Agustín Laje, escritor argentino, analiza los cuatro meses de Javier Milei en el poder y sus peleas con Gustavo Petro: “Solo ha dicho la verdad”

SEMANA: ¿Cómo ve el gobierno de Javier Milei a casi cuatro meses de haber llegado al poder?

Agustín Laje (A. L.): En el plano económico, Milei está haciendo un ajuste sin precedentes, procurando acomodar el desastre económico que heredó tras dos décadas de socialismo del siglo XXI. Esa herencia se compone, entre otras cosas, de una inflación galopante (1.000 % en los últimos cuatro años de kirchnerismo), una hiperinflación plantada (los primeros días de diciembre de 2023 se registró un 1 % de inflación diaria. Lo que, anualizado, significa una inflación por encima del 3.500 %), una pobreza calculada en torno al 50 % del país, indigencia arriba del 10 %, empleo privado totalmente detenido desde el año 2011, las reservas destrozadas, déficit fiscal descomunal, etcétera. Este desmadre está siendo arreglado por Milei, y la inflación ya empieza a bajar: se espera que marzo registre un solo dígito, lo cual sería un rotundo éxito económico para el Gobierno.

Hay que destacar que, a pesar del ajuste, que siempre resulta una medida impopular, la imagen positiva de Milei no se ha caído. La gente ha comprendido que, cuando se tiene un paciente terminal, cualquier operación quirúrgica resulta dolorosa al corto plazo, pero vital al largo.

En el plano político, Milei tiene poca fuerza en el Congreso y carece de gobernadores propios. Esto ha bloqueado, por el momento, sus grandes reformas libertarias. Los diputados y senadores que las han bloqueado hoy son ampliamente repudiados por el pueblo: basta pasearse por sus redes sociales para ver cómo su imagen se ha venido a pique.

SEMANA: ¿Cómo va Milei en las áreas culturales?

A. L.: En el plano cultural, en estos casi cuatro meses, se ha empezado a desmantelar toda la decadencia progresista que fue instalada desde el Estado: se eliminó el mal llamado “lenguaje inclusivo” de la administración pública; se cerró el “Ministerio de la Mujer, los Géneros y las Diversidades”, una caja política y un “aguantadero” de los promotores de la ideología de género; se cerró el Inadi, un instituto que funcionó como policía del pensamiento para perseguir opositores.

También se cerraron medios estatales que funcionaban como aparatos de propaganda kirchnerista; se quitó toda la simbología feminista e indigenista de la casa de gobierno; se terminó con la versión historietística de nuestro pasado reciente, diseñada para criminalizar militares y celebrar y subsidiar a guerrilleros y terroristas; se desmantelaron los aparatos clientelares con los que la izquierda repartía subsidios a cambio de participación en marchas políticas y cortes de ruta, etcétera.

SEMANA: ¿Qué opinión tiene de la confrontación que, de alguna manera, ha tenido el presidente argentino con el presidente colombiano Gustavo Petro?

A. L.: En realidad, fue Petro quien inició la confrontación, para luego echarse a lloriquear. Recordemos que fue Petro quien comparó inicialmente a Milei con Hitler, y luego con Videla y Pinochet. Petro se metió en nuestro proceso electoral, haciendo campaña por el empobrecedor kirchnerista Sergio Massa. A continuación, Milei se limitó a decir la verdad, llamando a Petro “terrorista asesino”.

En efecto, aquí lo que verdaderamente deberíamos estar preguntando es: ¿Petro perteneció a un grupo llamado M-19, sí o no? ¿M-19 fue un grupo que secuestró y asesinó a colombianos, además de hacer operaciones conjuntas con el narcotráfico, con Pablo Escobar a la cabeza, sí o no? ¿Organizarse para secuestrar y asesinar población civil es precisamente lo que se denomina “terrorismo”, sí o no? Si a estas preguntas respondieron “sí”, entonces Milei solo ha dicho la verdad sobre Petro.

SEMANA: ¿Qué piensa de que en su momento Petro dijera que Milei era similar a los dictadores argentinos y lo tratara de neonazi?

A. L.: Respondamos esto con la misma lógica de la pregunta anterior. ¿Ser un dictador implica acceder al poder por medios no democráticos ni constitucionales, sí o no? ¿Ser un dictador implica, también, ejercer el poder suspendiendo el orden constitucional vigente, sí o no? ¿Milei ha accedido al poder por medios no democráticos, o ha ejercido el poder suspendiendo el orden constitucional, sí o no?

Si respondieron a las dos preguntas que sí, pero a la tercera que no, entonces Petro es un mentiroso. La realidad es que Milei se ha convertido en el presidente más votado en términos absolutos de la historia argentina. El 56 % del pueblo lo eligió, convirtiéndose, en términos porcentuales, en el más votado desde el regreso de la democracia en 1983. Llamarlo “dictador” es propio de un ignorante, o de un mentiroso. Petro hace enormes esfuerzos por ganarse siempre ambos calificativos.

SEMANA: La semana pasada el gobierno de Petro amenazó con retirar a los diplomáticos argentinos de Colombia, ¿qué piensa de esa amenaza?

A. L.: Que es una farsa, como todo lo que Petro representa. Petro es como esos niños bobos, que empiezan una pelea, pero que se echan a llorar cuando se les responde con contundencia. Ese lloriqueo, en el caso de Petro, incluye esta “amenaza” que no es más que una pose, un gesto para su cada vez más reducida tribuna, puesto que finalmente no retiraron a nadie.

SEMANA: ¿Por qué Javier Milei ha podido tener una relación cordial con otros mandatarios de izquierda de la región como Gabriel Boric, pero ha chocado tanto con Gustavo Petro?

A. L.: Porque Petro empezó una riña contra Milei y Boric se mantuvo al margen de la elección argentina. Es tan simple como eso.

SEMANA: ¿Cómo ve el manejo que ha dado el gobierno de Milei a la situación en Venezuela?

A. L.: Todo libertario tiene el deber de oponerse a un régimen liberticida y asesino como el de Nicolás Maduro. El gobierno de Milei protegió, a través de su embajada en Caracas, a disidentes políticos cuya vida peligraba. Esto llevó a los grupos de tareas de Maduro a cortar la luz y el agua de la embajada, violando tratados internacionales sobre la representación diplomática. Que el gobierno argentino proteja de esta manera a venezolanos perseguidos por el régimen criminal chavista, es una muestra de la convicción que tiene en la defensa de las ideas de la libertad. Recordemos, de paso, que Maduro tomó, además, el mismo camino de su amigo Gustavo Petro. En efecto, se dedicó a calificar a Milei de “nazi”, durante y después de su campaña política. Llamar “nazi” a un libertario es propio de un ignorante.