Negociación
¿Ahora sí, Venezuela? En medio de críticas y dudas, vuelven las negociaciones entre el régimen de Maduro y la oposición
Se reinician las negociaciones entre la oposición venezolana y el régimen de Nicolás Maduro después de largas pausas. Si bien hay dudas, se está abriendo la puerta para generar confianza en el proceso.
La crisis en Venezuela empezó a agudizarse cuando Nicolás Maduro se convirtió en presidente del país en 2013. Pero alcanzó uno de sus puntos más altos en 2018 con su reelección en medio de acusaciones de fraude electoral y un resultado aplastante. Muchos países en la región y en el mundo no lo reconocieron como legítimo, entre ellos Estados Unidos, que impuso una dura serie de sanciones económicas contra la nación vecina.
Desde entonces, la oposición ha quedado totalmente desvanecida e imposibilitada para desempeñar cualquier rol político contra un régimen dictatorial que poco permite que haya voces ajenas a lo que ellos pregonan. Sin embargo, las presiones internacionales y la crítica situación venezolana en términos económicos, humanitarios y sociales han forzado a una negociación de Maduro con sus rivales políticos.
El revés de los diálogos iniciales del régimen con la oposición fue la captura del empresario colombiano Álex Saab, aliado cercano de Maduro, extraditado a Estados Unidos por cargos de lavado de dinero, al que se han sumado las sanciones económicas contra Venezuela. Sin embargo, hace un par de semanas se retomaron las negociaciones, y opositores y Gobierno se volvieran a encontrar en la mesa.
Con el regreso de las conversaciones, sigue el gran objetivo de la oposición: conseguir garantías electorales de cara a los comicios presidenciales que se esperan para 2023 o 2024. En la reinstalación de la mesa, ya se lograron acuerdos iniciales que, si bien aún están lejos de la misión principal de obtener unas elecciones democráticas justas y transparentes en el futuro, abren la puerta para ir en camino a esa meta.
Se llegó a un gran pacto que busca crear un fondo administrado por la ONU con dinero venezolano congelado en cuentas internacionales, destinado a recuperar parte del sistema eléctrico, hospitales y escuelas en la nación. Esto, teniendo en cuenta que al menos 50 por ciento de su población, de 28 millones de habitantes, vive en la pobreza, números que aumentaron drásticamente con Maduro en el poder.
Para algunos, los movimientos que llegan a la mesa de diálogo le permiten a Maduro fortalecerse al coincidir con su retórica de que está estabilizando el país, dado el crecimiento económico del PIB, el aumento de la producción petrolera y las mejoras en el abastecimiento de alimentos.
Por otro lado, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos le entregó una licencia a Chevron a fin de reactivar la producción de petróleo y al parecer forma parte del plan para impulsar las conversaciones políticas.
A pesar de los avances, existen dudas sobre la finalidad de las negociaciones. Más allá de buscar una posibilidad de transición en el poder, paradójicamente es Maduro el que se está viendo más beneficiado, pues consigue mejores condiciones para gobernar.
Según expertos, el primer paso para seguir en este aspecto es que la oposición debe pedir el cronograma electoral de las siguientes elecciones, exigir su cumplimiento, observación internacional, cese de hostilidades contra los contrarios al régimen de Maduro y el registro electoral de venezolanos dentro y fuera del país.
Aún es pronto para saber si este reinicio le traerá la democracia a Venezuela. La oposición tendrá un gran reto: construir una posición unificada que le permita fortalecer su discurso de cara a unas nuevas elecciones, ante un Maduro que busca validar internacionalmente su imagen.