Entrevista
Abogado de las víctimas de Chiquita Brands habla del fallo por vínculos con las AUC y hace un llamado a los demás afectados
Jonathan C. Reiter, abogado líder del proceso contra la bananera Chiquita Brands por sus vínculos con las AUC, habla en SEMANA sobre el caso y pide a las víctimas ponerse en contacto.
SEMANA: ¿Cómo toman este fallo de la justicia norteamericana contra Chiquita Brands?
Jonathan C. Reiter (J. R.): Bueno, lo más importante es que el sistema de justicia norteamericano les dio justicia a las víctimas de la violencia de las AUC y del aporte que tuvo Chiquita Brands a esa violencia. En el sistema de justicia se seleccionó un jurado para escuchar toda la evidencia que se presentó, y después de haber sido instruido sobre la ley por el juez, el jurado emitió su veredicto, uno de responsabilidad contra Chiquita Brands International en nombre de ocho familias que fueron víctimas de este caso.
El juicio que tuvo lugar fue lo que se llama un juicio referente. Y un juicio referente significa que es un representante para todos los demás casos. No significa que los demás casos hayan sido decididos en ese juicio; simplemente significa que el tribunal tiene una idea de cómo el jurado encontró las pruebas en el caso, porque las pruebas para todos los demás casos serán similares.
Y como sabemos, hay aproximadamente 5.000 casos pendientes, y este fue el primer grupo de casos de las víctimas. El caso lleva 17 años, aproximadamente, y fue un veredicto maravilloso, un resultado maravilloso para estas familias y para todas las que tienen personas que fueron asesinadas por las AUC y Chiquita Brands, que fue encontrada responsable.
SEMANA: ¿Cómo actuó Chiquita Brands de cara a este caso?
J. R.: Cada juicio es una batalla entre un bando y el otro. Y en este juicio, Chiquita intentó demostrar ciertas cosas. Intentó demostrar que no era responsable porque simplemente estaba siendo extorsionada por las AUC. Y, por otro lado, los abogados de las víctimas demostraron que sí, que Chiquita no estaba simplemente siendo extorsionada, que Chiquita participaba activamente con las AUC para sus propios fines.
Y esa fue una prueba muy importante. El jurado específicamente encontró que la defensa de Chiquita fue planteada en efecto de extorsión, el término legal para ello se llama coacción. Entonces, Chiquita específicamente argumentó que hicieron estos pagos bajo coacción, lo que significa que fueron obligados a realizar los pagos y el jurado falló en su contra en ese punto, determinando específicamente que su reclamo de coacción no era válido.
Porque si se hubiera considerado válido su reclamo de coacción, entonces las víctimas habrían perdido el caso. Pero el jurado concluyó que, basándose en las pruebas, su reclamación de coacción no era válida. Y como resultado, el jurado otorgó una indemnización a los familiares de la víctima.
SEMANA: ¿Sienta un precedente este fallo en la justicia norteamericana?
J. R.: Este es un caso muy importante, en mi opinión y en la opinión de muchas personas, porque es el primer caso que conocemos en el que un jurado encuentra a una corporación o empresa estadounidense responsable de lo que equivale a violaciones de derechos humanos en un país extranjero, en este caso, Colombia.
Y este es un concepto muy importante porque la visión de la ley es, y la visión de las personas de buena voluntad en todo el mundo es, que las empresas y las corporaciones son ciudadanos del mundo, deben actuar como ciudadanos del mundo. No pueden actuar simplemente para maximizar sus propios beneficios.
También deben tener en cuenta el efecto que sus actividades tienen en la gente de otros países. Y ese es el punto subyacente más importante del caso, que una corporación, que es una empresa estadounidense, sólo porque hace negocios en un país extranjero, no puede decir, bueno, no somos responsables de lo que hacemos en un país extranjero. Y los tribunales estadounidenses han reconocido hasta cierto punto que las corporaciones estadounidenses pueden ser consideradas responsables de actividades en países extranjeros. Pero esta es la primera vez que conocemos un caso de este tipo, en que Chiquita Brands International fue declarada responsable de estas terribles consecuencias de sus acciones.
SEMANA: ¿Qué piensa de que el fallo haya llegado primero en la justicia norteamericana antes que en la colombiana?
J. R.: Ojalá pudiera darte una buena respuesta para eso. El sentido común diría que este caso en Colombia debería haber tenido una resolución hace mucho tiempo. Pero hay un par de cuestiones legales. La primera es que en Colombia una corporación no puede ser considerada penalmente responsable; sólo los individuos pueden ser considerados penalmente responsables.
En Colombia en este momento hay una acusación, una lista de acusaciones pendientes contra personas específicas que estuvieron asociadas o que trabajaron para Chiquita, y surgió de estos hechos en los que pagaron dinero a las AUC durante un largo período de tiempo. Ese caso penal en Colombia no ha recibido los recursos ni la atención ni el impulso político para ser resuelto hasta el momento.
Tengo muchas esperanzas y creo que lo que sucederá es que ahora que se ha emitido este veredicto en el caso civil en Estados Unidos, habrá más atención y se le darán más recursos a la Fiscalía de Colombia para proceder con el caso penal, porque las personas afectadas, las familias que tienen seres queridos que fueron asesinados o mutilados o desaparecidos, secuestrados, esas familias merecen una especie de cierre emocional y una especie de satisfacción emocional, al menos saber que se ha hecho justicia.
Y una cosa que he aprendido como abogado a lo largo de los años, y es una muy importante, es que el que haya una compensación monetaria para las familias es esencial. Pero aún más importante en algunos aspectos es que las familias sientan que se les ha hecho justicia a cualquier nivel, porque los seres humanos necesitan sentir que el mundo que los rodea, que el país en el que viven, tiene justicia. Cuando no se sienten así, les causa dolor emocional, porque sus seres queridos fueron asesinados y no se les ha hecho justicia.
Eso es muy, muy importante. Y tenemos esperanzas en que ahora que ha habido un veredicto en Estados Unidos, el proceso penal colombiano tenga nueva vida y tenga una nueva energía y nuevos recursos dedicados a él. Porque creo que el pueblo de Colombia necesita eso y lo quiere, y se debe hacer, sea como sea, pero debe ser algo a lo que se le dé prioridad, en mi humilde opinión.
SEMANA: ¿Está de acuerdo con estas millonarias indemnizaciones que ordenó la justicia estadounidense a las víctimas de Chiquita Brands en Colombia?
J. R.: El jurado emitió veredictos a favor de esas ocho personas que eran las demandantes en este caso particular. Y esos veredictos ascendieron a millones de dólares estadounidenses por cada víctima. Sentimos, yo personalmente y el grupo de abogados con los que he estado trabajando en este caso, sentimos que esas fueron cantidades muy justas y muy significativas para este caso.
Y si hubieran estado en el tribunal y hubieran escuchado las terribles historias de lo que soportaron estas víctimas, pensarían que si el jurado hubiera otorgado dos veces, tres o cinco veces más que los millones que otorgaron, todavía estaría justificado. Porque hay circunstancias en este caso en que algunas de estas personas fueron asesinadas delante de sus esposas e hijos, madres, padres... Son historias terribles, y cada una de estas víctimas sufrió un tremendo trauma emocional como resultado de estos hechos.
Es muy difícil poner una compensación en cifras por ese tipo de terribles, terribles acontecimientos. Pero según la ley estadounidense, estas cantidades son muy justas, muy razonables y creo que están totalmente justificadas por las pruebas que escuchó el jurado. Y en mi opinión, podrían haber otorgado mucho más, pero fueron conservadores en lo que otorgaron a este caso.
SEMANA: ¿Cómo fue la defensa de Chiquita Brands ante el jurado?
J. R.: Como dije antes, diría que lo más importante de lo que estaban tratando de convencer al jurado era de que simplemente estaban haciendo estos pagos a las AUC para proteger a sus propios empleados de la violencia de las AUC; ese era el punto principal del que intentaban convencer al jurado. Y lo que en realidad sí demostró la evidencia fue que no sólo estaban haciendo pagos, sino que también estaban cooperando activamente con miembros de las AUC.
Y que incluso si estuvieran tratando de proteger a sus propios empleados, en realidad tenían el deber de hacerlo de una manera que no aumentara el riesgo de que personas que no eran sus empleados, personas que simplemente vivían en el área de Urabá, de Santa Marta, Magdalena, que sus pagos a las AUC estaban poniendo la vida de estas personas inocentes, que no estaban asociadas a Chiquita, en riesgo de ser asesinadas, en riesgo de ser secuestradas, en riesgo de ser desaparecidas, asesinadas.
Por tanto, va más allá de su visión muy estrecha de cuáles eran sus responsabilidades. Y este es un punto muy importante a entender. El jurado, en efecto, concluyó que, con sus acciones, habían hecho más probable que nuestros clientes fueran asesinados o secuestrados, etc. Incluso si estuvieran tratando de proteger a sus propios empleados. Eso no excusa el hecho que estaban poniendo a nuestros clientes en peligro.
El segundo punto es que Chiquita estaba tratando de hacerse pasar por una víctima inocente, cuando las pruebas demostraban que llegaron a Colombia sabiendo que era una situación muy peligrosa, que había grupos armados tanto de izquierda como de derecha, y que se pusieron en una situación en la que podrían tener que realizar pagos a estos. Y ese fue un punto muy importante, que ellos mismos se pusieron en peligro y, luego, incluso después de saber que sus pagos estaban perjudicando al pueblo de Colombia, no se fueron, no hicieron ningún esfuerzo por irse. Simplemente decidieron que valía la pena obtener millones de ganancias para poner en riesgo al pueblo inocente de Colombia. Eso estuvo mal. Y creo que el jurado consideró que estaba mal. Eso es lo máximo.
SEMANA: ¿Qué piensa de que Chiquita vaya a apelar la sentencia?
J. R.: Siempre supimos que si había un veredicto contra Chiquita, presentarían un recurso de apelación ante el tribunal superior; eso es lo que se esperaba. Sin embargo, nosotros, los abogados de las víctimas, sentimos que el veredicto fue justo y razonable, que el juez presidió el caso adecuadamente y que sus fallos fueron apropiados y correctos, que dio un juicio justo a ambas partes, y eso es lo más importante.
Chiquita argumentará que no tuvieron un juicio justo, que el juez tomó decisiones que fueron un error. Sentimos que el juez fue extremadamente cuidadoso y extremadamente diligente al emitir sus fallos. Y que la Corte de Apelaciones del Circuito 11 de Estados Unidos mantendrá estos veredictos. Llevará tiempo porque siempre es así, pero tenemos mucha confianza en que el tribunal de apelaciones fallará a nuestro favor y que estos veredictos serán lo que se llama confirmados, que se les dará efecto y se mantendrán, y el tribunal de apelaciones sentirá que el juez hizo un buen trabajo y que sus fallos fueron apropiados y correctos.
Antes de irme, sólo quiero decirles a todos mis clientes, los clientes de Jonathan C. Reiter Law Firm, que no duden en comunicarse con nosotros, en hacernos saber cómo se sienten y les brindaremos cualquier información.
Pueden llamarnos a estos números: +57 3479906879 o +57 3008269969. Estaremos encantados de hablar con ustedes y explicarles todos los detalles de lo que esperamos que suceda en el caso. Queremos saber de ustedes.
Así que quiero agradecerles mucho por invitarme y espero haber respondido a sus preguntas de una manera que ayude al pueblo de Colombia a comprender la importancia de este caso tan grave.