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Vivir la cultura para enfrentar las crisis, una lección de los habitantes de Quibdó
Históricamente las tradiciones culturales en Quibdó han sido un mecanismo para enfrentar las crisis, preservar la identidad y unirse en las diferencias. La administración municipal trabaja en la creación de la Secretaría de Cultura y en la apertura de un par de escuelas de música y arte.
Las historias también se dividen por quién las cuenta, cómo las cuentan, cuándo se cuentan y cuántas historias son contadas. La única historia crea estereotipos y el problema con los estereotipos no es que sean falsos, sino que son incompletos. La consecuencia de la historia única es que roba la identidad de los pueblos, dificulta el reconocimiento de la igualdad humana y enfatiza en las diferencias en lugar de las similitudes”, advirtió Chimamanda Adichie, escritora y novelista nigeriana, en su conferencia TED.
Sus palabras se reflejan en las calles de Quibdó, que deben caminarse despacio para poder entender por qué los muertos se entierran entre cánticos, los niños son criados en comunidad, las enfermedades se curan con hierbas medicinales, el baile es considerado un legado, el canto una forma de protesta y las alegrías y el dolor son liberadas a través del arte.
“Históricamente la cultura ha sido clave en momentos de crisis, tal vez por eso para nosotros todo está relacionado con las tradiciones culturales. Desde pequeños nos inculcan el amor por la tierra, por el color de piel y por las historias que construyeron al Chocó. Más allá del entretenimiento la cultura es un transformador social”, explica Karina Agudelo, coordinadora de Cultura de Quibdó.
No obstante, para sus habitantes vivir del arte no resulta sencillo, aun cuando es natural que lleven el talento en la sangre. “Ser artista en Quibdó es difícil, aquí ni siquiera hay una escuela de música y basta con ir a cualquier comuna para ver que muchos jóvenes que están en zonas de conflicto tienen un talento. Llevo 15 años en la industria y hasta el año pasado recibí la primera ayuda económica, gracias a esta administración”, cuenta Giovanni Murillo, más conocido como Dj Jovi Mix.
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Se refiere a la primera convocatoria pública de estímulos ‘Lo estamos haciendo posible, Quibdó creativa, artística y cultural’, que en 2020 entregó 175 millones de pesos a gestores y creadores de 35 iniciativas culturales. “A nosotros nos dieron 4 millones de pesos en artículos y un millón de pesos en efectivo, lo que nos sirvió para la escuela de DJ y el semillero de niños que incluyo en los procesos musicales para que vean en el arte una forma de salir adelante”, agrega.
Gestores y talentos
Preservar las tradiciones ancestrales no depende solo de los conocimientos que los adultos lleven de una generación a otra, el legado también resulta fundamental. Y para construirlo no basta con la tradición oral, se requieren espacios adecuados en dónde enseñar y vivir la cultura. Por eso la administración municipal está trabajando en varios frentes. Por un lado, en la creación de la Secretaría de Cultura, y por otro, en la apertura de dos escuelas de arte y una de música.
“Además del área artística que se imparte en las instituciones educativas, este año el objetivo es trabajar en el fortalecimiento de los grupos de danza, teatro y chirimía. Así como impulsar los clubes de lectura en todas las comunas para promover el tema de identidad y apropiación chocoana, y tener una red de gestores de aproximadamente 14 personas”, detalla Agudelo.
Entre los avances de 2020 se destaca el programa Crear paz, que permitió desarrollar acciones como círculos de estudio para niñas y niños de la zona norte con el fin de enseñarles derechos culturales, manejo de las emociones y creación de sonidos con elementos reciclables, y talleres de artes plásticas a través de los cuales retrataron su entorno y participaron en presentaciones culturales con artistas locales.
“En Quibdó la cultura tiene un valor muy importante porque nos permite mantener nuestra identidad, pero al mismo tiempo unirnos en esas diferencias. Es ese puente que atraviesa todos los aspectos de la sociedad y que nos recuerda de dónde venimos y quiénes somos. Por eso el reto es tener una instancia definida y crear una política pública que nos permita agrupar a todos los gestores y creadores e impulsar sus habilidades y talentos”, concluye Agudelo.
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