América Latina

Bolsonaro dice que aborto en Argentina legaliza la muerte de niños con “consentimiento del Estado”

El presidente de Brasil lamentó la decisión de permitir la interrupción voluntaria del embarazo, en todos los casos, hasta las 14 semanas de gestación.

31 de diciembre de 2020
El presidente de Brasil lamentó la decisión del Senado argentino. | Foto: AP

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, criticó este miércoles la legalización sin causales del aborto en Argentina, asegurando que de ahora en más, las “vidas de los niños argentinos” podrán en adelante “ser cortadas en el vientre de sus madres con el consentimiento del Estado”.

El polémico mandatario escribió en su cuenta de Twitter que lamentaba lo sucedido: “En la medida en que dependa de mí y de mi gobierno, el aborto nunca será aprobado en nuestro suelo. ¡Siempre lucharemos para proteger la vida de los inocentes!”. Antes de eso, su homónimo argentino, Alberto Fernández, celebró la decisión del Congreso, afirmando que así Argentina se convierte en “una sociedad mejor que amplía derechos a las mujeres y garantiza la salud pública”.

En Brasil, el aborto solo se permite en caso de violación, riesgos para la madre o si el feto desarrolló una anencefalia, una malformación congénita del sistema nervioso. En otras circunstancias, puede llevar a tres años de cárcel.

La Corte Suprema de Brasil realizó en agosto de 2018 una audiencia pública sobre el tema y en esa ocasión, la doctora María de Fátima, representante del Ministerio de Salud del entonces presidente Michel Temer, recordó que, pese a la prohibición, una de cada cinco mujeres brasileñas ha pasado por un aborto y que cada año mueren 203 mujeres y 250.000 son hospitalizadas por complicaciones en intervenciones clandestinas.

Hasta ahora en Argentina el aborto sólo se permitía en caso de violación o de riesgo de vida para la mujer
Hasta ahora en Argentina el aborto sólo se permitía en caso de violación o de riesgo de vida para la mujer | Foto: AP

La legalización del aborto en Argentina reinició el latente debate en la región sobre los derechos de las mujeres a decidir. Con la aprobación de este miércoles, Argentina, país natal del papa Francisco, se convierte ahora en el más grande de América Latina en legalizar el aborto, que también está permitido en Uruguay, Cuba y Guyana, así como en Ciudad de México.

“Después de tantos intentos y años de lucha que nos costaron sangre y vidas hoy por fin hicimos historia. Hoy dejamos un lugar mejor para nuestros hijos y nuestras hijas”, dijo a la AFP Sandra Luján, una psicóloga de 41 años que hizo vigilia con las jóvenes de pañuelo verde, que identifica a la campaña por el aborto.

“Estoy demasiado emocionada, no puedo pensar en nada. Es demasiada presión esperar el voto final y la confirmación de que es ley”, dijo Celeste Lino, una estudiante de 23 años que nerviosa se apretaba los dedos mientras veía ante una pantalla gigante el voto emitido uno a uno por cada senador.

La aprobación de esta ley, que contempla la objeción de conciencia, no cursó por las líneas partidistas. Aunque en el gobernante Frente de Todos se respaldaba el proyecto, no todos sus congresistas lo avalaron.

Y hubo parlamentarios que marcaron su posición a favor de la legalización, al margen de su fe religiosa. “¿Por qué queremos imponer por ley lo que no podemos impedir con nuestra religión?”, preguntó la senadora Gladys González, del opositor Juntos por el Cambio y católica practicante, al anunciar su apoyo al proyecto.

El presidente Fernández, cercano a Francisco, había declarado días atrás: “Soy católico, pero tengo que legislar para todos. Además, soy un católico que piensa que el aborto no es un pecado”.

El gobierno calcula que ocurren entre 370.000 y 520.000 abortos clandestinos anuales, en un país de 45 millones de habitantes. Desde la restauración democrática en 1983, hubo más de 3.000 mujeres muertas por abortos inseguros.

En paralelo y en la misma sesión, el Congreso aprobó una Ley de los 1.000 días, para acompañar material y sanitariamente a las mujeres de sectores vulnerables que quieran llevar adelante su embarazo de modo que las dificultades económicas no se constituyan en un motivo para abortar.

La oposición a la interrupción voluntaria del embarazo, que adoptó el color celeste, tuvo como abanderadas a la Iglesia Católica y a la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas, promotoras también de masivas marchas callejeras y de misas al aire libre.

*Con información de AFP

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