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32 años en la cárcel por un crimen que habría cometido Pablo Escobar
Krishna Maharaj, un empresario británico, llegó a ser condenado a pena de muerte. A los 79 años, cumple cadena perpetua por un doble homicidio cometido en Miami, y sigue esperando que la justicia de Estados Unidos reconozca las pruebas a su favor.
Derrick Moo Young y su hijo Duane fueron asesinados a tiros en el cuarto 1215 del Hotel Plaza Dupont, de Miami, en octubre de 1986, en la época en la que estaba en su apogeo el imperio de narcotráfico de Pablo Escobar.
Krishna Maharaj, nacido en Trinidad, pero residente en Londres desde los años sesenta, contactó a Moo Young a principios de los 80 cuando se mudó al sur de la Florida para invertir en bienes raices.
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Maharaj, que había conocido en Londres a Young, un jamaiquino de origen chino, le propuso que supervisara sus inversiones cuando estuviera fuera de la ciudad.
Esa relación comercial, sus huellas en el cuarto de hotel en donde fueron asesinados y el testimonio de Neville Butler, un hombre que aseguró haber presenciado el crimen, fueron las pruebas para condenarlo, primero a pena de muerte, y posteriormente a cadena perpetua.
"No puedo creer que en América usted pueda ser encontrado culpable por algo que nunca hizo": Maharaj.
De nada le sirvió que seis testigos declararan que esa noche estaba exactamente a 50 kilómetros de distancia de la escena del crimen al momento de los asesinatos, en Fort Lauderdale.
Tampoco que el testigo clave de la Fiscalía hubiera fallado la prueba del detector de mentiras y hubiera cambiado su testimonio varias veces. El mismo juez fue arrestado por aceptar sobornos de un agente encubierto que se hizo pasar por miembro de un cartel de drogas.
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De acuerdo con The Daily Mail, Maharaj, de 79 años, podría tener pronto su última oportunidad para convencer a un juez federal de que es inocente, pues cuenta con nuevas pruebas a su favor.
El principal argumento a favor de Maharaj es que cinco antiguos sicarios de Pablo Escobar testificaron que el crimen fue cometido por el cartel de Medellín, bajo órdenes del capo.
Entre esas declaraciones está la de Jhon Jairo Velasquez, alias Popeye, quien aseguró que su jefe ordenó el asesinato porque descubrió que las víctimas se quedaron con un dinero que se supone debían haber lavado.
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“Ellos se quedaron con su plata (la de Escobar) y la de sus socios y por eso tenían que morir”, afirmó Popeye, citado por The Daily Mirror. El asesino, según su versión, habría sido Guillermo Zuluaga, otro de los sicarios de Escobar, ya fallecido.
Así mismo, un antiguo piloto de Escobar testificó que en diciembre de 1986 el capo le advirtió que nunca lo robara o le pasaría lo mismo que a los chinos, sobrenombre con el que se refería a los Moo Young.
Un oficial de policía también testificó que oficiales corruptos ayudaron posteriormente a desviar la investigación contra Maharaj para exculpar al capo.
Pese a que la evidencia a su favor fue presentada desde 2015, la justicia estadounidense no la ha tenido en cuenta y ha rechazado sus apelaciones. Sin embargo, Maharaj no pierde la esperanza de recuperar su libertad.
"No puedo creer que en América usted pueda ser encontrado culpable por algo que nunca hizo", afirmó Maharaj en una declaración citada por Reprieve.