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A tres meses de los Olímpicos, Japón decreta nuevo estado de emergencia por covid-19
Al contrario del anterior estado de emergencia, que solo requería que los establecimientos redujeran sus horarios de apertura, esta vez deberán cerrar los comercios que vendan licor, los grandes almacenes y algunos centros comerciales.
El gobierno japonés declaró este viernes un nuevo estado de emergencia en Tokio y en otras tres regiones, debido a un aumento de los contagios por coronavirus, cuando faltan tres meses para los Juegos Olímpicos, un evento que tiene la atención de todo el mundo debido a que parece no cancelarse pese a la situación por la que atraviesa el mundo.
“Hoy hemos decidido declarar un estado de emergencia en los departamentos de Tokio, Kioto, Osaka y Hyogo”, anunció el primer ministro Yoshihide Suga, mencionando el aumento de contagios debido a las nuevas variantes del virus.
Al contrario que el anterior estado de emergencia, que solo requería que los establecimientos redujeran sus horarios de apertura, esta vez deberán cerrar los comercios que vendan alcohol, los grandes almacenes y algunos centros comerciales.
“Tenemos una fuerte sensación de crisis”, había declarado anteriormente el ministro japonés encargado de la lucha contra la pandemia, Yasutoshi Nishimura.
“A menos que adoptemos medidas más fuertes de las adoptadas hasta ahora, no contendremos las variantes que tienen un enorme poder infeccioso”, advirtió.
El estado de emergencia entrará en vigor el domingo y durará por lo menos hasta el 11 de mayo.
Aunque sean más estrictas que las medidas decretadas durante el anterior estado de emergencia impuesto en algunas zonas del país, en enero, estas disposiciones continúan siendo mucho más leves que las ordenadas en otros países en el último año.
Según los medios locales, estas medidas, que coincidirán con las vacaciones de la “Golden Week” de principios de mayo -que los japoneses suelen aprovechar para viajar- podrían acompañarse de la suspensión de algunas conexiones ferroviarias y de algunas líneas de autobús con el fin de limitar la movilidad.
Las autoridades de los departamentos afectados también podrían prohibir la asistencia de público en eventos deportivos, pero los responsables matizaron que estas medidas de emergencia no impactarán en la organización de los Juegos Olímpicos de Tokio de este verano.
Vacunación en Japón, a paso lento
Japón ha vacunado hasta ahora contra el coronavirus a menos del 1% de su población, una sorprendente lentitud para la tercera economía mundial, que había encargado suficientes dosis a tres laboratorios diferentes desde el año pasado.
Estas son las principales causas de esta crítica situación, que pone al gobierno japonés bajo presión:
1. Proceso específico de aprobación
Japón se adelantó el año pasado encargando suficientes dosis para vacunar a toda su población (125 millones de habitantes) a los grupos estadounidenses Pfizer y Moderna y al sueco-británico AstraZeneca.
Pero hasta ahora solo la vacuna de Pfizer ha sido autorizada. En efecto, para cualquier nuevo medicamento o vacuna, el país impone la obligación de hacer ensayos clínicos suplementarios en su territorio, incluso si el producto ha sido validado por estudios clínicos en otras partes del mundo.
Este muy prudente enfoque, que retrasa la vacunación, está motivado por pasadas controversias sobre vacunas en Japón, recuerda Takakazu Yamagishi, director del Centro de Asuntos Internacionales de la Universidad Nanzan en Nagoya (centro).
En 1992, una decisión de la justicia responsabilizó al gobierno de los efectos no deseados de varias vacunas, incluso sin establecerse un vínculo científico. “Es un mal recuerdo para el gobierno japonés” dice Yamagishi.
2. Laboriosa importación y distribución
Igual que varios países, Japón afronta dificultades de suministro agravadas por su dependencia a la única vacuna de momento disponible, Pfizer, de la que ha pedido 144 millones de dosis (son necesarias dos por persona).
Se esperaba para mayo la aprobación en Japón de las vacunas Moderna y AstraZeneca, pero los problemas de esta sobre sus efectos secundarios podrían retrasar mucho su autorización en el archipiélago nipón.
Además algunas prácticas de la administración japonesa, basadas en el principio de la igualdad, pueden revelarse contraproducentes en la situación actual.
“En Japón, la gente considera que la igualdad es muy importante”, explica Koji Wada, profesor de la Universidad Internacional de la Salud y el Bienestar. “Por ejemplo, si hay 9.000 bienes de primera necesidad para 10.000 personas que los necesitan en caso de catástrofe natural, algunos municipios no los distribuyen”.
La prensa nipona ha informado de varios casos recientes en los que las dosis de vacunas han sido tiradas en lugar de administrarse a personas que no debían recibirlas en ese momento.
3. Faltan brazos
Japón exige que las vacunas sean administradas únicamente por médicos o enfermeras, de ahí la falta de personal para llevar a cabo una vacunación masiva.
El gobierno japonés espera de momento terminar su programa de vacunación en febrero de 2022.
*Con información de AFP