Opinión

El liderazgo emocionalmente asertivo: una necesidad, no una opción

Para enfrentar los desafíos y retos del mundo actual, se necesitan líderes que sean capaces de gestionar sus emociones y las de quienes lo rodean.

Luchy Mejía
20 de marzo de 2025, 3:37 p. m.
¿Cuáles son los tipos de líderes que necesitan las empresas?
Los líderes que son capaces de regular sus emociones fomentan la confianza, la creatividad y la lealtad en sus equipos. | Foto: Getty

En nuestra actualidad personal y organizacional, el liderazgo ha sido definido históricamente por la capacidad de tomar decisiones estratégicas, influir en los equipos y obtener resultados. Sin embargo, uno de los factores que más impacta la efectividad de un líder es su capacidad para gestionar sus emociones y las de quienes lo rodean.

Un líder que ignora la dimensión emocional del liderazgo corre el riesgo de generar desmotivación, aumentar los conflictos y asentar un clima laboral poco productivo. En cambio, aquellos que entienden y gestionan sus emociones logran equipos más comprometidos, resilientes y alineados con la visión corporativa.

Las emociones: motor o freno del liderazgo

¿Sabía que las emociones son la base de nuestras reacciones y actuaciones? Por lo tanto juegan un papel fundamental en la toma de decisiones, la comunicación y la relación con los otros. Un líder que reacciona impulsivamente ante la presión o que no maneja su frustración puede tomar decisiones erradas y afectar la moral de su gente. Por el contrario, el líder que regula adecuadamente sus emociones, mantiene la calma en momentos críticos y comunica con claridad su visión, genera confianza y seguridad para todos.

Está comprobado que hasta un 90 por ciento del éxito de un líder depende de su capacidad para gestionar sus emociones y las de otros. Es decir, el coeficiente emocional (EQ) puede ser incluso más determinante que el coeficiente intelectual (IQ) en el desempeño de un líder.

Para desarrollar un liderazgo emocionalmente asertivo es crucial fortalecer cinco pilares esenciales de la persona. Yo los llamo los 5 autos.

  1. Autoconciencia: debemos conocer nuestras propias emociones y saber cómo influyen en los pensamientos y acciones, ya que la falta de reflexión puede hacer que un líder actúe de manera reactiva en lugar de estratégica.
  2. Autorregulación: controlar las emociones no es el objetivo, debemos aprender a regular lo que sentimos y cómo lo manifestamos. Responder de manera acertada ante situaciones adversas es la clave para un liderazgo estable y confiable, pues un líder que fácilmente pierde el control, transmite inseguridad y genera desconfianza.
  3. Autoconocimiento: En mi área de trabajo, de manera sorprendente, encuentro que casi nunca sabemos responder a las siguientes preguntas: ¿Quién soy? ¿Qué me mueve? ¿Cuál es mi propósito? Un líder con un propósito de vida, más allá de su rol laboral, logra inspirar y ser ejemplo para otros.
  4. Autenticidad: Responde a la pregunta: ¿Desde dónde lídero? No se trata de imitar estilos o copiar otras prácticas. La autenticidad acerca a las personas y les permite conocer realmente a su líder. Hoy se valora el liderazgo humano y cercano; el tiempo de la distancia y la formalidad ha pasado, es por eso que ser auténtico y real hace que la credibilidad se eleve.
  5. Autoimagen: aquí caben dos preguntas: ¿Cómo me veo?, ¿Cómo quiero que me vean? Sin duda, para llegar a responderlas hay que recorrer los pilares anteriores y elegir qué es eso que quiero que la gente vea. Un líder al que le importa servir y dejar un legado, dejará una huella en las personas con las que se relaciona.

Nuestro ser líder impacta

El liderazgo emocionalmente asertivo no solo beneficia a los líderes, sino que impacta de manera directa a sus seres queridos, colaboradores y cultura organizacional. Un líder que gestiona sus emociones de forma adecuada y promueve un entorno emocionalmente saludable fomenta la confianza, la creatividad y la lealtad en su equipo.

Por el contrario, un liderazgo carente de asertividad emocional puede elevar altos niveles de estrés, aumentar la rotación de personal y lograr un bajo compromiso. No es casualidad que muchas empresas líderes en el mundo inviertan en el desarrollo de competencias emocionales en sus directivos y equipos.

Por esta razón, fortalecer la asertividad emocional en los ámbitos personal y corporativo no es una moda pasajera, sino una necesidad en un mundo en el que las relaciones humanas son clave para el éxito. Cada vez más enfrentamos mayores desafíos y cambios. Los líderes que logren equilibrar razón y emoción serán los que realmente marcarán la diferencia. Liderar con asertividad emocional no solo transforma organizaciones, sino que también impacta vidas, generando espacios donde el bienestar y el alto desempeño pueden coexistir.

Luchy Mejía, CEO de Potencial Humano Integral y master Coach experta en emociones