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Africanos en Colombia: así es como llegan al país para atravesar el Darién rumbo a EE. UU., una ruta que ya supera los 500 mil inmigrantes
La situación que se presentó con los dos menores y que impactó al país generó varias incógnitas: ¿cómo llegan los africanos a Colombia?, ¿cuál es la ruta que usan para llegar al país?
La crisis migratoria que afecta a Colombia es cada vez más impactante y comienza a centrar el foco de las autoridades, luego de que este martes, 19 de diciembre, se conociera que dos niños africanos fueron abandonados en el Aeropuerto El Dorado, en Bogotá.
Los casos de los dos menores, una niña que duró cerca de diez días escondida en el aeropuerto y el menor que fue hallado en la terminal aérea, quienes ahora están en poder del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), prendió las alarmas sobre lo que está ocurriendo con este fenómeno que golpea al país y Centroamérica.
Hasta el momento, los colombianos han sido testigos de la gran migración de venezolanos al país, quienes también han optado por tener nuestro territorio como tránsito rumbo a su destino final: Estados Unidos. Desde hace seis años se viene registrando la llegada de cubanos, haitianos, chinos, sirios y africanos que pasan por territorio colombiano.
Y es que más de medio millón de migrantes han cruzado en lo que va de este año la inhóspita selva del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá, en su objetivo por alcanzar el sueño americano, cifra récord que duplica los registros de todo 2022.
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El récord de más de medio millón supera en 100 % la cifra de todo el año anterior, cuando por la inhóspita jungla pasaron 248.000 personas, según datos oficiales panameños.
La situación que se presentó con los dos menores y que impactó al país generó varias incógnitas: ¿cómo llegan los africanos a Colombia para atravesar el Darién?, ¿cuál es la ruta que usan para llegar al país?
Distintos países, un solo objetivo
Si bien los africanos siempre han tenido como objetivo llegar a Europa, atravesando el Mediterráneo, convirtiéndose en uno de los continentes con la mayor crisis de migrantes, como es el caso de la isla italiana de Lampedusa, que no da abasto con la cantidad de migrantes que llegan constantemente (8.500), ahora su mirada está puesta también en el continente americano.
La ruta del Mediterráneo está considerada como la más peligrosa del mundo. Más de 30.000 migrantes han desaparecido en sus aguas desde 2014 al querer alcanzar Europa desde África, según la Organización Internacional de Migraciones (OIM).
El mayor flujo de migrantes africanos se ha establecido desde varios países del norte del continente, como Argelia, Mali, Chad, Túnez, Congo, Guinea, Libia o Egipto, cuyas poblaciones se desplazan hacia países como Francia, España, Italia o Alemania.
Entre sus objetivos está llegar a Marruecos y pisar las comunidades españolas de Ceuta y Melilla, donde una valla eléctrica les impide el ingreso y es vigilada constantemente por la Guardia Civil española. La otra opción: intentar pasar como polizones, camuflados en maletas o en los motores de los autos, por los puestos fronterizos para llegar a Gibraltar.
Caminando desde sus países, viajes en carro, atravesando el inhóspito desierto del Sahara, pagando a coyotes para que los ayuden a pasar y arriesgando sus vidas en lanchas que llenan con hasta 80 personas, cuando su capacidad es para 20, el mundo ha conocido de la tragedia en el mar.
En su momento, el papa Francisco lo dijo: “El mar Mediterráneo es un cementerio”, ante la pérdida de vidas constantes de quienes optan por buscar un mejor futuro.
La mirada en América: Colombia, el punto de partida
Así como la ruta de migración ilegal para llegar a Europa está llena de constantes peligros, los africanos deciden migrar a América exponiéndose a más desafíos debido a situaciones muy complejas que afectan a sus países: violencia, corrupción, hambre y pobreza extrema.
Esas situaciones han hecho que por años ellos migren hacia el Viejo Continente en búsqueda de mejores oportunidades, pero quienes lo consiguen padecen el rechazo, persecuciones, deportaciones, leyes más estrictas y un creciente racismo.
Mientras que unos optan por seguir la ruta de inmigración ilegal hacia Europa, América ha estado en el radar de los africanos desde hace seis años. Personas provenientes desde Camerún, Etiopía o Níger han atravesado hasta nueve fronteras para llegar a Estados Unidos.
Un número récord de africanos está viajando a Suramérica para, luego de recorrer miles de kilómetros de carreteras y un peligroso bosque tropical, llegar a su destino final. Muchos de ellos ahorran para pagar un avión que sale de sus países de origen con rumbo a Ecuador o Colombia para emprender la travesía al Darién y luego seguir por Centroamérica.
Desde Mauritania, según las autoridades colombianas, muchos africanos emprenden el viaje, otros por Turquía, algunos desde España. No es un viaje que se hace de la noche a la mañana y en medio de ello están la red de tráfico de personas o los carteles de la droga que aprovechan la situación de necesidad y angustia para hacer de las suyas con los migrantes.
Al llegar a Colombia, por ejemplo, en septiembre, la Policía y Migración descubrieron una gran red de trata, que ingresaba a extranjeros en el Aeropuerto El Dorado con pasaportes falsos y en algunos casos dentro de canecas de basura, para luego llevarlos hasta Necoclí (Antioquia) y posteriormente hasta el Tapón del Darién.
Los niños varados en países desconocidos
No es la primera vez que se ven casos de niños abandonados y varados en países desconocidos, pues entre 2014 y 2016, Estados Unidos presenció una de las peores crisis migratorias en su frontera con México, cuando miles de niños inmigrantes provenientes de países como Honduras, El Salvador o Guatemala emprendían el viaje solos.
En el caso de Colombia, están los llamados coyotes aéreos que estarían recibiendo un pago por traer a los menores; pero luego de recibir la plata, los estarían abandonando a su suerte en el aeropuerto, como se ha visto recientemente.
Inclusive, algunas versiones hablan de que los padres envían a los niños con dinero para que se instalen en el nuevo país de destino, lo que ya es conocido por quienes los traen, por lo que los despojan de sus pertenencias y los abandonan.