¿Cómo podemos romper el techo de cristal con la igualdad de género empresarial?

A lo largo de mi experiencia profesional, he sido testigo del esfuerzo de muchas mujeres para hacerse un espacio en el mundo empresarial. Sin embargo, también he comprobado que el reto de romper el techo de cristal continúa, especialmente, en los roles de liderazgo.

De acuerdo con el “Women in Business 2024”, informe de Grant Thornton, a pesar de los importantes avances, la presencia de mujeres en puestos de alta dirección sigue siendo insuficiente. Este estudio, que analiza a miles de empresas a nivel mundial, revela que el progreso hacia un mundo en el que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades, es lento en diferentes regiones y sectores de la industria.

Y es que en ocasiones, este tipo de situaciones no son tan fáciles de detectar, porque no se derivan de una política corporativa, sin embargo, pueden estar atadas a creencias personales o a contextos culturales complejos. Algunas formas de percibir esas brechas están cuando recibimos un pago menor a nuestros compañeros de trabajo, o no ser tenidas en cuenta para promociones u otras oportunidades de carrera.

Lo anterior se suma a uno de los desafíos más recurrentes: la poca representación de las mujeres en posiciones de mando intermedio. Un ejemplo de esto, lo vemos en el 10% de las compañías del listado Fortune 500 que está liderado por mujeres. Estos roles son cruciales, porque se convierten en ese trampolín hacia la alta dirección. Sin embargo, muchas se estancan en estos niveles, enfrentando límites que dificultan su progreso.

Así, organizaciones como el Pacto Mundial de las Naciones Unidas han destacado la importancia de abordar el techo de cristal como un deber empresarial, porque las compañías que promueven la igualdad de género, no solo cumplen con su responsabilidad social, también obtienen beneficios tangibles, como un crecimiento en innovación, mejor reputación y compromiso de sus empleados.

Pero, ¿Cómo romper el techo de cristal? Sin duda, se hace necesario involucrar a empresas, gobiernos y sociedad en general con acciones que incluyan una promoción de la diversidad e inclusión en todas las etapas del proceso de contratación y desarrollo profesional; implementando políticas de conciliación laboral y familiar, que le permita a las mujeres y otros grupos minoritarios, desarrollar sus carreras profesionales sin tener que sacrificar su vida personal; fomentando la formación de las mujeres, especialmente en áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, así como desarrollando una cultura organizacional basada en el respeto, la equidad y la meritocracia.

En conclusión, el techo de cristal sigue siendo una realidad en muchas organizaciones a nivel mundial. Sin embargo, es posible hacer la grieta en ese cristal, a través de acciones concretas y un cambio cultural profundo. La igualdad de género es un reto empresarial, pero también una oportunidad para construir un futuro más justo y equitativo para todos.

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builtin.com

pactomundial.org

grantthornton.es

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Por: Pilar Amorocho, gerente general de Sándwich Qbano