RUSIA 2018

Lágrimas de Maradona por la derrota de Argentina

El campeón del mundo mostró una euforia que culminó en llanto. Alentó como ningún hincha desde su palco pero el equipo dirigido por Sampaoli se fue humillado al final del partido.

21 de junio de 2018

Un mar de lágrimas inunda Argentina. El partido más emocionante de la jornada estuvo a la altura de lo predecible. Se esperaba que la albiceleste saliera mostrando los dientes y la garra para defender su clasificación, y que Croacia mostrara fútbol, orden y elegancia.

Pero lo primero no se vio en el equipo dirigido por Sampaoli, en cuanto a lo segundo, Croacia demostró que es un equipo que puede disputar cosas grandes.

Los hinchas argentinos no podían creer lo que veían, imágenes similares se vieron en 2014 con hinchas de camiseta amarilla cuando Alemania humilló a más no poder a Brasil en su casa. Uno de los gauchos que más sufrió fue nada más ni nada menos que el campeón del mundo Diego Armando Maradona.

Barrilete cósmico estuvo presente en el Estadio de Nishni, en una tribuna alta. Antes del encuentro mostró la camiseta con el nombre de Messi en su espaldar, besó la prenda y se la encomendó al cielo.

Se le notó con el corazón a mil, se ponía de pie, gritaba con todo lo que daban sus pulmones, subía la pierna encima del vidrio de seguridad como queriendo botarse. Así fue hasta el primer gol de Croacia.

Un error que quedó para la historia. Caballero, muy ingenuo, intentó hacer un globito a Rebic, pero lo que hizo fue un pase. El croata no perdonó, enfocó el paredón y fusiló.

Ahí Maradona se transformó. Se llevaba la mano a los ojos para no ver, se comía las uñas, y juntaba las palmas para rezarle a Dios. Pero Dios no estaba del lado de "d10s" en esta oscura noche para Argentina.

Así terminó el primer tiempo.

Y cuando los argentinos volvieron a salir a la cancha después del descanso, ya con chaqueta puesta por el frío, gritó desde su lugar: “¡Vamos, vamos, huevos, huevos, huevos!”, como si quisiera quedarse sin voz.

Pero luego vinieron otras dos “puñaladas al corazón”, como dijo una vez cuando era el director técnico de su selección y Bolivia le empacó seis goles en La Paz. Primero fue Modric con un golazo desde afuera del área, y luego un baile que culminó en gol de Rakitic. Maradona sintió impotencia. El árbitro pitó final, "d10S" se llevó el pulgar y el índice a los ojos para contener las lágrimas, pero ya no había nada que hacer: un mar de lágrimas inunda Argentina.