Mujeres
La inclusión de la mujer en el sector salud: más allá de los porcentajes
A pesar de que las mujeres dominan la fuerza laboral en el sector salud, ocupan pocos cargos de liderazgo. Cruz Verde trabaja para romper estereotipos y promover un entorno laboral inclusivo que permita a las mujeres acceder a roles tradicionalmente masculinos, buscando así mayor equidad de género.
El rol de la mujer en el sector salud avanza en su protagonismo, sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer.
Cifras relevantes son que las mujeres representan casi el 70 % de la fuerza laboral del sector de la salud y los servicios sociales y de cuidado en todo el mundo (WHO, 2021). Sin embargo, se estima que ocupan solo alrededor del 25 % de los puestos de liderazgo en la salud (WHO, 2021). En Colombia el 84,9 % de quienes ingresan a la profesión de enfermería son mujeres, mientras que los hombres ocupan la mayoría de los trabajos en especialidades quirúrgicas.
Lo relevante es que estos resultados del mercado laboral suelen ser producto de reglas, normas y estereotipos culturalmente arraigados que se acumulan a lo largo del tiempo y que impulsan las decisiones de oferta de trabajo de mujeres y hombres. Por eso es necesario enfrentar el problema con decisión y apelando a la búsqueda de un cambio cultural trascendental.
La eliminación de estereotipos y prejuicios de género requiere transformaciones en las creencias sobre las formas de ser, actuar y pensar de mujeres y varones. Estas transformaciones involucran especialmente a los varones: si bien las mujeres son las que padecen la desigualdad y la discriminación, los varones son en general quienes las alimentan.
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El objetivo es que las mujeres dejen de enfrentar la discriminación basada en el género y al “techo de cristal” que limita su avance en trabajos que se consideran de mayoría masculina. Pero no se pone énfasis en los porcentajes, hacia una igualdad, sino que se busca que ésta se produzca rompiendo paradigmas que son propios del sector salud. La idea es evitar la segregación horizontal en la que un tipo de responsabilidades tienden a ser ocupadas por mujeres, mientras otras lo son por hombres. También la segregación vertical que se evidencia en el hecho de que los hombres ocupan la mayoría de los puestos de mayor rango salarial entre las profesiones médicas y del sector salud (WHO, 2019). Como consecuencia de esta segregación de género, las mujeres suelen estar concentradas en trabajos con rangos salariales inferiores y con oportunidades limitadas para ejercer roles de liderazgo (Reskin, 1993; WHO & ILO, 2022).
De aquí el camino que ha decidido recorrer Cruz Verde a partir de generar un marco de empoderamiento el cual se considera fundamental. Las mujeres deben poder elegir libremente un acceso pleno al mercado laboral. Es un hecho que, por ejemplo, en una organización como Cruz Verde de los 7.447 colaboradores en 2023, 5.435 son mujeres y 2.011 son hombres. Y se trata de una tendencia: de los 3.607 nuevos colaboradores contratados en 2023, 2.621 son mujeres y 986 son hombres.
El 49% de los cargos ejecutivos de mayor rango, hoy en día son ocupados por mujeres, las cuales han sido y siguen siendo capacitadas conscientemente por la organización en lo que se llaman “power skills” que les han permitido desarrollar capacidades para ejercer posiciones de liderazgo con éxito.
Hoy se tiene definido que las colaboradoras puedan acceder a cargos que tradicionalmente son ocupados por hombres, como es el caso del rol del auxiliar de bodega, cuyo día estamos celebrando este mes. Se trata de una labor de enorme importancia en el proceso general de la organización. El 11,6 % de los hombres ocupados en Colombia, pertenecen al sector de almacenamiento.
En Cruz Verde gracias al programa de Equipares del PNUD y el Ministerio de Trabajo, somos la única entidad de salud actualmente certificada en equidad de género, y existe así un compromiso de avanzar por el camino hacia la inclusión y diversidad. Es por ello se trabaja activamente para fortalecer un entorno laboral en donde cada colaborador/a sea valorado/a y respetado/a por ser quien es, y tenga la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.
Sin embargo, lo que es valioso de este proceso no es tanto las cifras, sino la existencia de un cambio cultural en donde ya no se piensa tanto en las en la división de géneros, es decir, la referencia no es qué porcentajes de mujeres y qué porcentaje de hombres hay. Hoy los responsables de las políticas y decisiones corporativas relacionadas con el personal han comprendido las consecuencias que producen los factores que conducen a la agrupación de hombres y mujeres en determinados puestos de trabajo.
¿Esto qué significa? Que la organización está creando un entorno propicio para todos los géneros, lo cual implica que a medida que más mujeres reciben capacitación y educación, se le presentan oportunidades laborales donde todos los trabajadores, independientemente de su género, puedan prosperar. Se está así en un proceso de eliminar etiquetas como que tal tipo de actividad es “dominado por hombres” y “dominado por mujeres”, adoptando, en consecuencia, un enfoque transformador que no solo se manifiesta en los porcentajes de género, sino en los resultados corporativos.
Por: Claudia Sterling, Member Board of Directors Medicarte IPS