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La rebelión de las canas: cada vez más mujeres asumen su vejez con dignidad y sin retoques estéticos
Para reivindicar la llegada de la vejez con dignidad, crece entre millones de mujeres la tendencia de lucir las canas y dejar de lado costosos tratamientos estéticos.
Hace cerca de un mes, la recordada actriz y exreina de belleza colombiana Margarita Rosa de Francisco se estrenó en TikTok con un video en el que exhibía sin filtros sus canas y arrugas, al tiempo que contaba estar cansada de ocultarlas. Desde ese momento, advirtió a sus seguidores, le daría la bienvenida a lo que ella denomina “el espectáculo de su propio envejecimiento”.
La publicación suma cerca de ocho millones de visitas en las que ha recibido diversos comentarios. Muchos de ellos provienen de otras mujeres que aplauden su valentía al salirse de los estrictos moldes de belleza que las esclavizan con tratamientos de todo tipo: desde tinturas para el cabello hasta toques de bótox, en un intento por contener el implacable paso del tiempo y los signos de la vejez.
La decisión de Margarita Rosa, que a sus casi 60 años luce una tonificada figura y estrenará en abril la serie Viaje al centro de la Terra, de Disney +, no es, sin embargo, un caso aislado. En la actualidad, millones de mujeres, por convicción, comodidad o hasta economía, decidieron apostar por el cabello canoso, al natural.
La culpa es del melanocito, una célula encargada de producir el pigmento característico del pelo. Ya sean morenos, rubios o pelirrojos, siempre hay un momento en que la producción de ese pigmento se agota. De ahí que el melanocito pierda la proteína que fabrica el color. Deja de existir. Sin pigmento, comienzan las canas.
Pero muchas han decidido reivindicarlas y exhibirlas con orgullo. Así lo hacen famosas de la talla de Jamie Lee Curtis, reciente ganadora del premio Óscar a mejor actriz de reparto; la diva de la televisión mexicana Verónica Castro; las británicas Helen Mirren y Emma Thompson; la estadounidense y mimada de Hollywood Gwyneth Paltrow; Jane Fonda, quien luce divina con sus canas a los 82 años, y Letizia Ortiz, reina de España, quien se ha dejado ver en varios eventos públicos luciendo algunos hilos plateados en su melena castaña.
De la lista forman parte también las actrices Andie MacDowell, recordada por la película Cuatro bodas y un funeral, de 1994; Meryl Streep, abanderada de esta tendencia a sus más de 70 años; y Carolina de Mónaco, quien dejó de teñirse el cabello, según lo ha contado ella misma, desde la llegada de la pandemia en 2020.
En Colombia, aunque de forma más tímida, otras mujeres, además de Margarita Rosa de Francisco, han abrazado esta tendencia, entre ellas la periodista y presentadora de televisión Claudia Palacios y sus colegas Yolanda Ruiz y María Elvira Samper.
Esta tendencia, más allá de las canas, consiste también en que han dejado de lado tratamientos como el bótox, el relleno de labios y las inyecciones de ácido hialurónico. El propósito es envejecer con dignidad.
¿Cuestión de actitud?
“Las mujeres que deciden llevar su pelo plateado son mujeres vanguardistas y con una personalidad fuerte, que buscan transmitir un sello distintivo a través de su cabello. Son mujeres que descubrieron que la independencia, la emancipación y la autonomía por la que tanto ha luchado el género femenino pasa también por dejar de querer encajar en estrictos conceptos de belleza que satanizan la vejez de las mujeres; mientras que en los hombres, los años de más son sinónimo de sensualidad, de experiencia y de madurez”, asegura la psicóloga y consejera matrimonial Mara Trujillo.
A su juicio, atrás van quedando los tiempos en los que “el pelo abundante y con color era símbolo de atracción y de juventud, por lo que se intentaba mantener un pelo frondoso y de apariencia joven lo máximo posible. Hoy se ha demostrado que las canas también pueden llevarse con elegancia y naturalidad”.
En ese sentido, destaca que, según un estudio elaborado por Pantene, el 53 por ciento de las mujeres consideran que un cabello con canas es una señal de identidad y de estilo.
Pese a ello, aún persisten estereotipos de belleza sin romper. De ahí los ácidos cuestionamientos que han caído sobre figuras como Sarah Jessica Parker, estrella de la exitosa serie de finales de los años noventa Sex and the city, quien se ha dejado ver en público luciendo las canas que le han llegado a los 57 años. O de actrices como Jennifer Aniston, que, a pesar de su envidiable figura, “es criticada –afirma Trujillo– cuando se le marcan las arrugas naturales del rostro y la piel en las fotos”.
En el otro lado de la historia, dice, algunas famosas escriben un lado malsano en esta historia: “Como esa competencia con la juventud en la que mantiene JLo, que no es capaz de mostrarse con el esplendor de la belleza de los 50 años y se oculta detrás de filtros y de retoques en sus fotos, cuando ya muchos de sus seguidores han revelado imágenes en las que se notan todas las marcas y arrugas de las mujeres a esa edad. Algo natural que no debería avergonzarnos”, comenta Trujillo.
De ahí que Margarita Rosa asegure que al tomar la decisión de asumir el espectáculo de su propio envejecimiento se siente “liberada”. Dice sentirse “aliviada de no tener el deber de ser bella, ni de ser joven, ni de ser sexi, ni apetitosa”.
En ese sentido se expresa también la presentadora y periodista Claudia Palacios, que por estos días participa en las mañanas de Blu Radio y en el noticiero CM&. Hace años optó por no teñir las canas que comenzaron a aparecerle desde muy joven. “Por fortuna entendí que existe una belleza más allá de lo que dictan la moda y la publicidad. Una belleza interior, que es la que realmente debería definirnos. En redes, algunos me cuestionan por eso, otros me han escrito ‘qué pesar que ya no se vea tan joven’, pero en el medio en el que me muevo, que es la televisión, donde sabemos que todo entra por los ojos, nunca he tenido dificultades para asumirme con mis canas, con mi apariencia”.
Yolanda Ruiz, una de las periodistas que marcó historia en la radio colombisna, también reivindica la decisión de miles de mujeres al asumir sin filtros la vejez. “Hay insultos y ciertas preguntas que están reservados para las mujeres, que no tienen su equivalente en masculino. Es por el machismo que camina por todas partes y salta cuando menos se lo espera”, como escribió en su perfil de Facebook.
Y menciona el caso de una seguidora en Twitter que le preguntaba, precisamente, por qué no se teñía las canas para verse mejor. “Como si fuera obligación. Varias veces en las redes sociales me han insistido en la necesidad de ocultar mis canas porque me veo vieja y desarreglada”.
Sin embargo, no es un asunto que preocupe a la mujer que por años estuvo detrás de la dirección de las noticias en RCN Radio. “No me preocupa verme con mi edad porque me alegra la certeza de haber vivido los años que tengo, y no creo que las canas sean desarreglo, sino las marcas dejadas por una vida que celebro cada segundo. Como muchas mujeres, usé tintes y un buen día no quise hacerlo más porque algo bueno que dan los años es aprender a dejar los amarres, uno a uno, para ser más libres sin pensar en lo que digan los demás”, asegura la comunicadora.
Para Yolanda, este es “un universo en donde a la mujer se la reduce a un objeto que vale si es bello y no sirve si se considera que no lo es. Dudo mucho que a los hombres los increpen con frecuencia cuestionando su apariencia, porque ser bellas sigue siendo una exigencia que la sociedad nos hace primordialmente a las mujeres. No importa el trabajo, ser mujer es estar siempre en una vitrina en donde nos analizan y nos juzgan por cómo nos vemos: los kilos de más, las curvas de menos, el maquillaje que falta y el que sobra, el tamaño de los senos y las nalgas, la estatura, el color de los ojos, la ropa que ajusta o que no ajusta... Nos juzgan y nos juzgamos porque ante el espejo nos castigamos todos los días”.