mundo
Al fin: vivió meses en un aeropuerto, se quedó sin nacionalidad y ahora un país lo recibió como ciudadano
Una historia entre Siria, Emiratos Árabes, Ecuador y Camboya tuvo, finalmente, final feliz en Canadá.
Hassan Al-Kontar nació en Siria, pero salió de su país debido al conflicto, perdió su nacionalidad siria, duró siete meses viviendo en el aeropuerto de Kuala Lumpur, en Malasia, por temor a perder la vida y ahora, finalmente, logró ser ciudadano de un nuevo país: Canadá.
“Este es un día que me costó un padre, una patria destruida, prisión, persecución, lágrimas, sangre y quince años de estar lejos de mis seres queridos. Deseando lo mismo para todos los luchadores por la libertad y oprimidos. Deseando lo mismo para todos los refugiados en los campos de refugiados. Hoy es un día como ningún otro”, publicó en su cuenta de Twitter esta semana, junto con su imagen ataviada de símbolos canadienses, celebrando una nueva nacionalidad.
Muchos internautas celebraron el logro de Al-Kontar: “¡Felicitaciones! He seguido tu viaje durante años. ¡Estoy feliz por ti!”, escribió @NicksBoxSocial en respuesta al anuncio en Twitter. “No tengo más que compasión por el arduo viaje y la pérdida que te costó llegar, ¡y solo te deseo felicidad en tu futuro!”, fueron las palabras de @RussinNormandy.
This is a day that cost me a father, a destroyed homeland, prison, persecution, tears, blood, & fifteen years of being away from my loved ones.
— Hassan Al Kontar (@Kontar81) January 11, 2023
Wishing the same for every oppressed freedom fighter.
Wishing the same for every refugee in refugee camps.
Today is a day like no other pic.twitter.com/EDPelxvIcI
Una historia de conflicto
Al-Kontar salió a Malasia en 2017, desde los Emiratos Árabes Unidos, donde había estado trabajado desde 2011, cuando llegó de Siria.
Estando en Emiratos Árabes Unidos su visa expiró, así que tras descartar la opción de regresar a Siria, un país en conflicto, partió a Malasia, uno de los pocos lugares del mundo en donde los sirios pueden ingresar sin visa y permanecer durante 90 días.
Intentó ir luego a Ecuador y a Camboya, una vez se había vencido el término de su permiso; tras no lograrlo, perdió sus papeles ante los funcionarios camboyanos y fue deportado de nuevo a Malasia. Sin pasaporte, quedó sin patria y tuvo que conformarse con quedarse en el aeropuerto por siete meses.
Fama
Al-Kontar se dio a conocer internacionalmente, tras revelar videos e imágenes de su situación en el aeropuerto de Kuala Lumpur.
De acuerdo con la ley canadiense, ciudadanos o grupos de individuos tienen la posibilidad de patrocinar refugiados, a los que el grupo o individuo debe patrocinar durante el primer año de vida.
La Asociación Musulmana de British Columbia en Canadá decidió apoyarlo, particularmente tres canadienses hicieron el proceso para mediar por el ante el gobierno canadiense y los funcionarios de Malasia.
Finalmente, logró salir de Malasia tras meses de trámites, de acuerdo con sus declaraciones a la BBC, llegar a Canadá significó para él llegar a casa: “En el momento en que puse un pie en el aeropuerto de Vancouver, sentí la diferencia”.
Durante los 15 años que ha estado lejos de Siria se ha perdido de muchos momentos que hoy recuerda con tristeza, como la muerte de su padre.
Al-Kontar celebra, sin embargo, su destino y agradece a diario poder vivir en paz, en el país que lo acogió. “Hoy me volví más canadiense, pero me consideré canadiense desde el primer día”, dice, respecto a la reciente obtención de la nacionalidad.
El hombre celebra, además, muchas de las cosas que los propios canadienses critican: “¡Veranos cortos, nieve cálida! ¡Donde los alces corren hacia ti con amor, donde los legítimos dueños de la tierra te dan la bienvenida con los brazos abiertos! Donde el aire brilla con orgullo indígena. Donde la gente dice tantas disculpas innecesarias. Aquí está nuestro Canadá multicultural, nuestro hogar para siempre. Feliz día”, escribió en sus redes sociales, meses antes de recibir la nacionalidad.
Al-Kontar logró reunir sus historias en un libro, que hoy comparte con orgullo. “¡Qué sentimiento! ¡El hombre que una vez estuvo sin hogar, sin trabajo e ilegal ahora tiene su libro en la mano! Sobreviví a estas experiencias y ahora puedo compartirlas con otros. ‘El hombre en el aeropuerto’” dice, mostrando su publicación con orgullo en su cuenta de Twitter.