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Activista Greta Thunberg será juzgada nuevamente por resistencia a la autoridad
La activista de 20 años critica a los responsables políticos y los gobiernos por su inacción en materia climática.
La activista climática sueca Greta Thunberg será juzgada de nuevo por “resistencia a la autoridad” tras una acción a finales de julio en el puerto de Malmö, en el sur de Suecia, anunció el viernes la fiscalía de la ciudad.
La fecha del juicio está fijada al 27 de septiembre, sujeta a posibles cambios. Thunberg bloqueó ese día junto a otros activistas el acceso al puerto de Malmö para protestar contra el uso de combustibles fósiles y se negó a obedecer las órdenes de la policía. Horas después de su primer juicio, llevó a cabo una acción idéntica.
“La manifestación no estaba autorizada y provocó el bloqueo del tráfico. La joven se negó a obedecer las órdenes de la policía de abandonar el lugar”, indicó la fiscal Isabel Ekberg. “Se trata, por tanto, de un caso de resistencia a la autoridad”.
A principios de agosto, Thunberg anuló su participación en la feria del libro de Edimburgo por las inversiones de un patrocinador en los combustibles fósiles.
Por las mismas acciones del pasado 24 de julio, durante la protesta en la que se bloqueó el puerto de Malmö, la joven activista fue condenada a una multa por haber desobedecido a la policía.
En su momento, Thunberg compareció en el tribunal, aunque sin responder a las preguntas de la prensa.
El 19 de junio, Thunberg “participó en una manifestación que perturbó el tráfico” y “rechazó obedecer las órdenes de la policía, que le pedía abandonar el lugar”, según la hoja de la acusación, a la que tuvo acceso AFP.
“Es correcto que yo estaba en ese lugar ese día, y es correcto que recibí una orden que no escuché, pero quiero negar el delito”, declaró Thunberg al tribunal al ser preguntada sobre los cargos que se le imputaban.
Thunberg afirmó que actuó por necesidad, habida cuenta de la “emergencia climática”.
Tras un breve juicio, el tribunal la sentenció a una multa de 1.500 coronas suecas (144 dólares, 130 euros) y a pagarle 1.000 coronas (96 dólares, 86 euros) a un fondo sueco para víctimas de delitos.
La acción fue organizada por la oenegé ecologista Ta Tillbaka Framtiden (“Pida el futuro”), cuyos militantes bloquearon la entrada y salida del puerto de Malmö para protestar contra el uso de combustibles fósiles.
“No vamos a batirnos en retirada”, reaccionó la activista tras el anuncio del veredicto. “Es absurdo que aquellos que actúan de acuerdo a los datos científicos, aquellos que bloquean la industria de los combustibles fósiles, sean quienes tengan que pagar el precio”, agregó.
Unas horas después, fue desalojada junto a otros cinco activistas por negarse nuevamente a obedecer las órdenes de las fuerzas de seguridad mientras el grupo bloqueaba el puerto de la ciudad, según la policía y un fotógrafo de AFP.
“Quema nuestras vidas”
Por su parte, Ta Tillbaka Framtiden, de la oenegé ecologista, indicó que su determinación de combatir a la industria de combustibles fósiles permanece intacta.
“Si el tribunal elige ver nuestra acción de (perturbar el tráfico) como un delito, puede hacerlo, pero nosotros sabemos que tenemos el derecho a vivir, y la industria de los combustibles fósiles atenta contra ese derecho”, dijo a la AFP Irma Kjellström.
Precisó que en total seis militantes de la organización debían ser juzgados por la acción en el puerto de Malmö.
“Nosotros los jóvenes no vamos a esperar, haremos lo que podamos para detener esta industria que quema nuestras vidas”, agregó reivindicando el modo de acción de desobediencia civil.
Un viernes de agosto de 2018, la militante, de 15 años en ese momento y totalmente desconocida, se sentó por primera vez frente al Parlamento sueco con una pancarta que rezaba “Huelga de escuela a favor del clima”.
En unos meses, desde Berlín a Sídney, de San Francisco a Johannesburgo, la juventud la siguió y nació el movimiento “Viernes por el futuro”.
Más allá de sus manifestaciones por el clima, Greta Thunberg, de 20 años, ataca con frecuencia a los responsables políticos y a los gobiernos por su inactividad en materia climática.