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A raíz de la amenaza lanzada por el expresidente Rodrigo Duterte, Filipinas dice que está lista para usar la fuerza en defensa
El expresidente ha pedido que su región de origen, Mindanao, se separe de Filipinas a medida que se desmorona su alianza con el presidente Ferdinand Marcos Jr.
El gobierno filipino está dispuesto a utilizar “autoridad y fuerzas” contra los intentos de dividir la nación, dijo un funcionario de seguridad, después de que el expresidente Rodrigo Duterte amenazara con separar algunas islas del sur del resto del archipiélago.
Según The Guardian, medio británico, Duterte ha pedido la independencia de su región natal, Mindanao, de Filipinas, ya que su alianza con el presidente Ferdinand Marcos Jr. se desintegró esta semana por desacuerdos en torno a los esfuerzos para enmendar la constitución.
Marcos dijo que la enmienda a la Constitución de 1987 tenía como objetivo facilitar las inversiones extranjeras, pero Duterte lo acusó de utilizar el cambio constitucional para mantenerse en el poder.
El asesor de seguridad nacional, Eduardo Ano, dijo en un comunicado que cualquier intento de secesión “será respondido por el gobierno con fuerza decidida”, citando “llamados recientes para separar Mindanao”, pero sin nombrar específicamente a Duterte.
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“El gobierno nacional no dudará en utilizar su autoridad y sus fuerzas para sofocar y detener cualquier intento de desmembrar la república”, dijo Ano. Agregando que los llamados a la secesión podrían revertir los logros del acuerdo de paz del gobierno con ex grupos separatistas.
La violencia y el conflicto han asolado Mindanao durante décadas mientras el gobierno luchaba contra insurgentes y extremistas, lo que ha desalentado las inversiones y dejado a muchas aldeas en la pobreza.
El grupo rebelde más grande de la región, el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI), había firmado un acuerdo de paz con el gobierno filipino en 2014, retirando su lucha por la independencia a cambio de una mayor autonomía en una región musulmana llamada Bangsamoro.
El primer ministro de Bangsamoro, Ahod Ebrahim, dijo en un comunicado el viernes que seguía comprometido con el acuerdo de paz. El asesor del gobierno para el proceso de paz, Carlito Gálvez Jr., pidió a los filipinos que “rechacen cualquier llamado a desestabilizar” el país. El jefe de las fuerzas armadas filipinas, Romeo Brawner, dijo el sábado a los soldados “que permanezcan unidos y leales a la constitución y la cadena de mando”.
Por otro lado, y según afirma el medio de comunicación DW, el diputado Raoul Manuel, del Partido Karabataan, dijo que lo que se esconde detrás del llamado independentista de Duterte es su temor a ser condenado por la Corte Penal Internacional, que investiga la llamada “guerra contra las drogas” lanzada por el exmandatario durante su gobierno, que dejó cientos de muertos y fue siempre muy cuestionada por organismos de derechos humanos.
“Los Duterte quieren convertir Mindanao en su búnker de fuga justo cuando son perseguidos por la Corte Penal Internacional y son investigados por sus crímenes contra el pueblo filipino”, sostuvo el legislador. Duterte dijo el 30 de enero que se trabajaba en la recolección de firmas para independizar la isla. “Esto no es una rebelión ni sedición. Hay un proceso, creo, ante Naciones Unidas, donde debes recoger firmas”, aseguró.
Pese a que la hija de Duterte, Sara, es la vicepresidenta de Filipinas, el quiebre entre el presidente Ferdinand Marcos Jr. y la familia del exmandatario parece notorio. Estos últimos días han cruzado acusaciones por uso de drogas, mientras que cercanos a Duterte han pedido la renuncia de Marcos.