Opinión
La equidad de género podría tardar cerca de 300 años: Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas
De mantenerse el ritmo de progreso actual, la meta global de alcanzar la equidad de género aún tardaría bastante. Para acelerar este proceso urge modificar las concepciones que persisten acerca del rol de la mujer y corregir los sesgos que alimentan la discriminación.
La igualdad y equidad de género se encuentran incorporadas en la Agenda 2030. La meta global consiste en contar con condiciones que faciliten la igualdad en el acceso a la educación y atención médica, las oportunidades para conseguir un trabajo digno y la representación en los procesos de adopción de decisiones políticas y económicas.
Pese a los esfuerzos que se han adelantado hasta el momento, alrededor del mundo, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DESA) estima que alcanzar la igualdad de género podría tardar cerca de 300 años, de mantenerse constante el ritmo del progreso observado.
Desde luego, revertir y superar las brechas de género constituye un reto de enormes proporciones, pues los fenómenos de exclusión y desigualdad que afectan a las mujeres se han arraigado culturalmente a lo largo del tiempo, al punto de que muchas de sus expresiones se replican día a día sin cuestionamiento alguno. La inercia y el peso de la costumbre han logrado revestir las prácticas opresivas, los estigmas e incontables formas de injusticia con un manto de normalidad.
Para avanzar en la meta global de equidad de género es preciso, entonces, modificar de plano las concepciones que persisten acerca del rol de la mujer y corregir los sesgos que alimentan la discriminación. Esta tarea se extiende a todos los ámbitos y esferas de la sociedad. Nos corresponde llevar a cabo un proceso colectivo que permita fortalecer las bases del respeto, dignificación y protección de los derechos, libertades y capacidades de la mujer.
Tendencias
En el mundo empresarial, las líneas de acción para abordar estos objetivos son amplias. El reclutamiento, retención y promoción del talento humano es una de ellas. Del mismo modo, las políticas de inclusión y equidad orientadas a ofrecer oportunidades de crecimiento profesional, entornos competitivos, y un buen clima laboral; la sensibilización en cuestiones de género, las políticas de intolerancia contra la discriminación, y la apertura de canales de comunicación exclusivos para tratar problemáticas de acoso.
El Banco de Bogotá ha acogido la equidad de género entre las prioridades de su cultura organizacional, y ha puesto en marcha una serie de programas con impactos precisos y cuantificables. A través del monitoreo de indicadores y líneas de base, formulados para analizar el comportamiento de brechas de género, se ha transversalizado el componente de inclusión en cada uno de los procesos corporativos y productos financieros.
Entre dichas iniciativas se encuentran la formación especializada para potenciar el liderazgo femenino, planes de bienestar laboral para promover el balance entre el trabajo y el hogar, con modalidades de jornada flexible, retornos escalonados para las madres después de sus licencias de maternidad y la ampliación al doble de tiempo de la licencia de padres para fomentar la paternidad responsable; así como la instalación de espacios ambientados para que los colaboradores trabajen acompañados de sus niños menores, con soporte permanente de profesionales en pedagogía.
A su vez, se destacan programas de alcance nacional como los semilleros STEM, mediante los cuales se busca cerrar la brecha de talento femenino en áreas de tecnología, y gracias a los cuales cerca de 150 mujeres podrán vincularse al banco una vez terminan sus programas académicos; el Scientific Challenge, un reto diseñado para estimular y premiar el talento de mujeres, entre los siete y 18 años, en contenidos de ciencia y tecnología; y la red ‘Comunidad de Mujeres BDB’, en la que participan más de 6.000 mujeres, con el ánimo de generar nuevos espacios que propendan por su crecimiento personal y profesional.
Los resultados obtenidos han logrado posicionar al banco entre las empresas con mejor gestión en equidad de género, tanto a nivel nacional como regional. Además de encontrarse en el top 10 del ranking PAR de Aequales, que desde 2015 mide los avances de más de dos mil organizaciones de América Latina, el banco se ubica en el top 10 de las empresas más incluyentes de Colombia, según el ranking realizado por la Cámara de la Diversidad; y ha sido galardonado por Euromoney como ‘Market Leader’ en Inclusión y Diversidad.
Lejos de ser un punto de llegada, estos reconocimientos son una muestra de que la trayectoria recorrida es la indicada, por lo que continuaremos impulsando la equidad, inclusión y diversidad, e instamos a otras organizaciones para que se unan a este cometido, de tal forma que el desarrollo socioeconómico al que aspiramos se convierta en una realidad concreta y fructuosa.
*Vicepresidenta de Sostenibilidad y Servicios Corporativos del Banco de Bogotá.