatro años una Gobernación con retos enormes. ¿Qué fue lo primero que tuvo que enfrentar?
Orlando Benítez: Es importante entender el contexto en el que yo encontré el departamento de Córdoba días antes de tomar posesión el primero de enero. Veníamos de una interinidad porque acababan de designar una gobernadora encargada para culminar un periodo constitucional. Eso tenía su particularidad, porque había falta de articulación con las alcaldías y otras instituciones. Tanto a nivel nacional como municipal había baja legitimidad. Existía desesperanza. Había poca presencia en el territorio y también una estigmatización general a la clase política por errores individuales que condenaban al colectivo. Y ese fue quizá el principal reto: recuperar la confianza institucional, escribir un nuevo capítulo de la historia del departamento de Córdoba. Tenía la tarea de demostrar que había un nuevo gobierno con legitimidad que conocía y sentía la realidad del departamento y que quería hacer parte de la solución.
¿Cuáles fueron esas primeras acciones?
O.B.: Trazamos líneas de comunicación muy fluidas con el Gobierno nacional de entonces, con los municipios, el sector privado y la academia. Igualmente, en función de la sociedad trabajamos el plan de desarrollo, y en eso fuimos muy exitosos. La pandemia cambió la agenda parcialmente y nos llevó a direccionar recursos y esfuerzos durante dos años hacia la salud pública, la preservación de la vida, la estabilización del territorio y la recuperación económica. No obstante, los objetivos de nuestro gobierno, en términos generales, se cumplieron. El departamento sentía que había un rezago en el bienestar, y también había una percepción objetiva y subjetiva de inseguridad.
¿Cómo entrega el departamento?
O.B.: Hoy Córdoba es el departamento de la región Caribe con los índices de homicidios más bajos, un logro para nosotros porque antes la tasa estaba por encima de la media nacional. También fortalecimos la hacienda pública, porque no podíamos depender exclusivamente de las transferencias. Aquí, la tarea era fortalecer el recaudo, la fiscalización, combatir el contrabando y la evasión, y concientizar a la gente de que tributar en el departamento nos permitiría recuperar las finanzas. Fue así como pasamos de recaudar en impuestos a la cerveza de 60.000 millones de pesos anuales a más de 100.000 millones de pesos el año pasado. Estas medidas incentivaron el crecimiento de la economía, incluso en un momento tan complejo como lo fue la pandemia. Córdoba pasó de ser un departamento en categoría segunda en fortaleza de recaudo, a ser de primera categoría.
Parte de la apuesta fue también diversificar la economía…
O.B.: El departamento ya tenía un posicionamiento a nivel ganadero, y además somos los principales productores de carne del país. Sin embargo, nosotros no solo somos ganadería. Entendimos que teníamos un enorme potencial en otras actividades como agricultura, agroindustria, sector minero energético y turismo.
El impulso al sector del turismo también fue bastante significativo…
O.B.: Córdoba es llamada la puerta de entrada al Caribe gracias a nuestros ríos, ciénaga, mar, fertilidad de los valles. Esa ventaja nos permitió abrir el camino hacia el turismo y desarrollar productos. Con una fuerte apuesta en ese sector logramos transformar el paisaje, el territorio y las vidas de las personas. Creamos las tres nuevas rondas del Sinú en Valencia, Tierralta y San Bernardo del Viento, que junto con Lorica y Montería, trazan una ruta de navegabilidad alrededor del Sinú para el turismo. A eso se suma el muelle turístico de Ayapel, el mirador en San Antero, el Pueblito Cordobés, que está en construcción. Todos esos son productos importantes que hoy permiten vender una experiencia.
La estrategia también fue buscar aliados…
O.B.: Comprendimos que nuestro desarrollo no era solamente endógeno, no podía depender sólo de nosotros, teníamos que articular esfuerzos con otros. De esa necesidad surgieron la RAP Caribe y la RAP con Antioquia, que es la RAP de la paz, la vida y la no violencia. Con esta última definimos diez puntos estratégicos, porque al compartir realidades y problemáticas, también era necesario compartir soluciones y oportunidades. Trazamos líneas para el turismo, la economía, el orden público, el ambiente, etc. Ese trabajo es, en definitiva, uno de los legados. Pero quisimos ir más allá de Colombia y trabajar en la internacionalización del departamento. Con España y Argentina tenemos territorios que comparten el mismo nombre, pero también la vocación productiva. Con ambas regiones avanzamos en una agenda de hermanamiento y firmamos acuerdos de voluntades.
Su bandera también fue escuchar a la gente…
O.B.: Siempre tuvimos canales de comunicación abiertos porque había un gobierno presente en el territorio que estaba escuchando a la comunidad. Pudimos interpretar el clamor del pueblo y generamos mesas permanentes para escuchar. Siempre han habido buenas ideas, pero si no hay un gobierno que las escuche, que tenga voluntad, que quiera ejecutarlas o que logre concertar no pasa nada, no se avanza.
¿Qué tareas urgentes tendrá que resolver el nuevo gobernador?
O.B.: El próximo gobernador debe continuar consolidando el departamento. Preservar esa paz política en el entendido de poder trabajar unidos. Fortalecer las relaciones con el sector productivo para generar más oportunidades de empleo. Debe seguir diversificando la economía, donde el turismo va a tener una gran posibilidad. La industria en Córdoba debe pasar de la etapa de producir materias primas a la transformación, para lo cual es importante la consolidación de la agenda con Antioquia a través de la RAP, porque todo el desarrollo portuario de ese departamento nos permite a nosotros como vecinos impulsar nuestro crecimiento y acceder a una ventana al mundo. El nuevo gobernador debe vencer a enemigos de la paz como el analfabetismo, el narcotráfico, el microtráfico y la pobreza.