Educación
Una poderosa alianza educativa impulsa los emprendimientos de los jóvenes rurales en Caldas
La Alianza público-privada busca que los jóvenes de zonas rurales del departamento no tengan que migrar a las ciudades por falta de oportunidades, y puedan consolidar proyectos agropecuarios y agroturísticos desde la región.
Gracias a la alianza y al trabajo de entes públicos y privados de Caldas, la educación dejó de ser un privilegio en la zona rural, y la formación académica y empresarial de las nuevas generaciones del departamento se convirtió en pilar del desarrollo. Este proyecto ha beneficiado cada año a más de 37.000 jóvenes en las instituciones educativas rurales de los 27 municipios del departamento.
Además se han consolidado más de 4.800 emprendimientos ejecutados por estudiantes rurales y más de 9.000 estudiantes en el nivel Técnico Profesional.
Uno de los objetivos de la alianza es evitar la migración de los jóvenes rurales a los centros urbanos y se está trabajando para que los estudiantes de la ciudad y del campo tengan las mismas oportunidades, puedan acceder a la educación superior, explorar su creatividad y consolidar proyectos agroempresariales y agroturísticos en sus regiones.
La columna vertebral de la Alianza Educación para la Competitividad es el proyecto de Educación Rural con Escuela Nueva que se implementa en el departamento desde 1982 y gracias a este se ha priorizado el liderazgo en las instituciones educativas y beneficiado a más de 35 mil estudiantes.
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Basados en este modelo y con la integración a la Alianza de las más destacadas universidades del departamento, en su mayoría acreditadas de alta calidad, surgió uno de sus proyectos principales: la Universidad del Campo que permite que los estudiantes de los grados décimo y undécimo obtengan su título de bachiller y también el de técnico en algún área del conocimiento.
Brahyan Patiño, de 17 años, es uno de los beneficiarios. Está terminando cuarto semestre en operaciones turísticas y vive en la vereda Alto Tablazo de Manizales. Con la intervención de la Alianza, Patiño y su familia lograron consolidar un cultivo de 5.000 árboles de café. “Para nosotros la educación y el desarrollo van de la mano. Además de que recibimos formación educativa, nos capacitan en gestión de negocios, en cómo crear nuestras propias empresas y proyectos de vida”, comenta.
Los resultados obtenidos por la Alianza Educación para la Competitividad para promover la formación académica y empresarial de los jóvenes se han logrado gracias al esfuerzo de la Gobernación de Caldas, la Alcaldía de Manizales y sus respectivas Secretarías de Educación, CHEC grupo EPM, el Comité de Cafeteros de Caldas y alrededor de 25 entidades más entre estas, la Fundación Tinker, entidad referente en iniciativas internacionales de apoyo a la educación de los Estados Unidos.
Marco Tulio Hoyos Duque, Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros de Caldas, se refiere al modelo pedagógico Escuela Nueva implementado hace 39 años y gracias al cual la caficultura es competitiva, pues las nuevas generaciones de jóvenes que se dedican a ella tienen una mejor formación.¡
“Este es un modelo que hemos venido construyendo a través de los años, que ha sido adoptado en otros países. No todos los jóvenes permanecen en la actividad cafetera, muchos exploran otros sectores agropecuarios y van ampliando sus alternativas de negocio y emprendimiento”, explica Hoyos Duque.
Por su parte, Fabio Arias Orozco, Secretario de Educación de Caldas, cuenta que ahora los jóvenes del sector rural del departamento están manejando las parcelas de sus familias. Si no cuentan con la oportunidad de acceder a una universidad en la ciudad, con el programa de Universidad del Campo tienen la opción de realizar sus estudios de educación superior en su propia vereda o corregimiento en los niveles Técnico y Tecnológico con programas presenciales, pertinentes para el campo y gratuitos.
Luz Marina Giraldo Cristancho, Secretaria de Educación de Manizales, precisa que “la Alianza ayuda a fortalecer el campo, pues les enseña a los jóvenes campesinos a amar su territorio, valorar sus recursos y a empezar desde lo más pequeño para generar fuentes de ingreso para ellos mismos, sus familias y sus regiones. Queremos fortalecer los emprendimientos a nivel empresarial desde los colegios”.
Santiago Villegas, Gerente de CHEC Grupo EPM, explica que no se pueden construir emprendimientos sostenibles en territorios que no sean sostenibles, por lo que desde esta empresa decidieron enfocar su aporte a la responsabilidad social desde la educación. “Estamos convencidos de que la educación es la principal palanca para lograr la movilidad social, pues es la llave que abre la puerta del progreso y del desarrollo rural. El país necesita superar su historia de violencia y estamos convencidos de que con acciones como el acceso a la educación que permite la Alianza Educación para la Competitividad se hace un gran aporte”, agrega Villegas.
Los proyectos productivos que surgen como iniciativas de los jóvenes a lo largo de su educación rural logran instalar capital social en los territorios, además de aportar a sus sueños de progreso, desarrollo familiar y crecimiento profesional.
Respaldo de la Fundación Tinker
Considerada la fundación de educación más importante de Estados Unidos, se ha dedicado a promover el desarrollo social y económico de América Latina. En 2020, se vinculó a la Alianza Educación para la Competitividad con el desafío de apoyar los procesos de educación a distancia y el retorno progresivo a los salones de clase en medio de la pandemia por covid-19.
A través de una subvención de 70.000 dólares, Tinker se enfocó en el desarrollo de nuevos contenidos, en capacitar a los docentes y en apoyar a las instituciones educativas rurales con mayores retos para la educación virtual.
Caroline Kronley, Presidenta de Tinker, asegura que “Caldas fue un caso ejemplar en cuanto al manejo de la educación durante la pandemia. La Alianza nos dejó algunos aprendizajes como la importancia de la participación de toda la comunidad para la priorización de la educación, el rol fundamental que tienen las familias en la toma de decisiones y en el diseño de los currículos y la atención y el compromiso que deben acompañar las inversiones financieras”.
Desde Tinker también intervinieron para que la educación rural fuera un instrumento para responder a las necesidades de las comunidades y de la economía local. Por eso, Kronley dice que más allá de entregar un currículo a las instituciones y a los docentes, se debe observar el contexto y adaptarlo a las necesidades de la región.
*Contenido elaborado en colaboración con la Gobernación de Caldas