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“Somos una sociedad con gordofobia”: Cecilia Navia habla de su nuevo libro en el que reflexiona sobre la presión de los estereotipos y la bulimia”
La actriz decidió contar su historia. A sus 43 años se siente lista para hablar del sufrimiento que vivió de niña y adolescente por la presión de lucir más delgada. Hoy se siente plena y desde sus dos marcas de moda busca empoderar a otras mujeres para que se acepten como son.
La actriz Cecilia Navia, conocida como Chichila, se enfrenta a su proyecto más retador: escribir un libro sobre desórdenes alimenticios inspirado en su experiencia con la bulimia. Ser una niña famosa y convertirse en una figura pública en su adolescencia generó que sintiera una mayor presión hacia su aspecto físico. En este proceso normalizó que la sociedad hiciera juicios de valor sobre su cuerpo, y esto le generó angustia por cumplir las expectativas de los demás y verse delgada.
“Toda mi infancia me enfrenté a la ‘gordofobia’ al ser una figura de televisión y una niña gordita” afirma. Sin embargo, reconoce que en la actualidad hay una mayor libertad para hablar sobre el cuerpo y denunciar los estereotipos.
De niña Navia recuerda que le escondían las golosinas y en la nevera estaba pegada la imagen de una mujer con sobrepeso, buscando disuadirla de que comiera de más.
Aunque comenzó en la actuación desde muy pequeña, fue a los 11 años, aproximadamente, cuando la motivaron a participar en programas en los que era necesario ser una niña delgada. Desde entonces asoció su peso con su carrera como actriz. “Me sentía culpable por sentirme gorda. La comida se volvió un drama gigante, comía a escondidas de forma compulsiva”, reveló en el Podcast de Santiago Alarcón, ‘Meterse al rancho’.
Como resultado de esa acumulación de rechazos por su peso, Navia fue una adolescente con bulimia, un desórden alimentario que consiste en comer de manera compulsiva para luego inducir el vómito. La comida se convierte en una obsesión.
Tomar suplementos para reemplazar los alimentos se volvió parte de la cotidianidad de Navia. Un hábito que se acentuó todavía más cuando la expulsaron del grupo musical Oki Doki por su aspecto físico. “De los ocho integrantes nos sacaron a 3, las dos más gorditas y la bajita”.
Para Navia todo esto “es un pequeño reflejo de una sociedad que tiene gordofobia y le cuesta trabajo entender que existen los cuerpos distintos y que deberían tener las mismas oportunidades que los demás”. Por eso con el libro que está escribiendo busca profundizar en el impacto de los estereotipos y la responsabilidad que tenemos todos frente a los trastornos alimenticios. “No podemos pedirles a nuestras niñas que no tengan obsesiones, que se quieran y se acepten, cuando somos una sociedad que no acepta que haya rollitos en el estómago”.
Navia afirma que la discriminación y el machismo es una realidad para quienes tienen tallas grandes. Todos los artistas deben exponer su cuerpo, incluyendo los hombres. “Ser actor es muy bello pero muy doloroso también, un actor debe ser sensible a profundidad para lograr muchas emociones, pero también tiene que tener un cuero muy duro” afirma.
A sus 43 años asegura estar en una de las mejores etapas de su vida. Dedicada a su familia y a escribir.
En el proceso de escritura en el que se encuentra ha sido clave la editorial Penguin Random House. Sin embargo, otros editores ya tenían esta historia de superación personal en el radar y fueron insistentes desde años atrás.
“Me han estado llamando editoriales desde hace ocho años, aproximadamente. Pero en este punto, por primera vez en mi vida, creo que ya es el momento de hacerlo, tengo ese impulso y esas ganas de salir a contar un poco de mi historia”.
Navia considera que la edad y la experiencia le permitieron identificar las dos grandes fuerzas que hay en ella: ser una artista arriesgada, libre, exploradora y creativa; y por otro lado, una persona que necesita tener el control. El check list ha sido fundamental para tener una estructura y orden de las cosas en su cotidianidad.
Aunque su pasión por la actuación empezó desde los 4 años cuando tuvo su primera participación como actriz, considera que su personalidad incansable la ha llevado a experimentar en otros campos. “En los últimos años he tratado de explorar otros talentos, siempre tuve una diseñadora de modas en mi interior”.
Hace 7 años creó una marca que la enorgullece: ruabijas. Son ruanas diseñadas por ella, que confeccionan adultos mayores. Su otro proyecto es By CHN (By Chichila Navia), con el que busca “crear prendas que hagan sentir y verse bellas a mujeres de todas las tallas, pero siempre aceptando quienes son”, detalla. Los ingresos de las ventas son para la ONG Agencia Social, dedicada a apoyar comunidades vulnerables.
Con estas prendas también quiere resaltar el liderazgo y la diversidad de las mujeres. Por eso decidió bautizarlas con nombres como Susci, Vira, Descarada, Poder Rosa y Férrea, entre otros.
La actuación no la ha abandonado, de hecho actualmente dos de las series en las que participa han tenido bastante éxito en las plataformas Prime Video y Netflix.