Con 26 años, Brasil puede ser la última oportunidad de Lionel Messi para brillar en un Mundial.

MUNDIAL

¿Qué pasa con Messi?

Después de una temporada fatal con Barcelona, Argentina reza para que la 'Pulga' llegue en forma al Mundial.

20 de mayo de 2014

El vuelo aterrizó el 20 de mayo a las 4:30 de la madrugada en Ezeiza, el aeropuerto de Buenos Aires. A pesar del frío otoñal, decenas de periodistas se arremolinaron en las llegadas internacionales. Entre los pasajeros venía el gigante de corta estatura: Lionel Andrés Messi.

Puso buena cara, atendió a la prensa y firmó autógrafos, pero sus maletas están repletas de dudas. Sale de su peor temporada con el Barcelona y se enfrenta al Mundial de 2014, donde tendrá que demostrar que no le metió el 100 por ciento a su club para reventarla en Brasil.

Consciente del reto colosal que reposa sobre sus hombros, dijo “sé que ahora llego con la Selección, cambio el chip, como muchas veces me pasó al revés, que no me salían las cosas en la Selección e iba al Barcelona y jugaba bien. Esperemos que esta vez sea al revés". "Cuando me junte en el predio (de los entrenamientos, en las afueras de Buenos Aires) con mis compañeros, con mis amigos, me va a cambiar la cabeza y va a ser otra historia", prometió.

“No fue mi mejor año”


Su despedida del Camp Nou no fue la mejor. El sábado, en un partido decisivo contra el Atlético Madrid para definir el campeón de la Liga, los hinchas culés lo chiflaron. Como en tantos partidos este año, Messi fue invisible, apático, incapaz de marcar la diferencia. Cierra una campaña para el olvido, donde el Barça solo ganó una Supercopa y en la que la ‘Pulga’ ni siquiera fue incluida en el 11 ideal de la Liga. Le pasaron por encima, a pesar de sus 41 goles, Cristiano Ronaldo y Diego Costa.

Messi lo sabe y aceptó que "no fue mi mejor año. Me hubiese gustado terminarlo de otra manera pero fue un poco de todo el grupo, no solo a nivel individual, sino que fue un bajón de todo el equipo. Después de un año complicado tuvimos la posibilidad de ganar el torneo y tampoco pudimos. Pasaron muchas cosas en lo personal también no fue fácil por lesiones y otras cosas fuera del fútbol, pero terminó de esta manera y ya hay que pensar en lo que viene".

Y sí, en lo personal y en salud hay preocupación. En 2013 se lesionó tres veces y estuvo casi 10 meses en total por fuera de las canchas. También vomitó varias veces antes de partidos, algo para él inexplicable: “no sé bien qué me pasa, me hice mil estudios". A mitades de 2013 explotó además un escándalo en España por evasión fiscal donde su padre salió comprometido. Y en lo moral, la llegada de Neymar a Barcelona con un salario superior fue un golpe emocional.

Pero el Barca terminó por firmar un nuevo contrato con la ‘Pulga’ la semana pasada, con el que vuelve a ser el futbolista mejor pagado del mundo con ganancias netas de 20 millones de euros por año. Se supone que las lesiones ya están lejos y sus otros problemas también se resolvieron. Por eso muchos se preguntan qué está pasando como para que en la cancha siga bajo de nota, desmotivado, transparente. ¿Qué más necesita?

Pocos entienden lo que lanzó en Ezeiza, “muchas veces dije que Barcelona es mi casa, pero el día que la gente no quiera que esté más ahí, no voy a estar. Quiero mucho a este club y si hay gente que no me quiere, que duda de mí, prefiere que me vaya, no tengo ningún problema".

¿Se está reservando?: la apuesta loca de Argentina


Los 41 millones de argentinos esperan que se esté reservando para el Mundial. Sintonizando ese sentimiento, el diario Clarín escribió que “desde hace cuatro años tiene a Brasil en la cabeza y en el último año lo demostró, tratando de no arriesgar su físico y trabajando cada día para llegar al Mundial de la mejor forma. El sueño de levantar la Copa está por encima de cualquier cosa en el mundo del crack”.

Habrá que ver, pues muchos hinchas siempre lo han criticado por rendir más con la camiseta ‘blaugrana’ que con la albiceleste. En los dos Mundiales que ha ido apenas hizo un gol, algo ridículo para un caníbal del área. En la Copa América en Argentina en 2011 no anotó ni un gol. En el Barça ha jugado 277 partidos e inscribió 243 goles. Brutal. Mientras que con la selección en 80 apariciones la metió 39 veces.

En las eliminatorias el D.T. Alejandro Sabella arrasó con Lio y ese debate menguó. Pero su esquema es “Messi-dependiente”. A tal punto que dejó por fuera a Carlos Tévez, goleador y campeón con la Juventus en Italia, porque no se entiende bien con la ‘Pulga’.

Como ilustró Sabella, “hay diferentes liderazgos. En general buscamos que no se comparta. De esta manera encolumnamos a todos detrás de Leo y él se iba a sentir más respaldado y lo compañeros tendrían la certeza de que es el líder indiscutido del grupo".

Pero es peligroso meter todos los huevos en la misma canasta. ¿Qué tan descabellado es pensar que Messi no va a brillar en Brasil? ¿El partido contra el Atlético es un presagio? ¿Puede un jugador bajar de nivel con su club y volver a su mejor juego en su selección? ¿Qué pensarán los directivos del Barcelona si pasa eso?

Como escribió José Sámano en El País, “a Messi se le descodifica, no se le conoce. Es Messi, el mejor, y con eso basta. Pues ha llegado el momento en el que ya no es suficiente, porque el rosarino se ha ido y, como nadie le sentó en el diván, no se sabe a dónde, ni por qué, ni si alguna vez Leo se reencontrará con Messi”.

Puede que Maradona haya fanfarroneado con un “Messi no necesita ganar el Mundial para ser el mejor futbolista del mundo Ganar el Mundial sería bárbaro para la Argentina, sería bárbaro para los hinchas y sería bárbaro para Lío. Pero un Mundial más o menos no le va a quitar ni uno solo de los méritos que hizo hasta ahora para estar donde está”.

En realidad, con 26 años, esta es tal vez la última gran oportunidad de Messi para brillar en una Copa Mundo. E inscribir con letras de oro su apellido en el panteón del fútbol.