AGONIA PARA LARGO
En Bhopal continúan los problemas con la Union Carbide.
La tragedia de Bhopal está lejos de haber terminado. No sólo la cifra de los muertos y heridos sigue en ascenso -2.500 era el número de fallecimientos a finales de la semana pasada-,sino que las insinuaciones de la Union Carbide de que reabrirá la fatídica planta tan pronto se instalen allí nuevos sistemas de seguridad, ha recalentado el desasosiego popular que, de por sí, había generado el accidente del 1° de diciembre. Este fermento ocasionó un masivo éxodo de personas en Bhopal y nutridas manifestaciones frente a la embajada estadounidense en Nueva Delhi, en las que las gentes se veían tan iracundas como las de las masivas demostraciones antinorteamericanas en Teherán que precedieron a la captura de rehenes en 1979. "La vida humana es preciosa. Hay que cerrar esas fábricas en el mundo entero", decían algunas pancartas, mientras que los manifestantes gritaban "Justicia para las víctimas. Desalojen a la Union Carbide".
Ese no fue el único motivo de disgusto de los hindúes. El diferendo que comienza a establecerse entre la multinacional y las autoridades del país sobre la cuantía de las indemnizaciones a los familiares de los muertos, a los heridos y lesionados, es otro de los ingredientes de tales movilizaciones. Las revelaciones, filtradas más de una semana después de la tragedia, en el sentido de que los técnicos de la empresa no saben realmente cómo neutralizar o eliminar las 30 toneladas de gas letal que aún quedan en un silo de la fábrica, se suman a los factores que estarían precipitando una situación tensa entre la Union Carbide y la población de Bhopal. Ello explica el interés del gobierno del Estado de Madhya Pradesh por entablar una cuantiosa demanda en los Estados Unidos contra el presidente de la empresa, Warren Anderson, por la supuesta responsabilidad de la multinacional en el escape del gas metil isocianida (MIC) de Bhopal. Anderson, viajó desde Estados Unidos al lugar de los hechos y fue arrestado durante unas horas en Bhopal, luego de lo cual salió hacia Bahrain, sin dar respuesta alguna sobre si la compañia acepta su responsabilidad por las muertes y si pagará indemnizaciones según los niveles norteamericanos para casos semejantes.
Por lo pronto, tres nuevos puntos han surgido de las investigaciones adelantadas, en favor de la demanda contra la Union Carbide. Se supo que la fábrica estaba cerrada por reparaciones desde el 22 de octubre, cuando ocurrió el accidente, lo que indicaría que los responsables de la planta sabían que ésta estaba en malas condiciones. Además, dos expertos norteamericanos que visitaron Bhopal admitieron que los sistemas de alarma de la planta siniestrada no eran idénticos a los instalados en la planta hermana en Estados Unidos. Finalmente, un experto de la Union Carbide, Warren Woomer, tuvo que admitir que el gran número de muertos pudo haber sido causado por la presencia de "Phosegen" -un gas paralizante que ataca los centros nerviosos- dentro del metil isocianida escapado de la factoría de Bhopal. Los médicos de los hospitales de la ciudad golpea da habian indicado poco antes que encontraron rastros de "Phosegen" en el cerebro y sistema nervioso de la personas atendidas por ellos.
¿Pudo ser evitada esa tragedia? Todo indica que sí. En septiembre
y octubre de 1982, un periodista, Kaj-kumar Keswani, del Indian Express, había advertido en una serie de tres artículos que esa planta era la encarnación misma del peligro. "Si llega a ocurrir una explosión allí, había escrito, la ciudad se convertirá en una ciudad de muertos".
El impacto internacional de la catástrofe en India ha sido inmediato en Francia y Brasil. En el primer país, el gobierno prohibió a la Union Carbide hacer entregas del metil isocianida hasta tanto no se practique un estudio de seguridad. En Brasil el gobernador del Estado de Río de Janeiro, Leonel Brizola, prohibió el desembarco y tránsito de tambores que contienen 13.600 kilos de MIC que estaban a punto de ser desembarcados en dicho puerto, ciudad de 10 millones de personas. Se presume que igual suerte correrán otros 50 barriles del mismo gas que navegan en alta mar con dirección al puerto de Santos, para ser entregados a la Union Carbide de Cubatao, ciudad que acoge a una fábrica de dicha empresa similar a la de Bhopal y que detenta uno de los récords más estrafalarios del mundo: allí se registra el mayor índice de anacefalia (niños que nacen sin cerebro) a nivel internacional. En 1978 ocurrió en este mismo país un accidente con metil isocianida que causó la muerte de miles de peces, aves y animales domésticos a lo largo de toda la costa sur. Según el director del Centro de Estudios Toxicológicos de Río Grande do sul, Paulo Sampaio, el gas venenoso pudo haberse escapado de algún buque que lo transportaba cerca de la costa, causando esas muertes. Además, según Sampaio, en esa época centenares de personas de las ciudades litorales sufrieron de irritación en los ojos y registraron problemas respiratorios, pero la desinformación y la inercia de las autoridades impidieron que una investigación a fondo fuera llevada a cabo.