Mexicano viaja este martes en el trasbordador Discovery
La vida y logors de este mexicano ha sido un gran ejemplo para todos los niños que buscan un proyecto de vida.
Junto a sus padres mexicanos, José Hernández recogió tomates, remolachas y pepinos en los campos de California en las décadas de los 60 y 70. No aprendió inglés sino hasta que tenía 12 años.
Este martes, Hernández, ahora astronauta de la NASA, despegará hacia el espacio exterior. Sus padres, sus dos hermanos y una hermana estarán en Florida para verlo partir en el trasbordador Discovery.
"Muchos niños amaban las vacaciones de verano", dijo Hernández, de 47 años, en una entrevista reciente. "Nosotros las temíamos porque sabíamos qué significaban: que íbamos a estar trabajando siete días por semana en el campo".
Hernández se recuerda a sí mismo al final del día: transpirado, polvoriento y cansado, en el asiento trasero del automóvil familiar. Antes de arrancar, su padre se daba vuelta y les decía a los cuatro: "Recuerden esta sensación, porque si no les va bien en la escuela, éste será su futuro".
"Eso fue bastante fuerte", dijo Hernández.
Los cuatro no sólo se graduaron de la secundaria, sino que todos fueron a la universidad. Para Salvador y Julia Hernández, hoy de 71 y 67 años, los estudios universitarios fueron "la cereza del postre", dijo su hijo menor.
"Y, por supuesto, el que ahora sea astronauta, para ellos es simplemente increíble", añadió. "Creo que ya están volando más alto de lo que nosotros llegaremos".
El Discovery será lanzado el martes en la madrugada, con siete astronautas que llevarán provisiones a la estación espacial. Por casualidad, será la primera vez que dos hispanos viajen juntos al espacio: Danny Olivas, descendiente de mexicanos oriundo de El Paso, Texas, también estará allí.
"Es un gran modelo para los niños trabajadores rurales" que este verano están recogiendo las cosechas, dijo Matthew Sheaff, vocero de la Asociación de Programas de Oportunidades para los Trabajadores Rurales.
Hernández "es un ejemplo de que todos pueden romper el círculo de la pobreza en que viven", añadió.
El astronauta, nacido en French Camp, California, no sólo da el ejemplo. También creó la fundación "Reaching for the Stars" (Intentando Tocar las Estrellas), que busca inspirar a los niños a estudiar matemáticas, ciencias, ingeniería y tecnología.
Cada marzo, la familia Hernández viajaba dos días en auto desde La Piedad, estado centro-occidental mexicano de Michoacán, a California y, luego, hasta noviembre, seguían mudándose a medida que llegaban las cosechas de distintos cultivos. Los padres insistían en que los niños fueran a la escuela siempre. Finalmente, se quedaron en Stockton.
Dos cosas inspiraron la carrera espacial de Hernández.
Durante las misiones lunares Apolo, él era el que sostenía la antena de la televisión blanco y negro para mejorar la imagen.
Cuando estaba en el último año de secundaria, se enteró de que la NASA tenía su primer astronauta hispano, Franklin Chang Díaz, nacido en Costa Rica.
"Si él vino de raíces humildes y se convirtió en astronauta, si él lo hizo, ¿por qué no puedo yo?", dijo. Como tenía problemas con el inglés, se interesó más por la matemática y la ciencia.
Con una maestría en ingeniería eléctrica, Hernández se volvió un experto en física de rayos X. En una larga carrera, ayudó a desarrollar el primer sistema de mamografías de campo completo y trabajó en el descarte de materiales nucleares rusos.
En el 2001, ingresó al Centro Espacial Johnson y en el 2004, tras 12 años de intentarlo, fue seleccionado como astronauta.
Hernández tiene cinco hijos, de entre 6 y 14 años, y su esposa Adela maneja un restaurante mexicano cerca del centro espacial, el Tierra Luna Grill.
Hernández será el primer astronauta en mandar mensajes por Twitter en dos idiomas, a través de la cuenta "Astro_Jose". Durante el vuelo de 13 días, ayudará a sus compañeros a meterse en los trajes espaciales para salir al exterior y trasladará las provisiones desde el trasbordador a la estación.
AP