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Abbott reactivará fábrica de leche en polvo para bebés en Estados Unidos
El país pasa actualmente por una escasez de leche en polvo para bebés.
El grupo estadounidense Abott acordó con la justicia estadounidense reiniciar su producción de leche en polvo para bebés en su planta de Michigan, con el fin de paliar la escasez de este producto vital para los pequeños, anunciaron el grupo y el departamento de Justicia este lunes.
Estados Unidos vive una rara falta de leche en polvo para bebés, que preocupa a millones de padres.
Inicialmente causada por problemas en la cadena de aprovisionamiento y por la falta de mano de obra por cuenta de la pandemia, la penuria se agravó en febrero cuando una fábrica de Abbott cerró en Michigan tras el retiro de sus productos sospechosos de haber provocado la muerte de dos bebés.
La agencia estadounidense de medicamentos (FDA) exculpó a la leche, pero descubrió “483 irregularidades” relacionadas con la fábrica, indicó Abbott el viernes, resaltando que “comenzó inmediatamente a llevar a cabo acciones correctivas”.
El Ministerio de Justicia y Abbott precisaron en un comunicado aparte que el acuerdo aún debe ser validado por un juez.
Pero el fabricante, uno de los mayores actores del mercado de leche para bebés, espera reabrir su fábrica de Michigan en las dos semanas que vienen. Repitió que necesitaría luego “6 a 8 semanas antes de que sus productos estén disponibles en estantes”.
Durante ese tiempo seguirá importando leche para bebés de su fábrica en Irlanda para tratar de limitar la escasez en Estados Unidos.
“Sabemos que millones de padres y de cuidadores dependen de nosotros y lamentamos profundamente que nuestro retiro voluntario haya agravado la penuria de leche materna a escala nacional”, indicó el lunes el grupo.
“Trabajaremos duro para volver a ganarnos la confianza que las mamás, los papás y los cuidadores depositan en nuestros polvos desde hace más de 50 años”, agregó.
¿Por qué el desabastecimiento?
De acuerdo con expertos, la reducción del abastecimiento de este producto comenzó el año pasado, debido a la pandemia del coronavirus que generó alteraciones en el suministro de los ingredientes, en la fuerza laboral y en el transporte, pero también a la acumulación de las reservas durante las cuarentenas.
Pero la situación más delicada se presentó luego de que laboratorios Abbott se vio obligado, en febrero, a retirar varias marcas importantes y cerró su fábrica en Sturgis, Michigan.
Una investigación adelantada por autoridades federales concluyó que cuatro bebés sufrieron infecciones bacterianas después de consumir la leche de fórmula de esa compañía. Dos menores de edad murieron, según el informe del hallazgo.
Tras ese hecho, inspectores de la autoridad sanitaria de EE. UU., visitaron la planta en marzo y encontraron deficiencias en los protocolos de inocuidad y rastros de una bacteria en varias superficies, que no coincidieron con las muestras tomadas de los infantes, por lo que la FDA no ha explicado cómo ocurrió la contaminación.
Por su parte, Abbott se defendió tras señalar que su fórmula “probablemente no sea la fuente de infección”, aunque el organismo estatal señaló que la investigación continúa.
Incluso, la empresa señaló que podría comenzar a proveer algunas fórmulas especiales no afectadas por los retiros “en casos individuales”, decisión que fue avalada por las autoridades sanitarias, que advirtieron que los padres deberían hablar con sus pediatras antes de usarla.
“Todavía hay algo de riesgo en la fórmula porque sabemos que hay problemas en la planta y la Fda no ha identificado un origen, pero vale la pena liberarla porque estos infantes podrían morir sin ella”, dijo por su parte a Los Ángeles Times, Sarah Sorscher, del Centro para la Ciencia en el Interés Público.
*Con información de la AFP