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El conflicto de Gaza y su impacto en el comercio internacional: efectos para Latinoamérica y Centroamérica
El conflicto en Gaza ha paralizado el comercio internacional al interrumpir rutas clave como el Canal de Suez, incrementando costos y retrasos logísticos. Empresas de Latinoamérica y Centroamérica, altamente dependientes de estas conexiones, ven amenazada su competitividad global.
El reciente conflicto en la Franja de Gaza ha tenido efectos devastadores a nivel político y humanitario, pero también repercute significativamente en el comercio internacional. En una era donde la globalización interconecta mercados de manera casi instantánea, los conflictos regionales afectan cadenas de suministro, rutas comerciales y los costos de transporte.
Uno de los impactos más inmediatos de este conflicto es la disrupción logística. Gaza, aunque no es un epicentro comercial, se encuentra en una región cercana al Canal de Suez, por donde pasa alrededor del 12% del comercio mundial. Cualquier alteración en puertos o rutas marítimas que conectan Europa con Asia genera retrasos, encarece los costos de transporte y afecta la estabilidad del comercio global.
Las disrupciones en rutas comerciales globales afectan especialmente a las empresas importadoras y exportadoras de Latinoamérica y Centroamérica. Estas economías dependen de rutas conectadas con Europa y Asia, por lo que cualquier interrupción en rutas clave como el Canal de Suez tiene consecuencias significativas.
Para las empresas exportadoras en sectores como agricultura, manufactura y minería, las interrupciones generan mayores tiempos de tránsito, afectando la entrega de productos y reduciendo la competitividad. Exportadores de productos agrícolas se ven en riesgo de no cumplir con tiempos de entrega en mercados como Europa, lo que puede afectar contratos y relaciones comerciales a largo plazo. Además, el aumento en los costos de transporte y la escasez de contenedores complican aún más la logística.
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Las empresas importadoras, por su parte, enfrentan mayores costos de producción y retrasos en la llegada de insumos esenciales. Industrias como la tecnología, automoción o fabricación de maquinaria sufren por la falta de componentes clave, lo que puede detener líneas de producción locales. En países como México, Brasil o Colombia, que dependen del comercio internacional, estas disrupciones obligan a renegociar contratos o asumir costos adicionales.
En Centroamérica, donde muchas economías dependen de la exportación de productos agrícolas y textiles a mercados internacionales, las alteraciones en rutas hacia Europa impactan directamente la competitividad. Los costos más altos y tiempos de entrega prolongados reducen márgenes de beneficio y ponen en riesgo la continuidad de contratos internacionales.
Además de las disrupciones inmediatas, este conflicto añade presión a unas cadenas de suministro que ya venían afectadas por la pandemia y la escasez de mano de obra en varios sectores clave. Las empresas de transporte marítimo han tenido que lidiar con congestiones en puertos, costos crecientes de combustible y una mayor demanda de espacios en contenedores. Este nuevo desafío en una zona crítica como el Medio Oriente agrava la situación, afectando la planificación de inventarios y generando incertidumbre sobre la estabilidad de los precios en el futuro cercano. Latinoamérica y Centroamérica, que dependen fuertemente de las exportaciones agrícolas y manufactura ligera, se ven obligadas a revisar sus estrategias logísticas de manera urgente.
En este contexto, los seguros de transporte de carga son fundamentales para que las empresas puedan mitigar los riesgos derivados de disrupciones globales. Los conflictos en zonas estratégicas, como el Canal de Suez, aumentan los riesgos de pérdida, daño o retraso de mercancías, lo que lleva a un incremento en las primas de los seguros. Esto impacta directamente a las empresas de Latinoamérica y Centroamérica, que dependen de rutas vulnerables.
Los seguros paramétricos ofrecen una solución innovadora para enfrentar estos riesgos. Estos seguros activan indemnizaciones automáticamente cuando se cumplen condiciones específicas, como el cierre de puertos o retrasos en rutas. Este tipo de seguro ofrece a las empresas mayor flexibilidad y rapidez en la compensación, lo que reduce el impacto financiero y operativo.
Además, las empresas exportadoras de productos perecederos pueden beneficiarse de coberturas especializadas que aseguren contra pérdidas relacionadas con retrasos. La capacidad de contar con coberturas flexibles permite a las empresas mantener su competitividad en medio de un entorno incierto y volátil.
El conflicto en Gaza es un recordatorio de que las cadenas de suministro globales son vulnerables a las crisis geopolíticas, y las empresas de todas las regiones, incluidas Latinoamérica y Centroamérica, deben estar preparadas para responder rápidamente. Diversificar rutas comerciales, adoptar tecnología para mejorar la logística y utilizar seguros de transporte adaptados a las necesidades actuales son estrategias clave para minimizar el impacto de estos riesgos.
La resiliencia será fundamental para que las empresas puedan enfrentar los desafíos del comercio global en un mundo donde los conflictos tienden a escalar rápidamente. Aquellas que invierten en soluciones de mitigación de riesgos y optimizan sus procesos logísticos estarán mejor posicionadas para enfrentar las incertidumbres que puedan surgir en el comercio internacional.
Por: Helena Carrillo Pachón, CEO y fundadora de JAH Insurance Brokers Corp y Pacific Real Estate